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2CR001001 Salomón, hijo de David, se afianzó en el trono, pues el Señor, su Dios, estaba con él y lo engrandeció. 2CR001002 Después de hablar con los israelitas, con los jefes y oficiales, los jueces, los príncipes y todos los cabezas de familia, 2CR001003 Salomón y toda la comunidad con él se dirigieron a la ermita de Guibeón, donde estaba la tienda del encuentro con Dios, la que había hecho en el desierto Moisés, siervo de Dios. 2CR001004 (En cuanto al arca de Dios, David la había llevado desde Villasotos al lugar que le había preparado, porque le había alzado una tienda en Jerusalén. 2CR001005 El altar de bronce que había hecho Besalel, hijo de Urí, hijo de Jur, también se encontraba allí, delante del santuario del Señor. 2CR001006 Salomón y la comunidad lo consultaban). Subió Salomón al lugar donde se hallaba el altar de bronce -el que está en presencia del Señor, delante de la tienda del encuentro- y ofreció sobre él mil holocaustos. 2CR001007 Aquella noche, Dios se apareció a Salomón y le dijo: Pídeme lo que quieras. 2CR001008 Salomón respondió a Dios: Tú trataste con gran misericordia a mi padre, David, y me has nombrado sucesor suyo. 2CR001009 Pues bien, Señor Dios, mantén la promesa que hiciste a mi padre, David, porque tú has sido quien me ha hecho reinar sobre un pueblo numeroso como el polvo de la tierra. 2CR001010 Dame ciencia y sabiduría para dirigir a este pueblo. De lo contrario, ¿quién podría gobernar a este pueblo tuyo tan numeroso? 2CR001011 Contestó Dios a Salomón: Por haber sido ése tu deseo, en vez de pedirme riquezas, bienes, gloria, la muerte de tus enemigos o una larga vida; por haber pedido ciencia y sabiduría para gobernar a mi pueblo, del que te he constituido rey, 2CR001012 se te concede la sabiduría y la ciencia, y también riquezas, bienes y gloria como no la han tenido los reyes que te precedieron ni la tendrán tus sucesores. 2CR001013 Salomón salió de la tienda del encuentro y volvió desde la ermita de Guibeón a Jerusalén, donde reinó en Israel. 2CR001014 Salomón juntó carros y caballos. Llegó a tener mil cuatrocientos carros y doce mil caballos. Los acantonó en las ciudades con cuarteles para carros y en Jerusalén, junto a palacio. 2CR001015 Él rey consiguió que en Jerusalén la plata y el oro fueran tan corriente como las piedras, y los cedros tan numerosos como los sicómoros de la Sefela. 2CR001016 Los caballos de Salomón provenían de Egipto y Cilicio, donde los tratantes del rey los compraban al contado. 2CR001017 Cada carro importado de Egipto valía seiscientos pesos, y un caballo, ciento cincuenta. Sus intermediarios los vendían por el mismo precio a los reyes hititas y sirios. 2CR002001 Salomón decidió construir un templo en honor del Señor y un palacio real. 2CR002002 Reclutó setenta mil cargadores y ochenta mil canteros, y puso al frente de ellos tres mil seiscientos capataces. 2CR002003 Luego envió esta embajada a Juran, rey de Tiro: Hace tiempo enviaste a mi padre, David. madera de cedro para que se construyera un palacio donde habitar. 2CR002004 Mira, yo pienso construir ahora un templo en honor del Señor, mi Dios, para consagrarlo a él, quemar incienso de sahumerio en su presencia, tener siempre los panes presentados, ofrecer los holocaustos matutinos y vespertinos, los de los sábados, principios de mes y solemnidades del Señor, nuestro Dios. Así se hará siempre en Israel. 2CR002005 El templo que voy a construir debe ser grande, porque nuestro Dios es el más grande de los dioses. 2CR002006 ¿Quién se atreverá a construirle un templo cuando el cielo y lo más alto del cielo resultan pequeños para contenerlo? Y ¿quién soy yo para construirle un templo, aunque sólo sea para quemar incienso en su presencia? 2CR002007 De todos modos, envíame un hombre que domine el arte de trabajar el oro, la plata, el bronce, el hierro, la escarlata, el carmesí, la púrpura y que sepa grabar. Trabajará con los artesanos que preparó mi padre, David, y que están a mi disposición en Judá y Jerusalén. 2CR002008 Mándame también madera de cedro, abeto y sándalo del Líbano. Ya sé que tus siervos son peritos en talar árboles del Líbano. Mis esclavos irán con los tuyos 2CR002009 para prepararme gran cantidad de madera, porque el templo que voy a construir será grande y magnífico. 2CR002010 A los taladores les daré para su manutención veinte mil fanegas de trigo, veinte mil fanegas de cebada, veinte mil cántaros de vino y veinte mil de aceite. 2CR002011 Juran, rey de Tiro, contestó a Salomón por escrito: 'El Señor te ha hecho rey de tu pueblo por lo mucho que lo quiere'. 2CR002012 Y añadía: 'Bendito sea el Señor, Dios de Israel, que hizo él cielo y la tierra, por haber dado al rey David un hijo sabio, dotado de prudencia e inteligencia, dispuesto a construir un templo al Señor y un palacio real. 2CR002013 Te envío a JuránAbiu, hombre experto e inteligente, 2CR002014 hijo de madre danita de padre fenicio. Sabe trabajar el oro, la plata, el bronce, el hierro, la piedra, la madera, la púrpura roja y violácea, el carmesí, el lino y hacer toda clase de grabados. Realizará todos los proyectos que le encarguen en colaboración con tus artesanos y con los de tu padre, David, mi señor. 2CR002015 Envía a tus servidores el trigo, la cebada, el vino y el aceite de que hablas. 2CR002016 Nosotros talaremos todos los árboles del Líbano que necesites, te los enviaremos a Jafa en balsas, por vía marítima, y tú te encargas de transportarlos a Jerusalén'. 2CR002017 Salomón hizo el censo de todos los emigrantes que se encontraban en territorio israelita, censo posterior al que hizo su padre, David. Eran ciento cincuenta y tres mil seiscientos. 2CR002018 Setenta mil los destinó a cargadores, ochenta mil a canteros en la montaña y tres mil seiscientos como capataces al frente del personal. 2CR003001 Salomón comenzó a construir el templo del Señor en Jerusalén, en el monte Moria -donde el Señor se apareció a su padre, David, en el lugar que éste había preparado, en la era de Omán, el jebuseo-. 2CR003002 Comenzó a edificar en el mes segundo del año cuarto de su reinado. 2CR003003 Salomón determinó la planta del templo: treinta metros de largo, del patrón antiguo, y diez de ancho. 2CR003004 El vestíbulo ante la nave del templo ocupaba diez metros a lo ancho del edificio, y tenía cinco metros de profundidad y diez de altura. Lo revistió por dentro de oro puro. 2CR003005 La nave principal la recubrió con madera de abeto y la adornó con palmas y cadenas engarzadas en oro fino. 2CR003006 Adornó el templo con piedras preciosas y con oro auténtico de Paravín. 2CR003007 También revistió de oro la nave, las vigas, los umbrales, las paredes y las puertas. E hizo relieves de querubines en las paredes. 2CR003008 Hizo luego la cámara del Santísimo. Ocupaba diez metros a lo ancho del edificio y tenía diez metros de profundidad; la recubrió con doscientos cinco quintales de oro fino. 2CR003009 Los clavos, que eran de oro, pesaban cada uno medio kilo. Revistió de oro las habitaciones superiores. 2CR003010 Para la cámara del Santísimo encargó a los escultores dos querubines, y los recubrió de oro. 2CR003011 Las alas de los querubines abarcaban diez metros; un ala del primero, de dos metros v medio, tocaba la pared interior del edificio; la otra, también de dos metros y medio, rozaba el segundo querubín. 2CR003012 Un ala del segundo querubín, de dos metros y medio, tocaba la pared de enfrente, y la otra ala, de dos metros y medio, llegaba hasta un ala del primer querubín. 2CR003013 En total, las alas extendidas de los querubines abarcaban diez metros. Estaban de pie, mirando hacia dentro. 2CR003014 Hizo el velo de púrpura violeta, escarlata, carmesí y lino, con querubines bordados. 2CR003015 Delante de la nave colocó dos columnas de diecisiete metros y medio de altura, rematadas con un capitel de dos metros y medio. 2CR003016 Hizo unas guirnaldas en forma de collar y las puso en los capiteles; también hizo cien granadas y las colocó en las guirnaldas. 2CR003017 Levantó las columnas a la entrada del templo, una a la derecha y otra a la izquierda. A la derecha la llamó 'Firme' y ala izquierda 'Fuerte'. 2CR004001 Hizo un altar de bronce de diez metros de largo, diez de ancho y cinco de alto. 2CR004002 Construyó también un depósito de metal fundido; medía cinco metro de diámetro. Era todo redondo, de dos metros y medio de alto y unos quince de perímetro, medidos a cordel. 2CR004003 Por debajo del borde, todo alrededor, daban la vuelta al depósito dos series de figuras de toros -veinte cada metro- fundidas con el depósito en una sola pieza. 2CR004004 EI depósito descansaba sobre doce toros; los toros, que miraban tres al norte, tres a poniente, tres al sur y tres a levante, tenían los cuartos traseros hacia dentro; encima de ellos iba el depósito. 2CR004005 Su espesor era de un palmo y su borde como el de un cáliz de azucena. Su capacidad, unos ciento veinte mil litros. 2CR004006 Hizo diez aguamaniles; puso cinco a la derecha y cinco a la izquierda. En ellos se lavaba el material de los holocaustos, mientras que el depósito estaba destinado a las abluciones de los sacerdotes. 2CR004007 Hizo también diez candelabros de oro, según la forma prescrita, y los puso en el santuario, cinco a la derecha y cinco a la izquierda. 2CR004008 También colocó en el santuario diez mesas, cinco a la derecha y cinco a la izquierda. Fabricó cien aspersorios de oro. 2CR004009 Construyó el atrio de los sacerdotes, el atrio mayor y sus puertas, que recubrió de bronce. 2CR004010 El depósito lo puso a la derecha, hacia el sudeste. 2CR004011 Juran hizo también los calderos, los ceniceros y los aspersorios. Así ultimó todos los encargos de Salomón para el templo del Señor: 2CR004012 las dos columnas, las dos esferas de los capiteles que remataban las columnas, las dos guirnaldas para adornar esas esferas, 2CR004013 las cuatrocientas graznadas para las dos guirnaldas (dos series de granadas por guirnalda), 2CR004014 los diez palanganeros y los diez aguamaniles, 2CR004015 el depósito sobre los doce toros, los calderos, ceniceros y trinchantes. 2CR004016 Todos los utensilios que JuránAbiu hizo al rey Salomón para el templo del Señor eran de bronce bruñido. 2CR004017 Los fundió en el valle del Jordán, junto al vado de Adama, entre Las Cabanas y Seredá. 2CR004018 Salomón hizo todos estos objetos; eran tantos que no se calculó el peso del bronce. 2CR004019 También hizo los demás utensilios del templo: el altar de bronce, las mesas sobre las que se ponen los panes presentados, 2CR004020 los candelabros con sus lámparas, de oro puro, para que ardieran como está mandado delante del camarín, 2CR004021 los cálices, lámparas y tenazas de oro, de oro purísimo; 2CR004022 los cuchillos, aspersorios, bandejas, incensarios de oro puro, y también de oro los quicios de las puertas del camarín y de la nave. 2CR005001 Cuando se terminaron todos los encargos del rey para el templo, Salomón hizo traer las ofrendas de su padre, David (plata, oro y vasos), y las depositó en el tesoro del templo de Dios. 2CR005002 Entonces Salomón convocó en Jerusalén a los concejales de Israel, a los jefes de las tribus y a los cabezas de familia de los israelitas para transportar el arca de la alianza del Señor desde la Ciudad de David, o sea, Sión. 2CR005003 Todos los israelitas se congregaron en torno al rey en la fiesta del mes séptimo. 2CR005004 Cuando llegaron todos los concejales de Israel, los levitas cargaron con el arca; 2CR005005 y los sacerdotes levitas la trasladaron, junto con la tienda del encuentro y los utensilios del culto que había en la tienda. 2CR005006 El rey Salomón, acompañado de toda la asamblea de Israel, reunida con él ante el arca, sacrificaba una cantidad incalculable de ovejas y bueyes. 2CR005007 Los sacerdotes llevaron el arca de la alianza del Señor a su sitio, alcamarin del templo, al santísimo, bajo las alas de los querubines; 2CR005008 los querubines extendían sus alas sobre el sitio del arca y cubrían el arca y los varales por encima 2CR005009 (los varales eran lo bastante largos como para que se viera el remate desde la nave, delante del camarín, pero no desde fuera). