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HBR001001 Muchas veces y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas; HBR001002 en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituyó heredero de todo, por quien también hizo los mundos; HBR001003 el cual, siendo resplandor de su gloria e impronta de su sustancia, y el que sostiene todo con su palabra poderosa, después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, HBR001004 con una superioridad sobre los ángeles tanto mayor cuanto más les supera en el nombre que ha heredado. HBR001005 En efecto, ¿a qué ángel dijo alguna vez: Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy; y también: Yo seré para él Padre, y él será para mi Hijo? HBR001006 Y nuevamente al introducir a su Primogénito en el mundo dice: Y adórenle todos los ángeles de Dios. HBR001007 Y de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles vientos, y a sus servidores llamas de fuego. HBR001008 Pero del Hijo: Tu trono, ¡oh Dios!, por los siglos de los siglos; y: El cetrode tu realeza, cetro de equidad. HBR001009 Amaste la justicia y aborreciste la iniquidad; por eso te ungió, ¡oh Dios!, tu Dios con óleo de alegría con preferencia a tus compañeros. HBR001010 Y también: Tú al comienzo, ¡oh Señor!, pusiste los cimientos de la tierra, y obras de tu mano son los cielos. HBR001011 Ellos perecerán, mas tú permaneces; todos como un vestido envejecerán; HBR001012 como un manto los enrollarás, como un vestido, y serán cambiados. Pero tú eres el mismo y tus años no tendrán fin. HBR001013 Y ¿a qué ángel dijo alguna vez: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por escabel de tus pies? HBR001014 ¿Es que no son todos ellos espíritus servidores con la misión de asistir a los que han de heredar la salvación? HBR002001 Por tanto, es preciso que prestemos mayor atención a lo que hemos oído, para que no nos extraviemos. HBR002002 Pues si la palabra promulgada por medio de los ángeles obtuvo tal firmeza que toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, HBR002003 ¿cómo saldremos absueltos nosotros si descuidamos tan gran salvación? La cual comenzó a ser anunciada por el Señor, y nos fue luego confirmada por quienes la oyeron, HBR002004 testificando también Dios con señales y prodigios, con toda suerte de milagros y dones del Espíritu Santo repartidos según su voluntad. HBR002005 En efecto, Dios no sometió a los ángeles el mundo venidero del cual estamos hablando. HBR002006 Pues atestiguó alguien en algún lugar: ¿Qué es el hombre, que te acuerdas de él? ¿O el hijo del hombre, que de él te preocupas? HBR002007 Le hiciste por un poco inferior a los ángeles; de gloria y honor le coronaste. HBR002008 Todo lo sometiste debajo de sus pies. Al someterle todo, nada dejó que no le estuviera sometido. Mas al presente, no vemos todavía que le esté sometido todo. HBR002009 Y a aquel que fue hecho inferior a los ángeles por un poco, a Jesús, le vemos coronado de gloria y honor por haber padecido la muerte, pues por la gracia de Dios gustó la muerte para bien de todos. HBR002010 Convenía, en verdad, que Aquel por quien es todo y para quien es todo, llevara muchos hijos a la gloria, perfeccionando mediante el sufrimiento al que iba a guiarlos a la salvación. HBR002011 Pues tanto el santificador como los santificados tienen todos el mismo origen. Por eso no se avergüenza de llamarles hermanos HBR002012 cuando dice: Anunciaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la asamblea te cantaré himnos. Y también: HBR002013 Pondré en él mi confianza. Y nuevamente: Henos aquí, a mí y a los hijos que Dios me dio. HBR002014 Por tanto, así como los hijos participan de la sangre y de la carne, así también participó él de las mismas, para aniquilar mediante la muerte al señor de la muerte, es decir, al Diablo, HBR002015 y libertar a cuantos, por temor a la muerte, estaban de por vida sometidos a esclavitud. HBR002016 Porque, ciertamente, no se ocupa de los ángeles, sino de la descendencia de Abraham. HBR002017 Por eso tuvo que asemejarse en todo a sus hermanos, para ser misericordioso y Sumo Sacerdote fiel en lo que toca a Dios, en orden a expiar los pecados del pueblo. HBR002018 Pues, habiendo sido probado en el sufrimiento, puede ayudar a los que se ven probados. HBR003001 Por tanto, hermanos santos, partícipes de una vocación celestial, considerad al apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra fe, a Jesús, HBR003002 que es fiel al que le instituyó, como lo fue también Moisés en toda su casa. HBR003003 Pues ha sido juzgado digno de una gloria en tanto superior a la de Moisés, en cuanto la dignidad del constructor de la casa supera a la casa misma. HBR003004 Porque toda casa tiene su constructor; mas el constructor del universo es Dios. HBR003005 Ciertamente, Moisés fue fiel en toda su casa, como servidor, para atestiguar cuanto había de anunciarse, HBR003006 pero Cristo lo fue como hijo, al frente de su propia casa, que somos