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Corpus paralelo de Biblias
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2PD001001 Simeón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que han obtenido una fe tan preciosa como la nuestra por la justicia de nuestro Dios y salvador Jesucristo: 2PD001002 que en vosotros abunden la gracia y la paz mediante el conocimiento de Dios y de Jesús, nuestro Señor. 2PD001003 Su divino poder nos ha concedido todo lo referente a la vida y a la religión mediante el conocimiento del que nos llamó por su propia gloria y honor, 2PD001004 en virtud de las cuales nos hizo donación de preciosas y magníficas promesas, para que seáis participantes de la divina naturaleza huyendo de la corrupción existente en el mundo por causa de la concupiscencia. 2PD001005 Por esto mismo, poned todo vuestro empeño en añadir a vuestra fe la virtud, a la virtud el conocimiento, 2PD001006 al conocimiento la templanza, a la templanza la constancia, a la constancia la piedad, 2PD001007 a la piedad el afecto fraterno, y al afecto fraterno el amor. 2PD001008 Porque si se encuentran y abundan entre vosotros estas cosas, no os dejarán ser ociosos y estériles en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. 2PD001009 Quien de ellas carece es miope y corto de vista, por echar en olvido la purificación de sus antiguos pecados. 2PD001010 Por eso, hermanos, poned más empeño todavía en consolidar vuestra vocación y elección; que, haciendo esto, jamás tropezaréis. 2PD001011 Y así se os abrirán de par en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. 2PD001012 Por esto os traeré siempre a la memoria estas cosas, aunque ya las sabéis y estáis afianzados en la verdad que al presente poseéis. 2PD001013 Considero mi deber, mientras habito en esta tienda de campaña, mantener viva vuestra memoria, 2PD001014 sabiendo que en breve mi tienda será desarmada según me lo ha dado a conocer nuestro Señor Jesucristo. 2PD001015 Y procuraré con empeño que en todo tiempo, después de mi partida, recordéis estas cosas. 2PD001016 Pues os dimos a conocer el poder y la parusía de nuestro Señor Jesucristo, no siguiendo sutiles mitos, sino en cuanto testigos oculares de su grandeza. 2PD001017 Él recibió de Dios Padre honor y gloria, cuando la sublime Gloria le dirigió aquella voz: 'Éste es mi Hijo muy amado, en quien me he complacido'. 2PD001018 Nosotros oímos esta voz dirigida desde el cielo, cuando estábamos con él en el monte santo. 2PD001019 Nos confirma así la palabra profética, a la que hacéis bien en prestar atención, como a lámpara que brilla en lugar oscuro, hasta que despunte el día y salga el lucero de la mañana en vuestro corazón. 2PD001020 Ante todo, habéis de saber que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, 2PD001021 pues nunca fue proferida profecía alguna por voluntad humana, sino que los hombres hablaron de parte de Dios movidos por el Espíritu. 2PD002001 Hubo también falsos profetas en el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente sectas perniciosas y negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos rápida perdición. 2PD002002 Muchos seguirán sus torpezas, y por su causa será desacreditado el camino de la verdad. 2PD002003 Empujados por la avaricia, se aprovecharán de vosotros con discursos mentirosos. Hace ya tiempo que ni su condenación está ociosa ni su perdición dormida. 2PD002004 Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en el abismo, en cavernas tenebrosas, los entregó para ser custodiados hasta el juicio. 2PD002005 Ni tampoco perdonó al mundo antiguo. Sólo guardó a ocho personas, entre ellas a Noé, predicador de justicia, haciendo caer el diluvio sobre un mundo de impíos. 2PD002006 Condenó a la destrucción a las ciudades de Sodoma y Gomorra, reduciéndolas a ceniza y ofreciendo un ejemplo para impíos venideros. 2PD002007 Y libró al justo Lot, abrumado por la conducta desenfrenada de aquellos impíos; 2PD002008 pues este justo, que vivía entre ellos, día tras día se afligía en su alma justa por las obras malas que veía y oía. 2PD002009 El Señor sabe librar de la prueba a los piadosos y reservar para el castigo hasta el día del juicio a los impíos, 2PD002010 sobre todo a los que caminan tras la carne en deseos de impureza y desprecian el señorío divino. Osados, arrogantes, no temen insultar a los seres gloriosos, 2PD002011 mientras que los ángeles, superiores en fuerza y en poder, no pronuncian contra ellos en la presencia del Señor juicio alguno injurioso. 2PD002012 Mas aquéllos, como animales irracionales destinados por la naturaleza a ser piezas de caza y perecer, que blasfeman de lo que ignoran, en su corrupción serán destruidos 2PD002013 y sufrirán daño como salario de su iniquidad. Se complacen en entregarse a la orgía en pleno día; son vergüenza y deshonra; se deleitan en sus extravíos cuando banquetean con vosotros. 2PD002014 Tienen sus ojos cargados de pasión por la adúltera, son insaciables en el pecado, seducen a las almas débiles, tienen el corazón ejercitado en la avaricia, son hijos de maldición. 2PD002015 Abandonando el camino recto, se extraviaron siguiendo la senda de Balaán, hijo de Beor, quien apeteció un salario inicuo, 2PD002016 pero fue reprendido por su maldad. Un mudo jumento, expresándose en voz humana, impidió la insensatez del profeta. 2PD002017 Éstos tales son fuentes sin agua, niebla empujada por el huracán. Para ellos está reservada la oscuridad de las tinieblas. 2PD002018 Profiriendo discursos ampulosos y vacíos, seducen con pasiones de la carne y desenfrenos a los que apenas han acabado de distanciarse de los que viven en el error. 2PD002019 Les prometen libertad, cuando ellos mismos son esclavos de la corrupción, pues cada uno es esclavo del que le vence. 2PD002020 Porque, si después de haber huido de las impurezas del mundo por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, de nuevo se enredan en ellas y son vencidos, su situación última será peor que la primera. 2PD002021 Más les habría valido no haber conocido el camino de la justicia que, después de haberlo conocido, volverse atrás del santo precepto que les fue entregado. 2PD002022 En ellos se cumple aquello del acertado proverbio: Perro que vuelve a su vómito. Y también: 'Cerda lavada que vuelve a revolcarse en el cieno'. 2PD003001 Ésta es ya, queridos hermanos, la segunda carta que os escribo. Y en ambas procuro excitar en vosotros, con el recuerdo, una sincera inteligencia. 2PD003002 Recordad las palabras predichas por los santos profetas y el precepto del Señor y Salvador transmitido por vuestros apóstoles. 2PD003003 Ante todo, sabed que en los últimos días vendrán hombres sarcásticos, que caminarán según sus propios deseos 2PD003004 y que dirán en son de burla: '¿Dónde está la promesa de su parusía? Desde que murieron los padres, todo sigue como desde el principio de la creación'. 2PD003005 Al afirmar esto, ignoran deliberadamente que en otro tiempo hubo cielo y hubo tierra salida del agua que, en virtud de la palabra de Dios, tomó consistencia en medio del agua. 2PD003006 Por ello, el mundo de entonces pereció en el diluvio. 2PD003007 Pero el cielo y la tierra de ahora están guardados por la misma palabra, reservados para el fuego en el día del juicio y de la destrucción de los impíos. 2PD003008 Una cosa no debe quedaros oculta, queridos hermanos: que un día es ante el Señor como mil años y mil años como un día. 2PD003009 No demora el Señor la promesa, como algunos piensan; sino que es paciente con vosotros, pues no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan. 2PD003010 Pero el día del Señor vendrá como un ladrón. En él desaparecerán los cielos con formidable estruendo, los elementos se disolverán abrasados por el fuego y quedará al descubierto la tierra con todas las obras que hay en ella. 2PD003011 Si todas las cosas se han de disolver así, ¡cómo no deberéis andar vosotros en santo comportamiento y piedad, 2PD003012 aguardando y apresurando la parusía del día de Dios, en el que los cielos se disolverán incendiados y los elementos se fundirán abrasados por el fuego! 2PD003013 Pero esperamos, según su promesa, nuevos cielos y nueva tierra, en los que habita la justicia. 2PD003014 Por eso, queridos hermanos, mientras esperáis estos acontecimientos, procurad que él os halle en paz, sin mancha e irreprensibles. 2PD003015 Considerad que esta paciente espera de nuestro Señor es salvación, como os escribía nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le fue dada. 2PD003016 De esto hablaba en todas sus cartas. Hay en ellas cosas difíciles de entender, que los indoctos y vacilantes interpretan torcidamente, como lo hacen con las otras escrituras, para su propia perdición. 2PD003017 Vosotros, pues, queridos hermanos, que lo sabéis de antemano, guardaos; no sea que, arrastrados por el error de hombres sin ley, caigáis de vuestra propia firmeza. 2PD003018 Creced en gracia y conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él la gloria ahora y para el día de la eternidad. [Amén.]
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