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HBR001001 En muchas ocasiones y de múltiples maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los profetas. HBR001002 En estos últimos días nos ha hablado por medio del Hijo, al que nombró heredero de todas las cosas, y por medio del cual creó también los mundos y los tiempos. HBR001003 Él es reflejo de su gloria, impronta de su ser. Él sostiene el universo con su palabra poderosa. Y después de realizar la purificación de los pecados, se sentó a la derecha de la Majestad en las alturas, HBR001004 llegando a ser tanto más excelente que los ángeles, cuanto más sublime que el de ellos es el nombre que ha heredado. HBR001005 Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Hijo mío eres tú, hoy te he engendrado yo? ¿O también: Yo seré su padre y él será mi hijo? HBR001006 Y en otro pasaje, al introducir en el mundo al primogénito, dice: Adórenlo todos los ángeles de Dios. HBR001007 Respecto de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles ser como vientos y a sus servidores como fuego calcinante. HBR001008 Y en cambio, respecto del Hijo: Tu trono, oh Dios, subsiste para siempre; y tu cetro real es un cetro justiciero. HBR001009 Tú amas la justicia y aborreces la maldad; por eso Dios, tu Dios, te ha ungido con óleo de alegría de entre tus compañeros. HBR001010 Y también: Tú, Señor, fundaste la tierra en los comienzos, y los cielos son obra de tus manos. HBR001011 Ellos perecerán mientras tú permaneces; todos envejecerán como el vestido, HBR001012 los enrollarás como manto, serán como ropa que se muda. Pero tú eres siempre el mismo, y tus años no terminan. HBR001013 ¿A cuál de los ángeles ha dicho jamás: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por plataforma de tus pies? HBR001014 ¿Y qué son todos los ángeles, sino espíritus al servicio de Dios, enviados para servir a los que van a heredar la salvación? HBR002001 Por eso tenemos que prestar la mayor atención a lo que hemos oído, para no extraviarnos. HBR002002 Porque, si la palabra pronunciada por medio de ángeles resultó válida, hasta el punto de que toda transgresión y desobediencia recibió su justo merecido, HBR002003 ¿cómo podremos nosotros escapar, si descuidamos una salvación tan grande? Esta salvación fue inaugurada por la predicación del Señor. Los que la escucharon nos la confirmaron a nosotros HBR002004 y el mismo Dios abonaba su testimonio con señales prodigios y con toda suerte de milagros y dones de Espíritu Santo, repartidos según su voluntad. HBR002005 Porque no fue a unos ángeles a los que sometió el mundo futuro del que venimos hablando. HBR002006 De esto hay un testimonio que dice: ¿Qué es el hombre, para que de él te acuerdes; o el hijo de hombre, para que de él te preocupes? HBR002007 Lo pusiste en nivel apenas inferior al de los ángeles, pero lo coronaste de gloria y honor: HBR002008 todo lo sometiste bajo sus pies. Ahora bien, al sometérselo todo, no dejó nada sin someter. Por ahora, todavía no vemos que le esté sometido todo. HBR002009 Pero a aquel que fue puesto en nivel apenas inferior al de los ángeles, a Jesús, lo contemplamos coronado de gloria y honor por los padecimientos de su muerte, de suerte que, por la gracia de Dios, experimentó la muerte en beneficio de todos. HBR002010 Porque convenía que aquel que es origen y fin de todo, al conducir a la gloria a la multitud de los hijos, llevara al autor de esta salvación hasta la perfección por medio del sufrimiento. HBR002011 Además, tanto el que consagra como los consagrados proceden todos del mismo origen, y por esto precisamente no se avergüenza de llamarlos hermanos HBR002012 cuando dice: Anunciaré tu nombre a mis hermanos; en plena asamblea cantaré tus alabanzas. HBR002013 Y en otro pasaje: Yo pondré en él mi confianza; y también: Aquí estamos: yo y los hijos que Dios me dio. HBR002014 Y como los hijos comparten la sangre y la carne, de igual modo él participó de ambas, para que así, por la muerte, destruyera al que tenía el dominio de la muerte, o sea, al diablo, HBR002015 y liberara a los que, por miedo a la muerte, estaban de por vida sometidos a esclavitud. HBR002016 Y en efecto, no viene en ayuda de los ángeles, sino de la descendencia de Abrahán. HBR002017 De aquí que tuviera que ser asemejado en todo a sus hermanos, para llegar a ser sumo sacerdote misericordioso y fiel en las relaciones con Dios, a fin de expiar los pecados del pueblo. HBR002018 Porque en la medida en que él mismo ha sufrido la prueba, puede ayudar a los que ahora son probados. HBR003001 Por lo tanto, hermanos del pueblo santo que compartís una vocación celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote, objeto de nuestra profesión de fe, a Jesús, HBR003002 que ha sido fiel al que lo instituyó, como a su vez lo fue Moisés en [toda] la casa de Dios. HBR003003 Porque él ha sido considerado tanto más digno de una gloria superior a la de Moisés cuanto mayor es el honor del constructor de una casa que la casa misma. HBR003004 Toda casa tiene un constructor; pero el constructor del universo es Dios. HBR003005 Moisés gozó de plena confianza en toda la casa de Dios en su calidad de mayordomo, para dar testimonio de cosas que habían de decirse más tarde. HBR003006 Cristo, por el