nosotros, si es que mantenemos la entereza y la gozosa satisfacción de la esperanza. HBR003007 Por eso, como dice el Espíritu Santo: Si oís hoy su voz, HBR003008 no endurezcáis vuestros corazones como en la Querella, el día de la provocación en el desierto, HBR003009 donde me provocaron vuestros padres y me pusieron a prueba, aun después de haber visto mis obras HBR003010 durante cuarenta años. Por eso me irrité contra esa generación y dije: Andan siempre errados en su corazón; no conocieron mis caminos. HBR003011 Por eso juré en mi cólera: ¡No entrarán en mi descanso! HBR003012 ¡Mirad, hermanos!, que no haya en ninguno de vosotros un corazón maleado por la incredulidad que le haga apostatar de Dios vivo; HBR003013 antes bien, exhortaos mutuamente cada día mientras dure este hoy, para que ninguno de vosotros se endurezca seducido por el pecado. HBR003014 Pues hemos venido a ser partícipes de Cristo, a condición de que mantengamos firme hasta el fin la segura confianza del principio. HBR003015 Al decir: Si oís hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones como en la Querella, HBR003016 ¿quiénes son los que, habiéndole oído, le movieron querella? ¿Es que no fueron todos los que salieron de Egipto por medio de Moisés? HBR003017 Y ¿contra quiénes se irritó durante cuarenta años? ¿No fue acaso contra los que pecaron, cuyos cadáveres cayeron en el desierto? HBR003018 Y ¿a quiénes juró que no entrarían en su descanso sino a los que desobedecieron? HBR003019 Así, vemos que no pudieron entrar a causa de su incredulidad. HBR004001 Temamos, pues; no sea que, permaneciendo aún en vigor la promesa de entrar en su descanso, alguno de vosotros parezca llegar rezagado. HBR004002 También nosotros hemos recibido una buena nueva, lo mismo que ellos. Pero la palabra que oyeron no aprovechó nada a aquellos que no estaban unidos por la fe a los que escucharon. HBR004003 De hecho, hemos entrado en el descanso los que hemos creído, según está dicho: Por eso juré en mi cólera: ¡No entrarán en mi descanso! Y eso que las obras de Dios estaban terminadas desde la creación del mundo, HBR004004 pues en algún lugar dice acerca del día séptimo: Y descansó Dios el día séptimo de todas sus obras. HBR004005 Y también en el pasaje citado: ¡No entrarán en mi descanso! HBR004006 Por tanto, quedando en claro que algunos han de entrar en él, y que los primeros en recibir la buena nueva no entraron a causa de su desobediencia, HBR004007 vuelve a señalar un día, hoy, diciendo por David al cabo de tanto tiempo, como queda dicho: Si oís hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones... HBR004008 Porque si Josué les hubiera proporcionado el descanso, no habría hablado Dios más tarde, de otro día. HBR004009 Por tanto es claro que queda un descanso sabático para el pueblo de Dios. HBR004010 Pues quien entra en su descanso, también él descansa de sus trabajos, al igual que Dios de los suyos. HBR004011 Esforcémonos, pues, por entrar en ese descanso, para que nadie caiga imitando aquella desobediencia. HBR004012 Ciertamente, es viva la Palabra de Dios y eficaz, y más cortante que espada alguna de dos filos. Penetra hasta las fronteras entre el alma y el espíritu, hasta las junturas y médulas; y escruta los sentimientos y pensamientos del corazón. HBR004013 No hay para ella criatura invisible: todo está desnudo y patente a los ojos de Aquel a quien hemos de dar cuenta. HBR004014 Teniendo, pues, tal Sumo Sacerdote que penetró los cielos, Jesús, el Hijo de Dios, mantengamos firmes la fe que profesamos. HBR004015 Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado. HBR004016 Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar gracia para una ayuda oportuna. HBR005001 Porque todo Sumo Sacerdote es tomado de entre los hombres y está puesto en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios para ofrecer dones y sacrificios por los pecados; HBR005002 y puede sentir compasión hacia los ignorantes y extraviados, por estar también él envuelto en flaqueza. HBR005003 Y a causa de esa misma flaqueza debe ofrecer por los pecados propios igual que por los del pueblo. HBR005004 Y nadie se arroga tal dignidad, sino el llamado por Dios, lo mismo que Aarón. HBR005005 De igual modo, tampoco Cristo se apropió la gloria del Sumo Sacerdocio, sino que la tuvo de quien le dijo: Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy. HBR005006 Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, a semejanza de Melquisedec. HBR005007 El cual, habiendo ofrecido en los días de su vida mortal ruegos y súplicas con poderoso clamor y lágrimas al que podía salvarle de la muerte, fue escuchado por su actitud reverente, HBR005008 y aun siendo Hijo, con lo que padeció experimentó la obediencia; HBR005009 y llegado a la perfección, se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen, HBR005010 proclamado por Dios Sumo Sacerdote a semejanza de Melquisedec. HBR005011 Sobre este particular tenemos muchas cosas que decir, aunque difíciles de explicar, porque os habéis hecho tardos de entendimiento. HBR005012 Pues debiendo ser ya maestros en razón del tiempo, volvéis a tener necesidad de ser instruidos en los primeros rudimentos de los oráculos divinos, y os habéis hecho tales que tenéis necesidad de leche en lugar de manjar sólido. HBR005013 Pues todo el que se nutre de leche desconoce la doctrina de la justicia, porque es niño. HBR005014 En cambio, el manjar sólido es de adultos; de aquellos que, por costumbre, tienen las facultades ejercitadas en el discernimiento del bien y del mal. HBR006001 Por eso, dejando aparte la enseñanza elemental acerca de Cristo, elevémonos a lo perfecto, sin reiterar los temas fundamentales del arrepentimiento de las obras muertas y de la fe en Dios; HBR006002 de la instrucción sobre los bautismos y de la imposición de las manos; de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. HBR006003 Y así procederemos con el favor de Dios. HBR006004 Porque es imposible que cuantos fueron una vez iluminados, gustaron el don celestial y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, HBR006005 saborearon las buenas nuevas de Dios y los prodigios del mundo futuro, HBR006006 y a pesar de todo cayeron, se renueven otra vez mediante la penitencia, pues crucifican por su parte de nuevo al Hijo de Dios y le exponen a pública infamia. HBR006007 Porque la tierra que recibe frecuentes lluvias y produce buena vegetación para los que la cultivan participa de la bendición de Dios. HBR006008 Por lo contrario, la que produce espinas y abrojos es desechada, y cerca está de la maldición, y terminará por ser quemada. HBR006009 Pero de vosotros, queridos, aunque hablemos así, esperamos cosas mejores y conducentes a la salvación. HBR006010 Porque no es injusto Dios para olvidarse de vuestra labor y del amor que habéis mostrado hacia su nombre, con los servicios que habéis prestado y prestáis a los santos. HBR006011 Deseamos, no obstante, que cada uno de vosotros manifieste hasta el fin la misma diligencia para la plena realización de la esperanza, HBR006012 de forma que no os hagáis indolentes, sino más bien imitadores de aquellos que, mediante la fe y la perseverancia, heredan las promesas. HBR006013 Cuando Dios hizo la Promesa a Abraham, no teniendo a otro mayor por quien jurar, juró por sí mismo HBR006014 diciendo: ¡Sí!, te colmaré de bendiciones y te acrecentaré en gran manera. HBR006015 Y perseverando de esta manera, alcanzó la Promesa. HBR006016 Pues los hombres juran por uno superior y entre ellos el juramento es la garantía que pone fin a todo litigio. HBR006017 Por eso Dios, queriendo mostrar más plenamente a los herederos de la Promesa la inmutabilidad de su decisión, interpuso el juramento, HBR006018 para que, mediante dos cosas inmutables por las cuales es imposible que Dios mienta, nos veamos más poderosamente animados los que buscamos un refugio asiéndonos a la esperanza propuesta, HBR006019 que nosotros tenemos como segura y sólida ancla de nuestra alma, y que penetra hasta más allá del velo, HBR006020 adonde entró por nosotros como precursor Jesús, hecho, a semejanza de Melquisedec, Sumo Sacerdote para siempre. HBR007001 En efecto, este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote de Dios Altísimo, que salió al encuentro de Abraham cuando regresaba de la derrota de los reyes, y le bendijo, HBR007002 al cual dio Abraham el diezmo de todo, y cuyo nombre significa, en primer lugar, "rey de justicia" y, además, rey de Salem, es decir, "rey de paz", HBR007003 sin padre, ni madre, ni genealogía, sin comienzo de días, ni fin de vida, asemejado al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre. HBR007004 Mirad ahora cuán grande es éste, a quien el mismo Patriarca Abraham dio el diezmo de entre lo mejor del botín. HBR007005 Es cierto que los hijos de Leví que reciben el sacerdocio tienen orden según la Ley de percibir el diezmo del pueblo, es decir, de sus hermanos, aunque también proceden éstos de la estirpe de Abraham; HBR007006 mas aquél, sin pertenecer a su genealogía, recibió el diezmo de Abraham, y bendijo al que tenía las promesas. HBR007007 Pues bien, es incuestionable que el inferior recibe la bendición del superior. HBR007008 Y aquí, ciertamente, reciben el diezmo hombres mortales; pero allí, uno de quien se asegura que vive. HBR007009 Y, en cierto modo, hasta el mismo Leví, que percibe los diezmos, los pagó por medio de Abraham, HBR007010 pues ya estaba en las entrañas de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro. HBR007011 Pues bien, si la perfección estuviera en poder del sacerdocio levítico - pues sobre él descansa la Ley dada al pueblo -, ¿qué necesidad había ya de que surgiera otro sacerdote a semejanza de Melquisedec, y no "a semejanza de Aarón"? HBR007012 Porque, cambiado el sacerdocio, necesariamente se cambia la Ley. HBR007013 Pues aquel de quien se dicen estas cosas, pertenecía a otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar. HBR007014 