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ECL001001 Palabras de Salomón, llamado el Eclesiastés, hijo de David, rey de Jerusalén. ECL001002 Vanidad de vanidades, dijo el Eclesiastés; vanidad de vanidades, y todo vanidad. ECL001003 ¿Qué saca el hombre de todo el trabajo con que se afana sobre la tierra, o debajo de la capa del sol? ECL001004 Pasa una generación, y le sucede otra; mas la tierra queda siempre estable. ECL001005 Nace el sol y se pone, y vuelve a su lugar; y de allí renaciendo, ECL001006 dirige su curso hacia el Mediodía, y declina después hacia el Poniente; corre el viento soplando por toda la redondez de la tierra, y vuelve a comenzar sus giros. ECL001007 Todos los ríos entran en el mar, y el mar no rebosa: van los ríos a desaguar en el mar, lugar de donde salieron, para volver a correr de nuevo. ECL001008 Todas las cosas del mundo son difíciles: no puede el hombre comprenderlas ni explicarlas con palabras. Nunca se harta el ojo de mirar, ni el oído de oír cosas nuevas. ECL001009 ¿Qué es lo que hasta aquí ha sido? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que se ha hecho? Lo mismo que se ha de hacer. Nada hay de nuevo en este mundo: ECL001010 ni puede nadie decir: He aquí una cosa nueva: porque ya existió en los siglos anteriores a nosotros. ECL001011 No queda memoria de cosas pasadas: mas tampoco de las que están por venir habrá memoria entre aquellos que vendrán después a lo último. ECL001012 Yo, el predicador, fui constituido rey de Israel en Jerusalén; ECL001013 y propuse en mi corazón inquirir e investigar curiosamente acerca de todas las cosas que suceden debajo del sol. Esta ocupación penosísima ha dado Dios a los hijos de los hombres, para que trabajen en ella. ECL001014 Yo he visto todo cuanto se hace debajo del sol, y he hallado ser todo vanidad y aflicción de espíritu. ECL001015 Las almas pervertidas con dificultad se corrigen; y es infinito el número de los necios. ECL001016 Hice dentro de mí mismo estas reflexiones: Yo he llegado a ser grande, y he aventajado en sabiduría a todos los que florecieron antes de mí en Jerusalén: mi espíritu ha contemplado muchas cosas sabiamente, o con gran atención, y he aprendido mucho: ECL001017 aplicado he igualmente mi corazón al conocimiento de la prudencia y de la doctrina, y de los errores y desaciertos. Mas he visto que aun esto mismo era todo trabajo y aflicción de espíritu; ECL001018 puesto que la mucha sabiduría trae consigo muchas desazones; y quien acrecienta el saber, también acrecienta el trabajo. ECL002001 Entonces dije en mi corazón: Iré a bañarme en delicias, y a gozar de los bienes presentes. Mas luego eché de ver que también esto es vanidad. ECL002002 A la risa la tuve por desvarío, y dije al gozo: ¡Cuan vanamente te engañas! ECL002003 En seguida resolví en mi interior negar a mi cuerpo el uso del vino, para dedicar mi ánimo a la sabiduría, y evitar el error, hasta experimentar qué cosa sería la más útil a los hijos de los hombres; o en qué deben emplearse en este mundo en los pocos días que vivan en él. ECL002004 Yo mandé hacer magníficas obras, me edifiqué casas y planté viñas; ECL002005 formé huertos y vergeles, y puse en ellos toda la especie de árboles: ECL002006 construí estanques de agua, para regar el plantío de los árboles. ECL002007 Poseí muchos esclavos y esclavas, y llegué a tener numerosa familia: asimismo ganados mayores, y muchísimos rebaños de ovejas, más que los que habían tenido cuantos existieron antes de mí en Jerusalén. ECL002008 Amontoné plata y oro, y los tesoros de los reyes y de las provincias. Escogí para mi palacio cantores y cantoras, y cuanto sirve de deleite a los hijos de los hombres: vasos y jarros preciosos para servir el vino en mi mesa; ECL002009 y sobrepujé en riquezas a todos los que vivieron antes de mí en Jerusalén. En medio de todo esto permaneció conmigo la sabiduría. ECL002010 En suma: nunca negué a mis ojos nada de cuanto desearon: ni vedé a mi corazón el que gozase de todo género de deleites, y se recrease en las cosas que tenía yo preparadas: antes bien juzgué ser esta mi suerte, el disfrutar de mi trabajo. ECL002011 Mas volviendo la vista hacia todas las obras de mis manos, y considerando los trabajos en que tan inútilmente me había