contrario, en su calidad de Hijo, está al frente de su propia casa: casa que somos nosotros, con tal de que mantengamos [firme hasta el final] la confianza y la gozosa satisfacción de la esperanza. HBR003007 Por eso, como dice el Espíritu Santo, Si escucháis hoy su voz, HBR003008 no endurezcáis vuestros corazones como en la rebelión, el día de la tentación en el desierto, HBR003009 cuando vuestros padres me tentaron y me pusieron a prueba, a pesar de ver mis obras HBR003010 durante cuarenta años. Por eso aquella generación me disgustó y dije: 'Siempre andan desviados en sus corazones, y no aprendieron mis caminos'. HBR003011 Así que juré en mi ira: 'Jamás entrarán en mi descanso'. HBR003012 Mirad, hermanos, que en ninguno de vosotros se halle un corazón malvado e incrédulo que lo aparte del Dios vivo; HBR003013 por el contrario, animaos mutuamente cada día, mientras aquel hoy perdura, sin que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. HBR003014 Porque hemos sido asociados a Cristo, a condición de que mantengamos firme hasta el final la confianza del principio. HBR003015 Cuando la Escritura dice: Si escucháis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones como en la rebelión, HBR003016 ¿quiénes fueron los que escucharon y se rebelaron ? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto bajo la guía de Moisés? HBR003017 ¿Y contra quiénes se irritó Dios durante cuarenta años? ¿No fue contra los que pecaron, cuyos cadáveres quedaron tendidos por el desierto? HBR003018 ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su descanso, sino a los rebeldes? HBR003019 Y de hecho vemos que, debido a su incredulidad, no pudieron entrar. HBR004001 Así, pues, temamos, no sea que, aun quedando en pie la promesa de entrar en el descanso de Dios, alguno de vosotros se encuentre con que ha llegado tarde. HBR004002 Porque también a nosotros, como a ellos, ha sido anunciado el evangelio, pero a ellos no les sirvió de nada la palabra oída, por no estar, en los que la oyeron, unida con la fe. HBR004003 Porque nosotros, los creyentes, hemos entrado en el descanso, conforme a lo que dijo: Así que juré en mi ira: 'Jamás entrarán en mi descanso'. De hecho, las obras de Dios estaban terminadas ya desde la creación del mundo, HBR004004 pues del día séptimo la Escritura ha dicho: Y el día séptimo descansó Dios de todo cuanto había hecho. HBR004005 Y lo mismo en este pasaje: Jamás entrarán en mi descanso. HBR004006 Así, pues, como todavía quedan algunos por entrar en el descanso, e incluso los primeros a quienes fue anunciado el evangelio no entraron, por causa de su rebeldía, HBR004007 vuelve a fijar un día determinado - hoy -, diciendo por boca de David, después de tanto tiempo, conforme a lo ya citado: Si escucháis hoy su voz no endurezcáis vuestros corazones. HBR004008 Efectivamente, si Josué los hubiera introducido en el descanso, la Escritura no hablaría ya de un día posterior a esto. HBR004009 Así que aún le queda al pueblo de Dios un descanso sabático. HBR004010 Porque el que entra en el descanso de Dios descansa de sus obras, como Dios descansa de las suyas. HBR004011 Esforcémonos, pues, por entrar en aquel descanso, para que nadie caiga en aquella misma rebeldía. HBR004012 Porque la palabra de Dios es viva y activa, y más tajante que una espada de dos filos: penetra hasta la división de alma y espíritu, de articulaciones y tuétanos, y discierne las intenciones y pensamientos del corazón. HBR004013 Nada creado está oculto a su presencia: todo está desnudo y patente a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas. HBR004014 Teniendo, pues, un gran sumo sacerdote que ha atravesado los cielos, Jesús, el Hijo de Dios, mantengamos firme nuestra profesión de fe. HBR004015 Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compartir el peso de nuestras debilidades, sino al contrario: tentado en todo, como semejante a nosotros, pero sin pecado. HBR004016 Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia, para que obtengamos misericordia y hallemos gracia para ser socorridos en el momento oportuno. HBR005001 Porque todo sumo sacerdote es tomado de entre los hombres y está puesto para representar a los hombres en las relaciones con Dios en lo concerniente a ofrecer dones y sacrificios por los pecados. HBR005002 Puede sentir indulgente compasión hacia los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en debilidades. HBR005003 A causa de ellas, tiene que ofrecer sacrificios tanto por sus propios pecados como por los del pueblo. HBR005004 Y nadie recibe este honor por sí mismo, sino llamado por Dios, justamente como en el caso de Aarón. HBR005005 Tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote, sino que se la confirió aquel que le dijo: Tú eres Hijo mío, yo te he engendrado en este día. HBR005006 O como dice en otro pasaje: Tú eres sacerdote para siempre según el rito de Melquisedec. HBR005007 Cristo, en los días de su vida mortal, presentó, a gritos y con lágrimas, oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado en atención a su piedad reverencial. HBR005008 Y aun siendo Hijo, aprendió, padeciendo, a obedecer HBR005009 y llevado a la consumación, se convirtió, para los que le obedecen, en causa de salvación eterna, HBR005010 proclamado por Dios sumo sacerdote según el rito de Melquisedec. HBR005011 De esto nos queda mucho por decir, aunque de difícil explicación, ya que os habéis hecho torpes de oído. HBR005012 Pues realmente, debiendo ser maestros por el tiempo ya pasado, os encontráis de nuevo en la necesidad de que os enseñen los rudimentos de los oráculos divinos, y os habéis vuelto tales que necesitáis leche, no comida sólida. HBR005013 Y todo el que se alimenta de leche carece de la experiencia de la justificación, porque todavía es niño. HBR005014 La comida sólida es propia de adultos, o sea, de los que, a fuerza de practicar, tienen desarrollada la sensibilidad para discernir entre lo bueno y lo malo. HBR006001 Por lo tanto, dejando a un lado los rudimentos de la doctrina sobre Cristo, vayamos a lo propio de los perfectos, sin entretenernos más en asentar lo que sólo es cimiento a saber: arrepentimiento de las obras muertas y fe en Dios, HBR006002 enseñanzas sobre abluciones, imposición de manos, resurrección de muertos y juicio final. HBR006003 Esto es lo que haremos, Dios mediante. HBR006004 En realidad, a los que ya una vez fueron iluminados, saborearon el don celestial, fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, HBR006005 gustaron la buena palabra de Dios y los portentos del siglo futuro, HBR006006 pero vinieron después a extraviarse, es imposible renovarlos otra vez e inducirlos al arrepentimiento, crucificando de nuevo y exponiendo a la burla pública al Hijo de Dios. HBR006007 Porque una tierra empapada de lluvia frecuente y que produce una vegetación útil a los que la labran, participa de la bendición de Dios; HBR006008 pero si produce espinas y cardos, es rechazada y expuesta a maldición y terminará por ser quemada. HBR006009 Pero aunque hablamos de esta manera, en vuestro caso, queridos hermanos, confiamos en que vuestra situación sea mejor y cercana a la salvación. HBR006010 Porque Dios no es injusto como para olvidarse de vuestra obra y del amor que habéis mostrado por su nombre, cuando ya antes servisteis al pueblo santo y lo seguís sirviendo ahora. HBR006011 Lo que deseamos es que cada uno de vosotros despliegue el mismo esfuerzo para realizar la esperanza hasta el final: HBR006012 que no seáis remisos, sino que imitéis a los que por la fe y la constancia han heredado las promesas. HBR006013 Efectivamente, cuando Dios hizo la promesa a Abrahán, no teniendo otro mayor por quien jurar, juró por sí mismo, HBR006014 diciendo: Te bendeciré copiosamente y multiplicaré tu posteridad. HBR006015 Y así fue como Abrahán, a fuerza de constancia, consiguió la promesa. HBR006016 Los hombres suelen jurar por uno mayor, y este juramento les sirve de confirmación y pone fin a toda discusión. HBR006017 En este sentido, queriendo Dios demostrar hasta la saciedad a los herederos de la promesa que su decisión es irrevocable, interpuso como garantía un juramento, HBR006018 para que por estas dos cosas irrevocables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos poderoso aliento los que nos acogemos a él, para asirnos a la esperanza que se nos presenta. HBR006019 Como a un ancla firme y segura de nuestra vida nos asimos a esta esperanza, que va penetrando hasta detrás del velo, HBR006020 donde, como precursor y representante nuestro, entró Jesús, constituido sumo sacerdote para siempre según el rito de Melquisedec. HBR007001 Este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios altísimo, salió al encuentro de Abrahán, cuando éste regresaba de derrotar a los reyes, y lo bendijo; HBR007002 Abrahán, a su vez, le hizo partícipe del diezmo de todo. En primer lugar, Melquisedec significa 'rey de justicia'; pero, además, es rey de Salem, lo cual quiere decir 'rey de paz'. HBR007003 Aparece sin padre, sin madre, sin genealogía; no hay comienzo ni final de su existencia. En esto se parece al Hijo de Dios: permanece sacerdote para siempre. HBR007004 Considerad la gran categoría de este hombre, a quien nada menos que Abrahán -¡el patriarca!- le dio el diezmo de lo mejor del botín. HBR007005 Los descendientes de Leví que reciben el sacerdocio tienen mandado por la ley percibir los diezmos de manos del pueblo, o sea, de sus hermanos, que también descienden de Abrahán. HBR007006 Pero, en cambio, es uno que no pertenece a su linaje es el que recibió de Abrahán el diezmo y bendijo al depositario de las promesas. HBR007007 Está fuera de discusión que la bendición la da el superior al inferior. HBR007008 Y además, aquí los que reciben el diezmo son hombres que mueren, mientras que allí es alguien de quien se atestigua que vive. HBR007009 Y, por decirlo así, el mismo Leví, que recibe los diezmos, los ha pagado antes en la persona de Abrahán, HBR007010 porque ya estaba en la capacidad generativa del patriarca cuando Melquisedec salió al encuentro de Abrahán. HBR007011 Ahora bien, si se obtuviera la perfección por el sacerdocio levítico, porque en él se basaban las leyes dadas al pueblo, ¿qué necesidad habría de que surgiera un sacerdote distinto, según el rito de Melquisedec, y no según el rito de Aarón? HBR007012 Porque, cambiado el sacerdocio, por necesidad se produce también un cambio de ley. HBR007013 Sin embargo, aquél a quien aluden estas cosas pertenece a una tribu distinta, de