Y es bien manifiesto que nuestro Señor procedía de Judá, y a esa tribu para nada se refirió Moisés al hablar del sacerdocio. HBR007015 Todo esto es mucho más evidente aún si surge otro sacerdote a semejanza de Melquisedec, HBR007016 que lo sea, no por ley de prescripción carnal, sino según la fuerza de una vida indestructible. HBR007017 De hecho, está atestiguado: Tú eres sacerdote para siempre, a semejanza de Melquisedec. HBR007018 De este modo queda abrogada la ordenación precedente, por razón de su ineficacia e inutilidad, HBR007019 ya que la Ley no llevó nada a la perfección, pues no era más que introducción a una esperanza mejor, por la cual nos acercamos a Dios. HBR007020 Y por cuanto no fue sin juramento - pues los otros fueron hechos sacerdotes sin juramento, HBR007021 mientras éste lo fue bajo juramento por Aquel que le dijo: "Juró el Señor y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre" - HBR007022 por eso, de una mejor Alianza resultó fiador Jesús. HBR007023 Además, aquellos sacerdotes fueron muchos, porque la muerte les impedía perdurar. HBR007024 Pero éste posee un sacerdocio perpetuo porque permanece para siempre. HBR007025 De ahí que pueda también salvar perfectamente a los que por él se llegan a Dios, ya que está siempre vivo para interceder en su favor. HBR007026 Así es el Sumo Sacerdote que nos convenía: santo, inocente, incontaminado, apartado de los pecadores, encumbrado por encima de los cielos, HBR007027 que no tiene necesidad de ofrecer sacrificios cada día, primero por sus pecados propios como aquellos Sumos Sacerdotes, luego por los del pueblo: y esto lo realizó de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. HBR007028 Es que la Ley instituye Sumos Sacerdotes a hombres frágiles: pero la palabra del juramento, posterior a la Ley, hace el Hijo perfecto para siempre. HBR008001 Este es el punto capital de cuanto venimos diciendo, que tenemos un Sumo Sacerdote tal, que se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, HBR008002 al servicio del santuario y de la Tienda verdadera, erigida por el Señor, no por un hombre. HBR008003 Porque todo Sumo Sacerdote está instituido para ofrecer dones y sacrificios: de ahí que necesariamente también él tuviera que ofrecer algo. HBR008004 Pues si estuviera en la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo ya quienes ofrezcan dones según la Ley. HBR008005 Estos dan culto en lo que es sombra y figura de realidades celestiales, según le fue revelado a Moisés al emprender la construcción de la Tienda. Pues dice: Mira, harás todo conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte. HBR008006 Mas ahora ha obtenido él un ministerio tanto mejor cuanto es Mediador de una mejor Alianza, como fundada en promesas mejores. HBR008007 Pues si aquella primera fuera irreprochable, no habría lugar para una segunda. HBR008008 Porque les dice en tono de reproche: He aquí que días vienen, dice el Señor, y concertaré con la casa de Israel y con la casa de Judá una nueva Alianza, HBR008009 no como la Alianza que hice con sus padres el día en que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto. Como ellos no permanecieron fieles a mi Alianza, también yo me desentendí de ellos, dice el Señor. HBR008010 Esta es la Alianza que pactaré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en su mente, en sus corazones las grabaré; y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. HBR008011 Y no habrá de instruir cada cual a su conciudadano ni cada uno a su hermano diciendo: "¡Conoce al Señor!", pues todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos. HBR008012 Porque me apiadaré de sus iniquidades y de sus pecados no me acordaré ya. HBR008013 Al decir nueva, declaró anticuada la primera; y lo anticuado y viejo está a punto de cesar. HBR009001 También la primera Alianza tenía sus ritos litúrgicos y su santuario terreno. HBR009002 Porque se preparó la parte anterior de la Tienda, donde se hallaban el candelabro y la mesa con los panes de la presencia, que se llama Santo. HBR009003 Detrás del segundo velo se hallaba la parte de la Tienda llamada Santo de los Santos, HBR009004 que contenía el altar de oro para el incienso, el arca de la Alianza - completamente cubierta de oro - y en ella, la urna de oro con el maná, la vara de Aarón que retoño y las tablas de la Alianza. HBR009005 Encima del arca, los querubines de gloria que cubrían con su sombra el propiciatorio. Mas no es éste el momento de hablar de todo ello en detalle. HBR009006 Preparadas así estas cosas, los sacerdotes entran siempre en la primera parte de la Tienda para desempeñar las funciones del culto. HBR009007 Pero en la segunda parte entra una vez al año, y solo, el Sumo Sacerdote, y no sin sangre que ofrecer por sí mismo y por los pecados del pueblo. HBR009008 De esa manera daba a entender el Espíritu Santo que aún no estaba abierto el camino del santuario mientras subsistiera la primera Tienda. HBR009009 Todo ello es una figura del tiempo presente, en cuanto que allí se ofrecen dones y sacrificios incapaces de perfeccionar en su conciencia al adorador, HBR009010 y sólo son prescripciones carnales, que versan sobre comidas y bebidas y sobre abluciones de todo género, impuestas hasta el tiempo de la reforma. HBR009011 Pero presentóse Cristo como Sumo Sacerdote de los bienes futuros, a través de una Tienda mayor y más perfecta, no fabricada por mano de hombre, es decir, no de este mundo. HBR009012 Y penetró en el santuario una vez para siempre, no con sangre de machos cabríos ni de novillos, sino con su propia sangre, consiguiendo una redención eterna. HBR009013 Pues si la sangre de machos cabríos y de toros y la ceniza de vaca santifica con su aspersión a los contaminados, en orden a la purificación de la carne, HBR009014 ¡cuánto más la sangre de Cristo, que por el Espíritu Eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios, purificará de las obras muertas nuestra conciencia para rendir culto a Dios vivo! HBR009015 Por eso es mediador de una nueva Alianza; para que, interviniendo su muerte para remisión de las transgresiones de la primera Alianza, los que han sido llamados reciban la herencia eterna prometida. HBR009016 Pues donde hay testamento se requiere que conste la muerte del testador, HBR009017 ya que el testamento es válido en caso de defunción, no teniendo valor en vida del testador. HBR009018 Así tampoco la primera Alianza se inauguró sin sangre. HBR009019 Pues Moisés, después de haber leído a todo el pueblo todos los preceptos según la Ley, tomó la sangre de los novillos y machos cabríos con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el libro mismo y a todo el pueblo HBR009020 diciendo: Esta es la sangre de la Alianza que Dios ha ordenado para vosotros. HBR009021 Igualmente roció con sangre la Tienda y todos los objetos del culto; HBR009022 pues según la Ley, casi todas las cosas han de ser purificadas con sangre, y sin efusión de sangre no hay remisión. HBR009023 En consecuencia, es necesario, por una parte, que las figuras de las realidades celestiales sean purificadas de esa manera; por otra parte, que también lo sean las realidades celestiales, pero con víctimas más excelentes que aquéllas. HBR009024 Pues no penetró Cristo en un santuario hecho por mano de hombre, en una reproducción del verdadero, sino en el mismo cielo, para presentarse ahora ante el acatamiento de Dios en favor nuestro, HBR009025 y no para ofrecerse a sí mismo repetidas veces al modo como el Sumo Sacerdote entra cada año en el santuario con sangre ajena. HBR009026 Para ello habría tenido que sufrir muchas veces desde la creación del mundo. Sino que se ha manifestado ahora una sola vez, en la plenitud de los tiempos, para la destrucción del pecado mediante su sacrificio. HBR009027 Y del mismo modo que está establecido que los hombres mueran una sola vez, y luego el juicio, HBR009028 así también Cristo, después de haberse ofrecido una sola vez para quitar los pecados de la multitud, se aparecerá por segunda vez sin relación ya con el pecado a los que le esperan para su salvación. HBR010001 No conteniendo, en efecto, la Ley más que una sombra de los bienes futuros, no la realidad de las cosas, no puede nunca, mediante unos mismos sacrificios que se ofrecen sin cesar año tras año, dar la perfección a los que se acercan. HBR010002 De otro modo, ¿no habrían cesado de ofrecerlos, al no tener ya conciencia depecado los que ofrecen ese culto, una vez purificados? HBR010003 Al contrario, con ellos se renueva cada año el recuerdo de los pecados, HBR010004 pues es imposible que sangre de toros y machos cabríos borre pecados. HBR010005 Por eso, al entrar en este mundo, dice: Sacrificio y oblación no quisiste; perome has formado un cuerpo. HBR010006 Holocaustos y sacrificios por el pecado no te agradaron. HBR010007 Entonces dije: ¡He aquí que vengo - pues de mí está escrito en el rollo del libro - a hacer, oh Dios, tu voluntad! HBR010008 Dice primero: Sacrificios y oblaciones y holocaustos y sacrificios por el pecado no los quisiste ni te agradaron - cosas todas ofrecidas conforme a la Ley - HBR010009 entonces - añade -: He aquí que vengo a hacer tu voluntad. Abroga lo primero para establecer el segundo. HBR010010 Y en virtud de esta voluntad somos santificados, merced a la oblación de una vez para siempre del cuerpo de Jesucristo. HBR010011 Y, ciertamente, todo sacerdote está en pie, día tras día, oficiando y ofreciendoreiteradamente los mismos sacrificios, que nunca pueden borrar pecados. HBR010012 El, por el contrario, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio, se sentó a la diestra de Dios para siempre, HBR010013 esperando desde entonces hasta que sus enemigos sean puestos por escabel de sus pies. HBR010014 En efecto, mediante una sola oblación ha llevado a la perfección para siempre a los santificados. HBR010015 También el Espíritu Santo nos da testimonio de