afanado, vi que todo era vanidad y aflicción de espíritu, y que nada hay estable en este mundo. ECL002012 Pasé a contemplar la sabiduría, y los errores, y la necedad de los mortales (pero, ¿quién es el hombre, dije, para poder seguir las obras del rey su Criador?), ECL002013 y eché de ver que tanto se aventaja la sabiduría a la necedad, cuanto se diferencia la luz de las tinieblas. ECL002014 Tiene el sabio los ojos en su frente; el necio anda a oscuras. Con todo, observé que ambos a dos vienen a morir igualmente. ECL002015 Por lo que dije en mi corazón: Si yo he de morir lo mismo que el necio, ¿de qué me sirve haberme aplicado con mayor desvelo a la sabiduría? Y discurriendo para conmigo, inferí que aun esto por sí solo era vanidad, ECL002016 Porque no ha de ser eterna la memoria del sabio, como no lo es la del necio; y los tiempos venideros sepultarán en el olvido todas las cosas; muriendo así el docto como el ignorante. ECL002017 Por lo tanto, he cobrado tedio a mi propia vida, viendo que debajo del sol no hay más que males, y que todo es vanidad y aflicción de espíritu. ECL002018 Detesté también toda aquella aplicación mía, con que en esta vida me había afanado con tanto empeño; habiendo de tener después de mí un heredero, ECL002019 que ignoro si será prudente o tonto, el cual poseerá el fruto de mis trabajos, que tantos sudores y cuidados me costaron. ¿Y puede haber cosa más vana que ésta? ECL002020 Por cuyo motivo he dado de mano a todas estas cosas, y he resuelto en mi corazón no afanarme más por nada de este mundo: ECL002021 visto que después de haber uno trabajado con sabiduría y doctrina, y desveládose, viene a dejar lo adquirido a un holgazán: cosa que ciertamente es una vanidad y mucha desdicha. ECL002022 Porque, ¿qué fruto saca el hombre de todos sus afanes y de la aflicción de ánimo con que se atormenta en este mundo? ECL002023 Llenos están de dolor y de amargura todos sus días; ni aun por la noche goza de reposo su alma. ¿Y no es esto una suma vanidad o miseria? ECL002024 ¿No sería mejor comer y beber con sosiego, y regalarse con lo ganado a costa de sus fatigas?. Pero este don viene de la mano de Dios. ECL002025 ¿Quién podrá regalarse y abundaren delicias tanto como yo? y con todo soy infeliz. ECL002026 Dios, al hombre que le es grato, le da sabiduría, y ciencia, y contentamiento; mas al pecador le envía aflicción, e inútiles cuidados de acumular y almacenar bienes para dejarlos a quien Dios quiera: lo que no menos es vanidad e inútil tormento del ánimo. ECL003001 Todas las cosas tienen su tiempo, y todo lo que hay debajo del cielo pasa en el término que se le ha prescrito. ECL003002 Hay tiempo de nacer y tiempo de morir: tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo que se plantó; ECL003003 tiempo de dar muerte, y tiempo de dar vida: tiempo de derribar, y tiempo de edificar: ECL003004 tiempo de llorar, y tiempo de reír: tiempo de luto, y tiempo de gala: ECL003005 tiempo de esparcir piedras, y tiempo de recogerlas: tiempo de abrazar y tiempo de alejarse de los abrazos: ECL003006 tiempo de ganar, y tiempo de perder: tiempo de conservar, y tiempo de arrojar: ECL003007 tiempo de rasgar, y tiempo de coser: tiempo de callar, y tiempo de hablar: ECL003008 tiempo de amor, y tiempo de odio: tiempo de guerra, y tiempo de paz, ECL003009 Y al cabo, ¿qué fruto saca el hombre de su trabajo? ECL003010 He visto la pena que ha dado Dios a los hijos de los hombres, para su tormento. ECL003011 Todas las cosas que hizo Dios son buenas, usadas a su tiempo; y el Señor entregó el mundo a las vanas disputas de los hombres: de suerte que ninguno de ellos puede entender perfectamente las obras que Dios crió desde el principio hasta el fin. ECL003012 Y así he conocido que lo mejor de todo es estar alegre, y hacer buenas obras mientras vivimos: ECL003013 porque cualquier hombre que come y bebe, gozando del fruto de sus fatigas, de Dios recibe este don. ECL003014 He visto que todas las cosas que ha criado Dios, duran perpetuamente: ni podemos añadir ni quitar nada de lo que Dios hizo para ser temido y adorado. ECL003015 Lo que fue hecho, eso mismo permanece; lo que ha de ser, ya fue, porque Dios renueva lo que pasó. ECL003016 He visto debajo del sol la impiedad en el lugar del juicio, y la iniquidad en el puesto de la justicia, ECL003017 y he dicho en mi corazón: Dios ha de juzgar al justo y al impío; y entonces será el tiempo de ordenar todas las cosas. ECL003018 Dije también en mi corazón acerca de los hijos de los hombres, que Dios los probaba, con hacer ver que son parecidos a las bestias: ECL003019 porque muere el hombre a semejanza de las bestias, y en tener que morir son ambos de igual condición; pues como el hombre muere, así mueren ellas; todos respiran de la misma manera; y el hombre, después del pecado, no tiene ninguna exención sobre la bestia: todo está sujeto a la vanidad del sepulcro, ECL003020 y todo va a parar a un mismo lugar: de la tierra fueron hechas todas esas cosas, y en tierra igualmente vuelven a parar. ECL003021 ¿Quién ha visto si el alma de los hijos de Adán sube hacia arriba, y si el alma de los brutos cae hacia abajo?. ECL003022 Entiendo, pues, que no hay cosa mejor para el hombre que atender con alegría a sus ocupaciones, y que ésta es su suerte mientras vive. Porque, ¿quién podrá ponerle en estado de conocer lo que ha de acontecer después de sus días? ECL004001 Volví todavía mi atención a otras cosas, y vi las tropelías que se cometen debajo del sol, y las lágrimas de los inocentes, sin haber nadie que los consuele; y la imposibilidad en que se hallan de resistir a la violencia, estando como están destituidos de todo socorro. ECL004002 Por lo que preferí el estado de los muertos al de los vivos; ECL004003 y juzgué más feliz que unos y otros al hombre que todavía está por nacer, ni ha visto los males que se hacen debajo del sol. ECL004004 Pasé también a contemplar todas las obras de los hombres; y advertí que sus habilidades están expuestas a la envidia del prójimo, y que así aun en esto hay vanidad y cuidados inútiles. ECL004005 El necio se está con las manos cruzadas, y se consume a sí mismo, diciendo: ECL004006 Más vale un puñadito de bienes con descanso que las dos manos llenas con trabajo y aflicción de espíritu. ECL004007 Reflexionando hallé aún otra vanidad debajo del sol: ECL004008 Un hombre solo que no tiene heredero, ni hijo, ni hermano, y, sin embargo, no cesa de afanarse, ni se hartan de bienes sus ojos, ni le ocurre el preguntarse a sí mismo: ¿Yo para quién trabajo? ¿Y por qué me privo del uso de estos bienes? Vanidad es ésta también y aflicción grandísima. ECL004009 Mejor es, pues, vivir dos juntos que uno solo; porque es ventajoso el estar en compañía. ECL004010 Si uno va a caer, el otro le sostiene. Pero, ¡ay del hombre que está solo!, pues si cae, no tiene quien le levante. ECL004011 Si duermen dos juntos se calentarán mutuamente; uno solo, ¿cómo se calentará?. ECL004012 Y si alguien acometiere contra el uno de los dos, ambos le resisten. Una cuerda de tres dobleces difícilmente se rompe. ECL004013 Vale más un joven, aunque pobre, si es sabio, que un rey viejo y tonto, que no sabe dar providencia para en adelante. ECL004014 Porque algunas veces de la cárcel y de entre cadenas sale uno para reinar; y otro nacido en el trono acaba en miseria. ECL004015 He visto yo a todos los hombres que viven debajo del sol acompañar al joven príncipe que ha de suceder al padre. ECL004016 Infinito es el número de la gente que le precedió: mas los que vendrán después, ya no estarán contentos con él. Con que también esto es vanidad y aflicción de espíritu. ECL005001 Considera la santidad del lugar en que pones tus pies, cuando entras en la casa de Dios; y acércate con ánimo de obedecerle. Porque mucho mejor es la obediencia de los humildes que los sacrificios de los insensatos; los cuales no saben ellos cuánto mal hacen. ECL005002 No hables nada inconsideradamente, ni sea ligero tu corazón en proferir palabras delante de Dios: porque Dios es el Señor que está en los cielos, y tú un vil gusano sobre la tierra. Sean, pues, pocas tus palabras. ECL005003 A los muchos cuidados se siguen sueños molestos, y en el mucho hablar no faltarán sandeces. ECL005004 Si hiciste algún voto a Dios, no tardes en cumplirle; pues le desagrada la promesa infiel y la imprudente. Por lo tanto, cumple todo lo que hubieres prometido: ECL005005 porque mucho mejor es no hacer votos, que hacerlos y no cumplirlos. ECL005006 No sea tu lengua ocasión de que peque tu