la que nadie se ha dedicado al altar. HBR007014 Pues es bien patente que nuestro Señor ha salido de la tribu de Judá, a la cual nunca aludió Moisés al hablar de sacerdotes. HBR007015 Y esto resulta todavía más claro si, a semejanza de Melquisedec, surge un sacerdote distinto, HBR007016 no instituido por una ley basada en la descendencia humana, sino por el poder de una fuerza vital indestructible. HBR007017 En efecto, de él se afirma solemnemente: Tú eres sacerdote para siempre según el rito de Melquisedec. HBR007018 De aquí resulta, por una parte, la abolición de un estatuto anterior a causa de su incapacidad y su ineficacia, HBR007019 pues realmente la ley no ha llevado nada a la perfección; y por otra parte, la introducción de una esperanza mejor, por la que nos vamos acercando a Dios. HBR007020 El hecho es que aquí no falta un juramento. En efecto, aquéllos fueron instituidos sacerdotes sin juramento, HBR007021 mientras que éste lo ha sido con juramento, pronunciado por aquel que le dijo: Lo ha jurado el Señor y no se torna: tú eres sacerdote para siempre. HBR007022 Y precisamente por eso, Jesús es garante de una alianza superior. HBR007023 Además, en aquéllos fue necesario un gran número de sacerdotes, porque la muerte les impedía permanecer en su cargo; HBR007024 pero él, como permanece para siempre, tiene el sacerdocio que nunca pasa. HBR007025 De ahí que definitivamente pueda salvar a los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive siempre para interceder a favor de ellos. HBR007026 Tal es también el sumo sacerdote que nos era conveniente: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo. HBR007027 Él no necesita, como los sumos sacerdotes, ofrecer sacrificios, cada día, primero por los pecados propios y después por los del pueblo. Porque esto lo hizo de una vez para siempre ofreciéndose a sí mismo. HBR007028 En efecto, la ley instituye sacerdotes a hombres frágiles, mientras que la palabra de aquel juramento, posterior a la ley, instituye sacerdote al Hijo para siempre perfecto. HBR008001 El punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos un sumo sacerdote tal que se sentó a la derecha del trono de la Majestad en los cielos. HBR008002 Él es ministro del santuario y de la Tienda verdadera que construyó el Señor y no un hombre. HBR008003 Porque todo sumo sacerdote es instituido para ofrecer dones y sacrificios y por lo mismo, también Jesús debe tener algo que ofrecer. HBR008004 Seguramente que, si él estuviera en la tierra, ni siquiera sería sacerdote, pues hay ya otros que ofrecen dones según la ley HBR008005 y ofician en un culto que es imagen y sombra de lo celestial, conforme se lo ordenó Dios a Moisés, cuando éste iba a construir el tabernáculo. Mira -le dijo-: lo harás todo conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte. HBR008006 Pero ahora, él ha obtenido un ministerio tanto más excelente cuanto que es también mediador de una alianza superior, legalmente instituida en virtud de promesas superiores. HBR008007 Porque, si aquella primera alianza hubiera sido perfecta, no se habría producido una segunda. HBR008008 Pero Dios los reprende cuando dice: Mirad que llegarán días -dice el Señor- en que llevaré a cabo una nueva alianza con la casa de Israel y la casa de Judá. HBR008009 No será como la alianza que sellé con sus padres el día en que los tomé de la mano para sacarlos del país de Egipto. Porque ellos no permanecieron en mi alianza, también yo me desinteresé de ellos -dice el Señor. HBR008010 Ésta será la alianza que yo sellaré con la casa de Israel, después de aquellos días -dice el Señor-: mis leyes pondré en su conciencia y las escribiré en su corazón; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. HBR008011 No tendrá ya que enseñarse uno a otro, ni una persona a otra, diciéndole: 'Conoce al Señor'; porque todos ellos me conocerán, desde el más pequeño al más grande, HBR008012 cuando perdone su culpa y no recuerde más su pecado. HBR008013 Al decir alianza nueva declara caducada la primera. Ahora bien, lo caducado y envejecido está a punto de desaparecer. HBR009001 La primera alianza tenía unas normas litúrgicas y un santuario terrestre. HBR009002 Se construyó, en efecto, una Tienda, en cuya parte delantera estaba el candelabro, la mesa y los panes presentados a Dios. Esta parte se llamaba 'lugar santo'. HBR009003 Detrás de la segunda cortina estaba la Tienda llamada 'lugar santísimo'; HBR009004 en ella había un altar de oro para el incienso y el arca de la alianza, toda recubierta de oro, en cuyo interior se encontraba una urna de oro con el maná, la vara florecida de Aarón y las tablas de la ley. HBR009005 Encima del arca estaban los querubines de gloria, cubriendo con su sombra el propiciatorio. Pero no es el momento de entrar en detalles. HBR009006 Así construido, los sacerdotes entran continuamente en la primera parte de la Tienda para celebrar el culto. HBR009007 Pero en la segunda entra sólo el sumo sacerdote, una vez al año, no sin llevar sangre que ofrecer por sí mismo y por los pecados del pueblo. HBR009008 Con esto, el Espíritu Santo da a entender que, mientras la primera parte esté en pie, no está aún abierto el camino que conduce al 'lugar santísimo'. HBR009009 Y esto es símbolo de la situación actual, en la que se ofrecen dones y sacrificios que no pueden perfeccionar la conciencia del que oficia en el culto, HBR009010 pues todo se reduce a alimentos, bebidas y diversas abluciones, o sea, a observancias extrínsecas, vigentes hasta el tiempo de la institución correcta. HBR009011 En cambio, Cristo se ha presentado como sumo sacerdote de los bienes definitivos: por medio de una Tienda más grande y más perfecta, no de hechura humana, es decir, no de este mundo creado. HBR009012 Entró en el 'lugar santísimo', de una vez por siempre, no por medio de sangre de machos cabríos ni de becerros, sino de la suya propia, consiguiendo la redención eterna. HBR009013 Porque, si la sangre de machos cabríos y de toros y la aspersión con las cenizas de una becerra consagra a los impuros, devolviéndoles la pureza externa, HBR009014 ¡cuánto más la sangre de Cristo, que, en virtud del espíritu eterno, se ofreció a Dios como sacrificio sin mancha, purificará nuestra conciencia de las obras muertas, para que rindamos culto al Dios vivo! HBR009015 Por eso, él es mediador de una nueva alianza, para que, habiendo intervenido una muerte que redime de los pecados cometidos durante la primera alianza, los que han sido llamados reciban la promesa de la herencia eterna. HBR009016 Cuando se trata de un testamento, tiene que constar la muerte del testador; HBR009017 porque un testamento sólo es efectivo cuando se produce el fallecimiento, ya que nunca entra en vigor mientras vive el testador. HBR009018 Así, resulta que tampoco la primera alianza fue promulgada sin efusión de sangre. HBR009019 Porque, tras haber leído Moisés a todo el pueblo el conjunto de las prescripciones legales, tomando la sangre de los becerros y machos cabríos, juntamente con agua, lana escarlata e hisopo, roció al libro mismo y a todo el pueblo, HBR009020 diciendo: Ésta es la sangre de la alianza que Dios ha concluido con vosotros. HBR009021 Y, de la misma manera, roció con sangre la Tienda y todos los objetos del culto. HBR009022 Según la ley, casi todas las cosas se purifican con sangre, y sin efusión de sangre no hay perdón. HBR009023 Si, pues, fue necesario que las figuras de las realidades celestiales fueran purificadas con estos procedimientos, entonces las realidades celestiales mismas requieren sacrificios aún más excelentes. HBR009024 Cristo no entró, en efecto, en un santuario de hechura humana, imagen del auténtico, sino en el propio cielo, para aparecer ahora en la presencia de Dios en favor nuestro. HBR009025 Ni tiene que ofrecerse muchas veces, como el sumo sacerdote, que entra, año tras año, en el 'lugar santísimo' con sangre ajena; HBR009026 pues, en tal caso, habría tenido que padecer muchas veces desde la creación del mundo. Pero, en realidad, ha sido ahora, al final de los tiempos, cuando se ha manifestado de una vez para siempre, a fin de abolir el pecado con su propio sacrificio. HBR009027 Y así como es destino de los hombres morir una sola vez y, tras de esto, el juicio, HBR009028 así también Cristo, ofrecido una sola vez para quitar los pecados de muchos, se aparecerá, la segunda vez, sin relación ya con el pecado, a los que a él aguardan, para darles la salvación. HBR010001 Conteniendo, en efecto, la ley sólo una sombra de los bienes futuros, no la reproducción exacta de las realidades, nunca puede, con los sacrificios, siempre los mismos, ofrecidos sin cesar, año tras año, perfeccionar a los que se acercan a ellos. HBR010002 De otra manera, ¿no habrían cesado de ser ofrecidos, puesto que los que rinden ese culto, purificados de una vez para siempre, ya no tendrían conciencia alguna de pecado? HBR010003 Sin embargo, en estos sacrificios, año tras año se hace mención de los pecados; HBR010004 porque es imposible que sangre de toros y de machos cabríos borre pecados. HBR010005 Por eso, al entrar en el mundo, dice: Sacrificios y oblaciones no deseas, pero me preparaste un cuerpo; HBR010006 holocaustos y víctimas por el pecado no te fueron agradables. HBR010007 Entonces dije: 'Aquí vengo'; en el rollo del libro así está escrito de mí, para hacer, oh Dios, tu voluntad. HBR010008 Lo primero que dice es: Sacrificios y oblaciones y holocaustos y víctimas por el pecado no quisiste ni te fueron agradables, a pesar de que se ofrecen según la ley. HBR010009 Entonces, declara: Aquí vengo, para hacer tu voluntad. Así se deroga lo primero, para poner en vigor lo segundo. HBR010010 Y en virtud de esta voluntad, quedamos consagrados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha de una vez para siempre. HBR010011 Los sacerdotes, puestos en pie, ofician cada día y ofrecen repetidas veces los mismos sacrificios, a pesar de que éstos nunca pueden borrar pecados. HBR010012 Él, en cambio, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados, se sentó para siempre a la diestra de Dios, HBR010013 aguardando desde entonces a que sus enemigos sean puestos por plataforma de sus pies. HBR010014 Así, con una sola ofrenda, ha perfeccionado para siempre a los consagrados. HBR010015 Así lo testifica también el Espíritu Santo; porque, después de haber dicho: HBR010016 Ésta será la alianza que sellaré con ellos después de aquellos días -dice el Señor-: mis leyes pondré en su corazón y las escribiré en su conciencia, HBR010017 añade: Y de sus pecados y sus iniquidades no me acordaré ya jamás. HBR010018 Ahora bien, donde hay perdón, ya no hay más sacrificio de expiación por el pecado. HBR010019 Así, pues, hermanos, tenemos entera confianza para entrar en el 'lugar santísimo' en virtud de la sangre de Jesús: HBR010020 entrada que él inauguró para nosotros, como un camino nuevo y vivo, a través del velo, o sea, de su carne. HBR010021 Y tenemos así un gran sacerdote al frente de la casa de Dios. HBR010022 Acerquémonos, pues, con corazón sincero y fe plena, purificado el corazón de toda impureza de conciencia y lavado el cuerpo con agua pura. HBR010023 Mantengamos firme la profesión de la esperanza, porque el que prometió es fiel; HBR010024 y miremos los unos por los otros, incitándonos al amor y a las buenas obras. HBR010025 No abandonemos nuestras reuniones, como algunos acostumbran hacer, sino animémonos unos a otros; y esto tanto más cuanto que veis que se acerca el día. HBR010026 Porque si después de haber aceptado el conocimiento de la verdad volvemos a pecar deliberadamente, ya no queda más sacrificio expiatorio por los pecados, HBR010027 sino la terrible perspectiva del juicio y el fuego ardiente que está para devorar a los enemigos. HBR010028 Si el que ha rechazado la ley de Moisés muere sin compasión ante la declaración basada en el testimonio de dos o tres testigos, HBR010029 ¿de cuánto más duro castigo pensáis que será reo el que ha pisoteado al Hijo de Dios, ha tenido por impura la sangre de la alianza con la que fue consagrado y ha ultrajado al Espíritu de la gracia? HBR010030 Pues bien conocemos al que ha dicho: Para mí la venganza y el dar lo merecido. Y en otro lugar: El Señor hará justicia a su pueblo. HBR010031 ¡Terrible cosa es caer en manos del Dios vivo! HBR010032 Acordaos de aquellos primeros tiempos, cuando, después de haber sido iluminados, sostuvisteis el duro combate de los sufrimientos, HBR010033 unas veces como objeto de públicas injurias y tribulaciones, otras veces como solidarios de los que sufrían aquel trato. HBR010034 Porque, realmente, compartisteis los sufrimientos de los presos y aceptasteis con gozo el despojo de vuestros bienes, conscientes de poseer un patrimonio mejor y duradero. HBR010035 No perdáis, pues, vuestra segura confianza, ya que ésta lleva consigo una gran recompensa. HBR010036 Necesitáis constancia, para que, después de cumplir la voluntad de Dios, obtengáis lo prometido, HBR010037 pues todavía un poco, un poco nada más, y el que ha de venir vendrá, y no tardará. HBR010038 Mi justo vivirá por la fe; pero, si vuelve atrás, no pondré yo en él mi complacencia. HBR010039 Y nosotros no somos de los que se vuelven atrás, para su perdición; sino de los que permanecen en la fe, para salvación del alma. HBR011001 La fe es anticipo de las realidades que se esperan y prueba de las que no se ven. HBR011002 Gracias a ella se acreditaron los antiguos. HBR011003 Por la fe sabemos que los mundos y los tiempos fueron organizados por la palabra de Dios, de suerte que de lo invisible surgiera lo visible. HBR011004 Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio superior al de Caín: sacrificio que lo acreditó como justo. Fue el mismo Dios quien lo acreditó aceptando sus ofrendas. Y por esta misma fe sigue hablando aún después de muerto. HBR011005 Por la fe Henoc fue trasladado sin experimentar la muerte; y no desapareció, porque Dios lo había trasladado. Pues antes de su traslado, había sido acreditado como agradable a Dios. HBR011006 Y sin fe es imposible agradarle, pues el que se acerca a Dios debe creer que existe y que recompensa a los que lo buscan. HBR011007 Por la fe Noé, advertido por Dios sobre cosas que aún no se veían, con religioso sentido empezó a construir un arca para salvar a su familia, y por medio de esa fe condenó al mundo y vino a ser heredero de la justicia según fe. HBR011008 Por la fe Abrahán obedeció cuando se le llamó para ir a un lugar que iba a recibir en herencia, y salió sin saber adónde iba. HBR011009 Por la fe se fue a vivir a la tierra de la promesa como a tierra extraña, y acampó allí, así como Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa. HBR011010 Pues él aguardaba aquella ciudad bien asentada sobre los cimientos, de la que Dios es arquitecto y constructor. HBR011011 Por la fe también Sara recibió poder para concebir, aunque se le había pasado la edad; pues tuvo por fiel al que se lo había prometido. HBR011012 Y así, de un solo hombre, y eso que ya no tenía capacidad generativa, nacieron descendientes numerosos como las estrellas del cielo y como la arena incontable de la orilla del mar. HBR011013 Todos éstos murieron dentro de la fe, sin haber recibido las cosas prometidas, sino viéndolas y saludándolas desde lejos, y confesando que eran extranjeros y forasteros sobre la tierra. HBR011014 Realmente, los que usan este lenguaje dan a entender con ello que van en busca de patria. HBR011015 Si hubieran pensado en la patria aquella de donde habían emigrado, ocasión habrían tenido de volver allá; HBR011016 pero, de hecho, aspiran a una patria superior, o sea, a la del cielo. Y así se explica que Dios no tenga ante ellos reparo de ser invocado como Dios suyo, porque para ellos tenía preparada una ciudad. HBR011017 Por la fe Abrahán, puesto a prueba, ofreció a Isaac y, aun habiendo recibido la promesa, estuvo a punto de sacrificar a su hijo único, HBR011018 del que se le había dicho: A través de Isaac se prolongará la descendencia; HBR011019 pues se hacía cuenta de que Dios tiene poder incluso para resucitar a alguien de entre los muertos. Por eso, en cierto sentido, de entre ellos recuperó a su hijo. HBR011020 Por la fe igualmente Isaac bendijo a Jacob y a Esaú, anticipando su futuro. HBR011021 Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José y se prosternó, apoyándose en la punta de su vara. HBR011022 Por la fe José, al fin de su vida, mencionó el éxodo de los israelitas y dejó instrucciones sobre sus propios restos. HBR011023 Por la fe Moisés, recién nacido, fue ocultado tres meses por sus padres, porque vieron que el niño era hermoso y no tuvieron miedo al edicto del rey. HBR011024 Por la fe Moisés, al hacerse mayor, renunció a ser llamado hijo de una hija del Faraón, HBR011025 prefiriendo compartir con el pueblo de Dios los malos tratos a tener el goce pasajero del pecado, HBR011026 y considerando el oprobio de Cristo como riqueza mayor que los tesoros de Egipto, pues tenía la mirada puesta en la recompensa. HBR011027 Por la fe dejó Egipto, sin dejarse atemorizar por la ira del rey, ya que se mantuvo en su resolución como quien veía al Invisible. HBR011028 Por la fe celebró la pascua e hizo la aspersión de la sangre para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de Israel. HBR011029 Por la fe pasaron por el Mar Rojo como por tierra seca, mientras que los egipcios, al intentar lo mismo, perecieron ahogados. HBR011030 Por la fe cayeron las murallas de Jericó después de un cerco de siete días. HBR011031 Por la fe Rajab, la prostituta, no pereció con los incrédulos, ya que había dado hospitalidad a los espías. HBR011032 ¿Y para qué seguir? Tiempo me faltaría si tuviera que contar lo ocurrido a Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas, HBR011033 los cuales, por la fe, sometieron reinos, impartieron justicia, obtuvieron lo prometido, taparon bocas de leones, HBR011034 apagaron la furia del fuego, escaparon al filo de la espada, recibieron fuerza en su debilidad, fueron valientes en la guerra y rechazaron invasiones de extranjeros. HBR011035 Hubo mujeres que recuperaron, resucitados, a sus muertos. Otros fueron sujetos a torturas mortales, pero renunciaron a la liberación para obtener una resurrección superior. HBR011036 Hubo quienes sufrieron prueba de ultrajes y de azotes, e incluso de cadenas y de cárcel. HBR011037 Fueron apedreados, puestos a prueba, aserrados; murieron al filo de la espada; fueron de acá para allá cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidad, sufriendo tribulación, maltratados. HBR011038 El mundo no los merecía. Caminaban errantes por los desiertos, por las montañas, por las cuevas, por las grutas del país. HBR011039 Pues bien, todos éstos, aunque quedaron acreditados por la fe, no alcanzaron el cumplimiento de la promesa, HBR011040 porque Dios tenía previsto, con respecto a nosotros, algo aún mejor, de suerte que ellos no llegaran sin nosotros a la consumación. HBR012001 Así, pues, también nosotros, rodeados de tan gran nube de testigos, arrojemos todo lastre y el pecado que nos acosa y corramos con constancia la carrera que se nos presenta, HBR012002 fija nuestra mirada en el jefe iniciador y consumador de la fe: Jesús. El cual, a la vista de la dicha que se le presentaba, soportó la cruz, sin tomar en cuenta la ignominia, y está sentado a la diestra del trono de Dios. HBR012003 Fijaos bien en él, que soportó tamaña oposición por parte de los pecadores, para que no os canséis ni perdáis ánimos. HBR012004 En vuestra lucha contra el pecado, todavía no habéis llegado hasta el derramamiento de vuestra sangre HBR012005 y habéis olvidado la exhortación que se os dirige como a hijos: Hijo mío, no desprecies la corrección del Señor ni te desanimes porque te reprenda. HBR012006 Porque el Señor reprende a quien él ama, y castiga a todos los hijos que adopta. HBR012007 Para corrección vuestra estáis soportando esto. Dios os trata como a hijos. ¿Y qué hijo hay a quien su padre no corrija? HBR012008 Si os quedáis sin corrección, que a todos alcanza, es que sois bastardos y no hijos. HBR012009 Más aún, teníamos a nuestros padres carnales que nos corregían, y los respetábamos. ¿No nos someteremos con mayor razón al Padre de los espíritus, y así tendremos vida? HBR012010 Aquéllos, en efecto, nos corregían, según su manera de ver, para un corto plazo de tiempo; pero él lo hace para nuestro provecho, para que compartamos su santidad. HBR012011 En un primer momento, la corrección no parece agradable, sino dolorosa; pero, a la larga, reporta a los que en ella han sido ejercitados un apacible fruto de justicia. HBR012012 Por lo tanto, fortaleced las manos débiles, afirmad las rodillas vacilantes HBR012013 y haced los senderos rectos para vuestros pies, a fin de que lo que cojea no se disloque, sino más bien se cure. HBR012014 Buscad la paz con todos, así como la santificación, sin la cual nadie podrá ver al Señor. HBR012015 Tened buen cuidado de que nadie se vea privado de la gracia de Dios; de que ninguna raíz venenosa, creciendo rápida, perturbe y contamine a la comunidad; HBR012016 de que no haya libertinos ni profanadores como Esaú, que por un solo plato de comida vendió su primogenitura. HBR012017 Pues bien sabéis que después, cuando se empeñó en heredar la bendición, fue rechazado, ya que, por más que la solicitó a lágrima viva, no logró un cambio de parecer. HBR012018 Ahora bien, vosotros no os habéis acercado a realidades palpables: fuego ardiente, tinieblas, torbellino, HBR012019 sonido de trompeta, estruendo de palabras tales que los que las oían pedían que se acabaran. HBR012020 Porque no podían aguantar la orden recibida: Incluso el animal que toque el monte será lapidado. HBR012021 Y era tan terrible aquel espectáculo que el mismo Moisés llegó a exclamar: Estoy aterrorizado y temblando de miedo. HBR012022 Pero vosotros os habéis acercado al monte Sión, a la ciudad del Dios vivo, a la Jerusalén de arriba, a millares de ángeles, a una reunión plena, HBR012023 a la asamblea de los primogénitos inscritos en el cielo, al Dios juez del universo, a los espíritus de los justos llegados a la consumación, HBR012024 a Jesús, mediador de una nueva alianza, y a la sangre rociada, que habla más elocuentemente que la de Abel. HBR012025 Cuidad de no eludir al que os habla, pues si aquellos que eludían al que daba órdenes sobre la tierra no escaparon al castigo, menos escaparemos nosotros si volvemos la espalda al que da órdenes desde el cielo. HBR012026 Su voz, en efecto, sacudió entonces la tierra; pero él ha hecho ahora esta promesa: Todavía una vez más yo sacudiré, no sólo la tierra, sino también el cielo. HBR012027 Ahora bien, la expresión todavía una vez más indica que las realidades sacudidas, en cuanto creadas, cambiarán para que permanezcan las no sacudidas. HBR012028 Por lo tanto, al recibir un reino resistente a toda sacudida, mantengamos esta gracia y, por medio de ella, demos a Dios el culto que le agrada, con un religioso temor, HBR012029 pues ciertamente nuestro Dios es un fuego devorador. HBR013001 Que el amor fraterno permanezca. HBR013002 No olvidéis la hospitalidad: por practicarla, algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles. HBR013003 Acordaos de los presos, como si compartierais con ellos la prisión; de los torturados, como si también vosotros estuvierais dentro de su piel. HBR013004 Tengan todos en alta estima el matrimonio y sea sin mancha el lecho conyugal. Pues Dios condenará a libertinos y adúlteros. HBR013005 No os dejéis arrastrar por la codicia y contentaos con lo que tenéis. Pues él ha dicho: No te dejaré ni te abandonaré. HBR013006 Y así, nosotros podemos confiadamente decir: El Señor es quien me ayuda; nada temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre? HBR013007 Acordaos de los dirigentes que os predicaron la palabra de Dios, reflexionad sobre el remate de su vida, imitad su fe. HBR013008 Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por siempre. HBR013009 No os dejéis extraviar por doctrinas complejas y extrañas, porque lo bueno es que el corazón se robustezca con la gracia, no con alimentos que nada aprovecharon a los que andaban en esas observancias. HBR013010 Tenemos un altar del que no tienen derecho a comer los que ofician en la Tienda. HBR013011 Porque los cuerpos de los animales cuya sangre introduce el sumo sacerdote en el 'lugar santísimo' para la expiación por el pecado, se queman fuera del campamento. HBR013012 Por eso, también Jesús, para consagrar al pueblo con su propia sangre, padeció fuera de la puerta de la ciudad. HBR013013 Por lo tanto, salgamos a su encuentro fuera del campamento, cargados con su oprobio; HBR013014 pues no tenemos aquí ciudad permanente, sino que vamos buscando la futura. HBR013015 Por medio de el, ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de unos labios que celebran su nombre. HBR013016 No os olvidéis de practicar la beneficiencia y de compartir los bienes; porque éstos son los sacrificios que agradan a Dios. HBR013017 Confiad en quienes os dirigen y obedecedles, pues ellos velan por vuestras almas sabiendo que tienen que rendir cuentas. Así esto será para ellos tarea gozosa, y no llena de angustia, lo cual sería perjudicial para vosotros. HBR013018 Orad por nosotros; pues creemos confiadamente tener buena conciencia, dado nuestro deseo de portarnos bien en todo. HBR013019 Insisto especialmente en que lo hagáis así para que cuanto antes sea yo devuelto a vosotros. HBR013020 El Dios de la paz, que levantó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran pastor de las ovejas, por la sangre de la alianza eterna, HBR013021 os capacite con toda clase de bienes para cumplir su voluntad, realizando en nosotros lo que él quiere por medio de Jesucristo, a quien sea rendida gloria por los siglos de los siglos. Amén. HBR013022 Otra cosa os ruego, hermanos: que soportéis este discurso de exhortación. Después de todo, no me he extendido mucho. HBR013023 Sabed que nuestro hermano Timoteo está ya fuera de la cárcel. Con él iré a veros, si es que llega pronto. HBR013024 Saludad a todos los que os dirigen y a todo el pueblo santo. Os saludan los de Italia. HBR013025 La gracia sea con todos vosotros.
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