ello. Porque, después de haber dicho: HBR010016 Esta es la Alianza que pactaré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en su mente las grabaré, HBR010017 añade: Y de sus pecados e iniquidades no me acordaré ya. HBR010018 Ahora bien, donde hay remisión de estas cosas, ya no hay más oblación por el pecado. HBR010019 Teniendo, pues, hermanos, plena seguridad para entrar en el santuario en virtud de la sangre de Jesús, HBR010020 por este camino nuevo y vivo, inaugurado por él para nosotros, a través del velo, es decir, de su propia carne, HBR010021 y con un Sumo Sacerdote al frente de la casa de Dios, HBR010022 acerquémonos con sincero corazón, en plenitud de fe, purificados los corazones de conciencia mala y lavados los cuerpos con agua pura. HBR010023 Mantengamos firme la confesión de la esperanza, pues fiel es el autor de la Promesa. HBR010024 Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras, HBR010025 sin abandonar vuestra propia asamblea, como algunos acostumbran hacerlo, antes bien, animándoos: tanto más, cuanto que veis que se acerca ya el Día. HBR010026 Porque si voluntariamente pecamos después de haber recibido el pleno conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio por los pecados, HBR010027 sino la terrible espera del juicio y la furia del fuego pronto a devorar a los rebeldes. HBR010028 Si alguno viola la Ley de Moisés es condenado a muerte sin compasión, por la declaración de dos o tres testigos. HBR010029 ¿Cuánto más grave castigo pensáis que merecerá el que pisoteó al Hijo de Dios, y tuvo como profana la sangre de la Alianza que le santificó, y ultrajó al Espíritu de la gracia? HBR010030 Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza; yo daré lo merecido. Y también: El Señor juzgará a su pueblo. HBR010031 ¡Es tremendo caer en la manos de Dios vivo! HBR010032 Traed a la memoria los días pasados, en que después de ser iluminados,hubisteis de soportar un duro y doloroso combate, HBR010033 unas veces expuestos públicamente a ultrajes y tribulaciones; otras, haciéndoos solidarios de los que así eran tratados. HBR010034 Pues compartisteis los sufrimientos de los encarcelados; y os dejasteis despojar con alegría de vuestros bienes, conscientes de que poseíais una riqueza mejor y más duradera. HBR010035 No perdáis ahora vuestra confianza, que lleva consigo una gran recompensa. HBR010036 Necesitáis paciencia en el sufrimiento para cumplir la voluntad de Dios y conseguir así lo prometido. HBR010037 Pues todavía un poco, muy poco tiempo; y el que ha de venir vendrá sin tardanza. HBR010038 Mi justo vivirá por la fe; mas si es cobarde, mi alma no se complacerá en él. HBR010039 Pero nosotros no somos cobardes para perdición, sino creyentes para salvación del alma. HBR011001 La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven. HBR011002 Por ella fueron alabados nuestros mayores. HBR011003 Por la fe, sabemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de manera que lo que se ve resultase de lo que no aparece. HBR011004 Por la fe, ofreció Abel a Dios un sacrificio más excelente que Caín, por ella fue declarado justo, con la aprobación que dio Dios a sus ofrendas; y por ella, aun muerto, habla todavía. HBR011005 Por la fe, Henoc fue trasladado, de modo que no vio la muerte y no se le halló, porque le trasladó Dios. Porque antes de contar su traslado, la Escritura da en su favor testimonio de haber agradado a Dios. HBR011006 Ahora bien, sin fe es imposible agradarle, pues el que se acerca a Dios ha de creer que existe y que recompensa a los que le buscan. HBR011007 Por la fe, Noé, advertido por Dios de lo que aún no se veía, con religioso temor construyó un arca para salvar a su familia; por la fe, condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia según la fe. HBR011008 Por la fe, Abraham, al ser llamado por Dios, obedeció y salió para el lugar que había de recibir en herencia, y salió sin saber a dónde iba. HBR011009 Por la fe, peregrinó por la Tierra Prometida como en tierra extraña, habitando en tiendas, lo mismo que Isaac y Jacob, coherederos de las mismas promesas. HBR011010 Pues esperaba la ciudad asentada sobre cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. HBR011011 Por la fe, también Sara recibió, aun fuera de la edad apropiada, vigor para ser madre, pues tuvo como digno de fe al que se lo prometía. HBR011012 Por lo cual también de uno solo y ya gastado nacieron hijos, numerosos como las estrellas del cielo, incontables como las arenas de las orillas del mar. HBR011013 En la fe murieron todos ellos, sin haber conseguido el objeto de las promesas: viéndolas y saludándolas desde lejos y confesándose extraños y forasteros sobre la tierra. HBR011014 Los que tal dicen, claramente dan a entender que van en busca de una patria; HBR011015 pues si hubiesen pensado en la tierra de la que habían salido, habrían tenido ocasión de retornar a ella. HBR011016 Más bien aspiran a una mejor, a la celestial. Por eso Dios no se avergüenza de ellos, de ser llamado Dios suyo, pues les tiene preparada una ciudad... HBR011017 Por la fe, Abraham, sometido a la prueba, presentó a Isaac como ofrenda, y el que había recibido las promesas, ofrecía a su unigénito, HBR011018 respecto del cual se le había dicho: Por Isaac tendrás descendencia. HBR011019 Pensaba que poderoso era Dios aun para resucitar de entre los muertos. Por eso lo recobró para que Isaac fuera también figura. HBR011020 Por la fe, bendijo Isaac a Jacob y Esaú en orden al futuro. HBR011021 Por la fe, Jacob, moribundo, bendijo a cada uno de los hijos de José, y se inclinó apoyado en la cabeza de su bastón. HBR011022 Por la fe, José, moribundo, evocó el éxodo de los hijos de Israel, y dio órdenes respecto de sus huesos. HBR011023 Por la fe, Moisés, recién nacido, fue durante tres meses ocultado por sus padres, pues vieron que el niño era hermoso y no temieron el edicto del rey. HBR011024 Por la fe, Moisés, ya adulto, rehusó ser llamado hijo de una hija de Faraón, HBR011025 prefiriendo ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar el efímero goce del pecado, HBR011026 estimando como riqueza mayor que los tesoros de Egipto el oprobio de Cristo, porque tenía los ojos puestos en la recompensa. HBR011027 Por la fe, salió de Egipto sin temer la ira del rey; se mantuvo firme como si viera al invisible. HBR011028 Por la fe, celebró la Pascua e hizo la aspersión de sangre para que el Exterminador no tocase a los primogénitos de Israel. HBR011029 Por la fe, atravesaron el mar Rojo como por una tierra seca; mientras que los egipcios intentando lo mismo, fueron tragados. HBR011030 Por la fe, se derrumbaron los muros de Jericó, después de ser rodeados durante siete días. HBR011031 Por la fe, la ramera Rajab no pereció con los incrédulos, por haber acogido amistosamente a los exploradores. HBR011032 Y ¿a qué continuar? Pues me faltaría el tiempo si hubiera de hablar sobre Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas. HBR011033 Estos, por la fe, sometieron reinos, hicieron justicia, alcanzaron las promesas, cerraron la boca a los leones; HBR011034 apagaron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada, curaron de sus enfermedades, fueron valientes en la guerra, rechazando ejércitos extranjeros; HBR011035 las mujeres recobraban resucitados a sus muertos. Unos fueron torturados, rehusando la liberación por conseguir una resurrección mejor; HBR011036 otros soportaron burlas y azotes, y hasta cadenas y prisiones; HBR011037 apedreados, torturados, aserrados, muertos a espada; anduvieron errantes cubiertos de pieles de oveja y de cabras; faltos de todo; oprimidos y maltratados, HBR011038 ¡hombres de los que no era digno el mundo!, errantes por desiertos y montañas, por cavernas y antros de la tierra. HBR011039 Y todos ellos, aunque alabados por su fe, no consiguieron el objeto de las promesas. HBR011040 Dios tenía ya dispuesto algo mejor para nosotros, de modo que no llegaran ellos sin nosotros a la perfección. HBR012001 Por tanto, también nosotros, teniendo en torno nuestro tan gran nube de testigos, sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia, y corramos con fortaleza la prueba que se nos propone, HBR012002 fijos los ojos en Jesús, el que inicia y consuma la fe, el cual, en lugar del gozo que se le proponía, soportó la cruz sin miedo a la ignominia y está sentado a la diestra del trono de Dios. HBR012003 Fijaos en aquel que soportó tal contradicción de parte de los pecadores, para que no desfallezcáis faltos de ánimo. HBR012004 No habéis resistido todavía hasta llegar a la sangre en vuestra lucha contra el pecado. HBR012005 Habéis echado en olvido la exhortación que como a hijos se os dirige: Hijo mío, no menosprecies la corrección del Señor; ni te desanimes al ser reprendido por él. HBR012006 Pues a quien ama el Señor, le corrige; y azota a todos los hijos que acoge. HBR012007 Sufrís para corrección vuestra. Como a hijos os trata Dios, y ¿qué hijo hay a quien su padre no corrige? HBR012008 Mas si quedáis sin corrección, cosa que todos reciben, señal de que sois bastardos y no hijos. HBR012009 Además, teníamos a nuestros padres según la carne, que nos corregían, y les respetábamos. ¿No nos someteremos mejor al Padre de los espíritus para vivir? HBR012010 ¡Eso que ellos nos corregían según sus luces y para poco tiempo!; mas él, para provecho nuestro, en orden a hacernos partícipes de su santidad. HBR012011 Cierto que ninguna corrección es de momento agradable, sino penosa; pero luego produce fruto apacible de justicia a los ejercitados en ella. HBR012012 Por tanto, levantad las manos caídas y las rodillas entumecidas HBR012013 y enderezad para vuestros pies los caminos tortuosos, para que el cojo no se descoyunte, sino que más bien se cure. HBR012014 Procurad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. HBR012015 Poned cuidado en que nadie se vea privado de la gracia de Dios; en que ninguna raíz amarga retoñe ni os turbe y por ella llegue a inficionarse la comunidad. HBR012016 Que no haya ningún fornicario o impío como Esaú, que por una comida vendió su primogenitura. HBR012017 Ya sabéis cómo luego quiso heredar la bendición; pero fue rechazado y no logró un cambio de parecer, aunque lo procuró con lágrimas. HBR012018 No os habéis acercado a una realidad sensible: fuego ardiente, oscuridad, tinieblas, huracán, HBR012019 sonido de trompeta y a un ruido de palabras tal, que suplicaron los que lo oyeron no se les hablara más. HBR012020 Es que no podían soportar esta orden: El que toque el monte, aunque sea un animal, será lapidado. HBR012021 Tan terrible era el espectáculo, que el mismo Moisés dijo: Espantado estoy y temblando. HBR012022 Vosotros, en cambio, os habéis acercado al monte Sión, a la ciudad de Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles, reunión solemne HBR012023 y asamblea de los primogénitos inscritos en los cielos, y a Dios, juez universal, y a los espíritus de los justos llegados ya a su consumación, HBR012024 y a Jesús, mediador de una nueva Alianza, y a la aspersión purificadora de una sangre que habla mejor que la de Abel. HBR012025 Guardaos de rechazar al que os habla; pues si los que rechazaron al que promulgaba los oráculos desde la tierra no escaparon al castigo, mucho menos nosotros, si volvemos la espalda al que nos habla desde el cielo. HBR012026 Su voz conmovió entonces la tierra. Mas ahora hace esta promesa: Una vez más haré yo que se estremezca no sólo la tierra, sino también el cielo. HBR012027 Estas palabras, una vez más, quieren decir que las cosas conmovidas se cambiarán, ya que son realidades creadas, a fin de que permanezcan las inconmovibles. HBR012028 Por eso, nosotros que recibimos un reino inconmovible, hemos de mantener la gracia y, mediante ella, ofrecer a Dios un culto que le sea grato, con religiosa piedad y reverencia, HBR012029 pues nuestro Dios es fuego devorador. HBR013001 Permaneced en el amor fraterno. HBR013002 No os olvidéis de la hospitalidad; gracias a ella hospedaron algunos, sin saberlo, a ángeles. HBR013003 Acordaos de los presos, como si estuvierais con ellos encarcelados, y de los maltratados, pensando que también vosotros tenéis un cuerpo. HBR013004 Tened todos en gran honor el matrimonio, y el lecho conyugal sea inmaculado; que a los fornicarios y adúlteros los juzgará Dios. HBR013005 Sea vuestra conducta sin avaricia; contentos con lo que tenéis, pues él ha dicho: No te dejaré ni te abandonaré; HBR013006 de modo que podamos decir confiados: El Señor es mi ayuda; no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre? HBR013007 Acordaos de vuestros dirigentes, que os anunciaron la Palabra de Dios y, considerando el final de su vida, imitad su fe. HBR013008 Ayer como hoy, Jesucristo es el mismo, y lo será siempre. HBR013009 No os dejéis seducir por doctrinas varias y extrañas. Mejor es fortalecer el corazón con la gracia que con alimentos que nada aprovecharon a los que siguieron ese camino. HBR013010 Tenemos nosotros un altar del cual no tienen derecho a comer los que dan culto en la Tienda. HBR013011 Los cuerpos de los animales, cuya sangre lleva el Sumo Sacerdote al santuario para la expiación del pecado, son quemados fuera del campamento. HBR013012 Por eso, también Jesús, para santificar al pueblo con su sangre, padeció fuera de la puerta. HBR013013 Así pues, salgamos donde él fuera del campamento, cargando con su oprobio; HBR013014 que no tenemos aquí ciudad permanente, sino que andamos buscando la del futuro. HBR013015 Ofrezcamos sin cesar, por medio de él, a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que celebran su nombre. HBR013016 No os olvidéis de hacer el bien y de ayudaros mutuamente; ésos son los sacrificios que agradan a Dios. HBR013017 Obedeced a vuestros dirigentes y someteos a ellos, pues velan sobre vuestras almas como quienes han de dar cuenta de ellas, para que lo hagan con alegría y no lamentándose, cosa que no os traería ventaja alguna. HBR013018 Rogad por nosotros, pues estamos seguros de tener recta conciencia, deseosos de proceder en todo con rectitud. HBR013019 Con la mayor insistencia os pido que lo hagáis, para que muy pronto os sea yo devuelto. HBR013020 Y el Dios de la paz que suscitó de entre los muertos a nuestro SeñorJesús, el gran Pastor de la ovejas en virtud de la sangre de una Alianza eterna, HBR013021 os disponga con toda clase de bienes para cumplir su voluntad, realizando él en nosotros lo que es agradable a sus ojos, por mediación de Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. HBR013022 Os ruego, hermanos, que aceptéis estas palabras de exhortación, pues os he escrito brevemente. HBR013023 Sabed que nuestro hermano Timoteo ha sido liberado. Si viene pronto, iré con él a veros. HBR013024 Saludad a todos vuestros dirigentes y a todos los santos. Os saludan los de Italia. HBR013025 La gracia sea con vosotros.
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