cuerpo. Ni digas en presencia del ángel: No hay providencia: no sea que Dios, irritado contra tus palabras, destruya todas las obras de tus manos. ECL005007 Donde los sueños son muchos, son muchísimas las vanidades, y sin fin las palabras; pero tú teme a Dios. ECL005008 Si vieres la opresión de los pobres, la violencia que reina en los juicios, y el trastorno de la justicia en una provincia, no hay que turbarse por este desorden; pues que aquel que está en alto puesto, tiene otro sobre sí, y sobre éstos aún hay otros más elevados, ECL005009 y hay, en fin, sobre todos un soberano a quien toda la tierra sirve. ECL005010 El avariento jamás se saciará de dinero; y quien ama las riquezas, ningún fruto sacará de ellas. Luego también es esto vanidad. ECL005011 Donde hay muchos bienes, hay también muchos que los consumen. ¿Qué provecho, pues, saca el poseedor, sino el estar mirando con sus ojos los tesoros que tiene? ECL005012 Dulcemente duerme el trabajador, ora sea poco, ora sea mucho lo que ha comido; pero está el rico tan repleto de manjares, que no puede dormir. ECL005013 Hay todavía otra dolorosísima miseria que he visto debajo del sol: las riquezas atesoradas para ruina de su dueño. ECL005014 Pues las ve desaparecer con terrible aflicción suya. El hijo que él engendró se verá reducido a la mayor miseria; ECL005015 y él mismo, así como salió desnudo del vientre de su madre, así saldrá de esta vida, sin llevar consigo nada de lo adquirido con su trabajo. ECL005016 Verdaderamente que es ésta una desdicha bien lamentable: como vino, así se volverá. Pues, ¿qué le aprovecha el haberse afanado en balde? ECL005017 Todos los días de su vida ha comido a oscuras, y en medio de muchos cuidados, y con mezquindad y melancolía. ECL005018 Por lo tanto, yo tengo por una cosa bien hecha el que el hombre coma y beba, y disfrute con alegría del fruto de las fatigas que ha de soportar en este mundo, durante los días de vida que Dios le conceda; y ésta es la suerte que le pertenece. ECL005019 Y cuando concede Dios a un hombre riquezas y hacienda, dándole al mismo tiempo facultad para gozar de ellas, y disfrutar de la parte que le ha tocado, y alegrarse con el fruto de su trabajo, es esto un don de Dios. ECL005020 Los días de su vida se le pasarán casi sin sentirlo, porque Dios le llenará el corazón de delicias. ECL006001 He visto todavía otra miseria en este mundo, y que es harto común entre los mortales: ECL006002 un hombre a quien Dios ha dado riquezas, y haciendas, y honores; sin que le falte cosa de cuantas desea su alma: mas Dios no le da facultad para disfrutar de ellas; sino que otro hombre extraño lo ha de devorar todo: vanidad es ésta, y miseria muy grande. ECL006003 Supongamos que tenga un centenar de hijos, y viva muchos años hasta la más avanzada edad; pero que su alma no se sirva de los bienes que posee, y aun venga a carecer de sepultura: de este tal digo yo que es de peor condición que un aborto. ECL006004 Puesto que éste en vano vino al mundo, y luego va a las tinieblas del sepulcro, y quedará su nombre sepultado en el olvido, ECL006005 sin haber visto jamás el sol, ni conocido la diferencia del bien y del mal. ECL006006 Mas el avaro, aunque haya vivido dos mil años, si no ha podido gozar de los bienes, ¿acaso no corren todas las cosas con él a un mismo paradero? ECL006007 Todo el afán del hombre es para saciar su boca; mas su alma no quedará con esto saciada. ECL006008 ¿Cuál es la ventaja del sabio respecto del insensato? ¿Cuál la del pobre, sino el encaminarse allá donde se halla la verdadera vida?. ECL006009 Mejor es el ver y gozar lo que deseas, que codiciar cosas que ignoras; pero también esto es vanidad y presunción de espíritu. ECL006010 El que aun ha de ser engendrado, ya es conocido de Dios por su propio nombre; y se sabe que, siendo como será un hombre mortal, no podrá contender en juicio con Dios, que es más fuerte que él. ECL006011 Mucho se habla y discurre en las disputas, y en todas ellas se ve mucha vanidad. ECL006012 ¿Qué necesita el hombre andar inquiriendo cosas superiores a su capacidad, cuando ignora lo que le es conducente durante su vida, en el corto número de días de su peregrinación, y en el tiempo de ella, que pasa como sombra? ¿Ni quién podrá descubrirle lo que ha de suceder después de él debajo del sol? ECL007001 Más vale la buena reputación que los más preciosos perfumes; y mejor es el día de la muerte del justo que el día del nacimiento. ECL007002 Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del festín; que en aquélla se recuerda el paradero de todos los hombres, y el que vive considera lo que le ha de suceder. ECL007003 Mejor es el enojo del justo que la falsa risa del lisonjero; porque con la tristeza del semblante del justo se corrige el corazón del pecador. ECL007004 Y así el corazón de los sabios está contento en la casa donde hay tristeza, y el corazón de los necios donde hay diversión. ECL007005 Más vale ser reprendido del sabio que seducido con las lisonjas de los necios: ECL007006 porque las risas del insensato son como el ruido de las espinas cuando arden debajo de la olla; y así también esto es vanidad. ECL007007 La calumnia conturba al sabio y le hace perder la fortaleza de su corazón. ECL007008 Mejor es el fin de un discurso que el principio. Mejor es el hombre sufrido que el arrogante. ECL007009 No seas fácil en airarte, porque la ira se abriga en el corazón del insensato. ECL007010 No digas: ¿De qué proviene que los tiempos pasados fueron mejores que los de ahora?, pues es ésta una pregunta necia. ECL007011 La sabiduría con riquezas es más útil y aprovecha más a los hombres. ECL007012 Porque como la sabiduría es un escudo, así lo es el dinero; pero la instrucción y la sabiduría tienen la ventaja de que dan vida a quien las posee. ECL007013 Considera las obras de Dios, y que ninguno puede corregir a quien Él ha dejado de su mano. ECL007014 Tú, pues, en el día que tengas bueno, goza del bien, y prevente para el día malo: porque como Dios ha hecho aquél, así ha hecho éste; sin que ningún hombre tenga justo motivo para quejarse. ECL007015 He visto, asimismo, en los caducos y frágiles días de mi vida que perece el justo en medio de su justicia, y el impío vive largo tiempo en medio de su malicia. ECL007016 No quieras ser demasiado justo, ni saber más de lo que conviene, no sea que vengas a parar en estúpido. ECL007017 No multipliques pecados sobre pecados, ni quieras ser insensato; no sea que te coja la muerte antes de tiempo. ECL007018 Bueno es que socorras al justo; mas no por eso retires tu mano de otros que no lo son: pues quien teme a Dios a nadie desecha. ECL007019 La sabiduría hace al sabio más fuerte que diez o muchos poderosos de una ciudad; pero no le hace impecable. ECL007020 Porque no hay hombre justo en la tierra que haga el bien y no peque jamás. ECL007021 No te pares a escuchar todas las conversaciones que se tienen: no sea que oigas a tu siervo murmurar de ti; ECL007022 ya que tu conciencia te atestigua que tú también has murmurado frecuentemente de otros. ECL007023 Yo hice todo lo posible por alcanzar la sabiduría. Dije: Yo he de llegar a ser sabio. Pero ella se desvió lejos de mí ECL007024 mucho más que antes. ¡Oh, cuan grande es su profundidad! ¿Quién podrá llegar a sondearla?. ECL007025 Recorrió mi espíritu todas las cosas para saber y considerar, y buscar la sabiduría y la razón; para conocer, asimismo, la malicia de los insensatos y el error de los imprudentes; ECL007026 y hallé que es más amarga que la muerte la mujer; la cual es un lazo de cazar, y una red barredera su corazón, y sus manos unos grillos. Quien es grato a Dios huirá de ella; pero el pecador quedará preso. ECL007027 Esto es lo que hallé, dijo el Eclesiastés, habiendo recorrido una cosa tras otra, para averiguar la razón de la pérdida de tantos hombres: ECL007028 razón que aun anda buscando mi alma, sin haberla podido descubrir; a saber, por qué entre mil hombres hallé uno, y ninguna entre las mujeres todas. ECL007029 Sólo esto hallé, que Dios crió al hombre recto, y el mismo hombre se enredó en infinitas cuestiones y peligros. ECL008001 ¿Quién es igual al sabio? ¿Quién conoce la solución de esta difícil parábola? Resalta en el rostro del hombre su sabiduría, y el Todopoderoso le mudará el semblante. ECL008002 Yo estoy atento a las palabras del rey y a los preceptos de Dios, confirmados con juramentos. ECL008003 Tú no te apresures a retirarte de su presencia, ni perseveres en el pecado; porque hará todo lo que quisiere, ECL008004 pues su palabra es muy poderosa; ni puede alguno decirle: ¿por qué haces esto? ECL008005 El que aguarda sus órdenes, no experimentará mal ninguno. El corazón del sabio conoce el tiempo y la manera de responder. ECL008006 Tiene cada cosa su tiempo y sazón: mas es grande la pena del hombre al querer saberlo; ECL008007 por cuanto ignora lo pasado, y por ninguna vía puede saber lo venidero. ECL008008 No está en poder del hombre el retener su espíritu o prolongar su vida; ni tiene potestad alguna sobre el día de su muerte; ni se le dan treguas en aquella guerra que le amenaza. No le valdrá al impío su impiedad en aquel trance. ECL008009 Todas estas cosas consideré, y apliqué mi espíritu a la meditación de cuanto se hace debajo del sol. Y no dejé de observar que un hombre domina sobre otro hombre a veces para su propia desdicha. ECL008010 Vi también los pomposos entierros de los impíos; los cuales aun mientras vivían residían en el lugar santo, y eran alabados en la ciudad como de buenas costumbres: mas también es esto vanidad. ECL008011 Y sucede que los hijos de los hombres, viendo que no se pronuncia luego la sentencia contra los malos, cometen la maldad sin temor alguno. ECL008012 Pero esta misma paciencia con que es tolerado el pecador, aunque peque cien veces, me ha hecho conocer a mí que serán dichosos aquellos que temen a Dios y respetan su majestad, ECL008013 ¡Ahí, no haya bien para el impío, ni sean prolongados los días de su vida; antes bien, pasen como sombra los que no temen la presencia del Señor. ECL008014 Hállase todavía otra miseria sobre la tierra: hay justos que padecen males, como si hubieran hecho acciones de impíos; e impíos hay que viven tan sosegados como si tuvieran méritos de justos. Cosa es ésta que también me parece muy vana. ECL008015 Por lo tanto, alabé la alegría del justo; visto que no hay bien para el hombre en esta vida, sino el comer y beber moderadamente, y estar contento, y que esto es lo que únicamente sacará de su trabajo en los días de su vida que le ha concedido Dios en la tierra. ECL008016 Y apliqué mi corazón para aprender la sabiduría, a fin de conocer la causa de esta disipación de ánimo en los que moran en la tierra. Hombre hay que ni de día ni de noche admite en sus ojos el sueño. ECL008017 Al fin entendí que no puede el hombre hallar razón completa de todas las obras de Dios que se hacen en este mundo; y que cuanto más trabajare por descubrirla, menos la hallará: aunque dijere el sabio que él la sabe, nunca podrá dar con ella. ECL009001 Todas estas cosas traté en mi corazón, poniendo todo cuidado en averiguarlas. Los justos y los sabios, y las obras de ellos, están en las manos de Dios; y con todo, no sabe el hombre si es digno de amor o de odio, sino que todo se reserva incierto para lo venidero; ECL009002 porque ahora todas las cosas suceden igualmente al justo como al impío, al bueno y al malo, al limpio y al no limpio, al que sacrifica víctimas y al que desprecia los sacrificios: en suma, así es tratado el inocente como el pecador, y el que jura verdad como el perjuro. ECL009003 Ésta es la cosa más intrincada y peligrosa de todas cuantas pasan debajo del sol, el ver que todos están sujetos a los mismos azares: de donde nace que los corazones de los hijos de los hombres se llenan de malicia y de orgullo durante su vida, y después de esto son llevados a los infiernos. ECL009004 No hay hombre que viva siempre, ni que pueda presumir esto. Con todo, hasta el perro que vive, vale siempre más que el león ya muerto: ECL009005 pues los vivos saben que han de morir, y pueden disponerse; pero los muertos no saben ya nada, ni están en estado de merecer, y su memoria ha quedado sepultada en el olvido. ECL009006 Asimismo, el amor, y el odio, y las envidias se acabarán juntamente con ellos, y no tendrán ya parte ninguna en este siglo, ni en cuanto pasa debajo del sol. ECL009007 Anda, pues, y come con alegría tu pan, y bebe con gozo tu vino, mientras tus obras son agradables a Dios. ECL009008 Estén blancos en todo tiempo tus vestidos, y no falte en tu cabeza el bálsamo. ECL009009 Goza de la vida en compañía de tu amada esposa durante todos los días de tu vida inestable, que se te han concedido debajo del sol por todo el tiempo de tu vanidad o frágil vida, ya que mientras vives ésta es la parte que te toca de tu trabajo con que andas afanado en este mundo. ECL009010 Todo cuanto pudieres hacer de bueno, hazlo sin perder tiempo; puesto que ni obra, ni pensamiento, ni sabiduría, ni ciencia ha lugar en el sepulcro, hacia el cual vas corriendo. ECL009011 Volví mi consideración a otro asunto; y observé que debajo del sol, ni la ventaja en la carrera es de los ligeros, ni de los valientes la victoria en la guerra, ni el pan para los sabios, ni para los doctos las riquezas, ni de los peritos en las artes es el crédito; sino que todo se hace como por azar y a la ventura. ECL009012 Ni sabe el hombre su fin; sino que como los peces se prenden con el anzuelo, y como las aves caen en el lazo, así los hombres son sorprendidos de la adversidad, que los sobrecoge de repente. ECL009013 Vi también debajo del sol una especie de sabiduría, que yo reputé grandísima: ECL009014 Había una ciudad pequeña, y de poca gente: vino contra ella un rey poderoso, y la bloqueó, y levantó fortalezas y máquinas alrededor, y quedó concluido el cerco. ECL009015 Hallóse dentro un hombre pobre, pero sabio, que con su saber libertó la ciudad; mas nadie se acordó de él. ECL009016 Y decía yo: Ya que la sabiduría vale más que la fuerza, ¿cómo es despreciada la sabiduría del pobre, y no se hace caso de sus consejos? ECL009017 Las palabras de los sabios son oídas en silencio, durante los apuros, más que los gritos de un príncipe puesto entre tontos. ECL009018 Más vale la sabiduría que las armas militares; pero quien errare en un solo punto, perderá muchos bienes. ECL010001 Las moscas muertas en el perfume, donde han caído, echan a perder su fragancia: del mismo modo una pequeña y momentánea imprudencia es mengua de la sabiduría y de la gloria más brillante. ECL010002 El corazón del sabio está siempre en su mano derecha para obrar rectamente; el corazón del insensato en su izquierda para obrar siniestramente. ECL010003 Además, el necio que va siguiendo su camino, como él es un insensato, tiene por tales a todos los demás. ECL010004 Si el espíritu del poderoso se alzare contra ti, no desampares tu puesto, porque tu vigilancia atajará pecados gravísimos. ECL010005 Otro desorden hay, que vi debajo del sol, causado como por error del príncipe, más que por malicia: ECL010006 el tonto colocado en alta dignidad, y sentado en los puestos bajos los ricos en prudencia y sabiduría. ECL010007 Vi a esclavos montados a caballo y a príncipes andar a pie como si fuesen esclavos. ECL010008 Quien abre un hoyo para que caiga el prójimo, en él caerá; y quien destruye el vallado, mordido será de la serpiente. ECL010009 El que transporta piedras, se lastimará con ellas; y quien raja leña, herido quedará con ella. ECL010010 Si el hierro se embota, y no corta como antes, sino que ha perdido los filos, no sin mucho trabajo se afilará; así la sabiduría vendrá tras de la industria. ECL010011 El detractor oculto es semejante a la sierpe, que pica sin hacer ruido. ECL010012 Las palabras de la boca del sabio salen llenas de gracia; los labios del insensato le precipitarán. ECL010013 Sus primeras palabras son una necedad, y un error perniciosísimo el remate de su habla. ECL010014 El tonto habla mucho. Ignora el hombre lo que pasó antes que naciese, y lo que sucederá después, ¿quién se lo podrá mostrar? ECL010015 El fruto de las fatigas del necio será la aflicción: porque ni el camino saben por donde ir a la ciudad. ECL010016 Desdichado de ti, ¡oh país!, cuyo rey es un niño, que no sabe gobernar, y cuyos príncipes comen de mañana. ECL010017 Dichosa la tierra cuyo rey es noble, y cuyos príncipes comen a su tiempo, para sustentarse y no para cebarse en los deleites. ECL010018 Por pereza en retejar se desplomará la techumbre, y por flojedad en obrar será toda la casa una gotera. ECL010019 Sirvense aquéllos de los manjares y bebidas para reír y banquetear, pues todo obedece al dinero. ECL010020 Tú no murmures del rey, ni aun por pensamiento, ni hables mal del rico en el interior de tu gabinete, porque las mismas aves del cielo llevarán tus palabras y los pájaros publicarán cuanto has dicho. ECL011001 Echa tu pan sobre las aguas corrientes, que al cabo de mucho tiempo le hallarás. ECL011002 Repártele a siete y aun a ocho, o más personas, porque no sabes tú los males que pueden sobrevenirte en la tierra: ECL011003 haz como las nubes, que cuando están cargadas derraman sobre la tierra la lluvia benéfica. Si el árbol cayere hacia el Mediodía, o hacia el Norte, doquiera que caiga allí quedará. ECL011004 El que anda observando el viento, no siembra nunca; y el que atiende a que hay nubes, jamás se pondrá a segar. ECL011005 Así como ignoras por dónde viene el espíritu al cuerpo, y la manera con que se compaginan los huesos en el vientre de la que está encinta, así tampoco puedes conocer las obras de Dios, hacedor de todas las cosas. ECL011006 Siembra, pues, tu simiente desde la mañana de tu vida, y no levantes por la tarde tu mano de la labor, pues que no sabes qué nacerá primero, si esto o aquello: que si naciere todo a un tiempo, tanto mejor. ECL011007 Dulce cosa es la luz y deleitable a los ojos el ver el sol. ECL011008 Pero aunque viva un hombre muchos años, y en todos ellos contento, debe, no obstante, acordarse del tiempo de tinieblas y de la muchedumbre de días de la eternidad: llegados los cuales, quedarán convencidas de vanidad las cosas pasadas. ECL011009 Gózate, pues, ¡oh joven disoluto!, en tu mocedad, disfruta de los bienes de tu alma en los floridos días de tu juventud, sigue las inclinaciones de tu corazón y lo que agrada a tus ojos; pero sábete que de todas esas cosas te pedirá Dios cuentas en el día que te juzgue. ECL011010 Por tanto, arranca de tu corazón la ira, y aparta todo vicio de tu carne, puesto que la juventud y las delicias no son sino vanidad. ECL012001 Acuérdate de tu Criador en los días de tu juventud, antes que venga el tiempo de la aflicción, y se lleguen aquellos años en que dirás: ¡Oh años displicentes! ECL012002 Antes que, debilitándose tu vista, se te oscurezca el sol, y la luz de la luna, y de las estrellas; y tras la lluvia vuelvan las nubes. ECL012003 No esperes a obrar bien cuando temblarán tus manos y piernas, guardas que son de la casa de tu alma, y debilitadas las rodillas bambolearán los varones robustos; y cuando las que muelen en la boca la comida serán en corto número y estarán ociosas; y cuando quedarán en tinieblas los ojos que miran por las ventanas, ECL012004 y cerraránse los labios, puertas que son de la calle, por la voz débil de la lengua, que hace el oficio del que muele: e insomnes los hombres se levantarán a la voz de un pájaro, y quedarán sordas sus orejas, que son las que perciben el canto o la armonía: ECL012005 cuando, trémulos, temerán subir a los lugares altos, y tendrán miedo de caer en el camino llano: cuando florecerá el almendro, o se pondrá cana su cabeza, se engrosará la langosta, o hincharán las piernas, y se disipará la alcaparra o todo apetito. ECL012006 Porque el hombre ha de ir a la casa de su eternidad, y los enlutados le acompañarán algún día por las calles, ECL012007 Acuérdate de Dios antes que se rompa el cordón de plata, o medula espinal, y se arrugue la venda de oro, o membrana que envuelve el cerebro, y se haga pedazos el cántaro sobre la fuente, y se quiebre la polea sobre la cisterna; ECL012008 y, en suma, antes que el polvo se vuelva a la tierra de donde salió, y el espíritu vuele a Dios, que le dio el ser. ECL012009 Vanidad de vanidades, dijo el Eclesiastés, y todo es vanidad. ECL012010 El Eclesiastés o predicador, siendo como era sapientísimo, enseñó al pueblo, y refirió las cosas que había hecho: y filosofando compuso muchas parábolas. ECL012011 Recogió sentencias provechosas y escribió documentos rectísimos y llenos de verdad. ECL012012 Los dichos de los sabios son como aguijones, y como clavos hincados profundamente, y estos dichos nos ha dado el único pastor, mediante la enseñanza de los maestros. ECL012013 Tú, hijo mío, no tienes que buscar cosa mejor que las dichas verdades. Los libros se van multiplicando sin término, y la continua meditación del ánimo es tormento del cuerpo. ECL012014 Ahora oigamos todos juntos el fin y compendio de este sermón: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos, porque esto es todo hombre; ECL012015 y acordémonos que hará Dios dar cuenta en su juicio de todas las faltas, y de todo el bien y el mal que se habrá hecho.
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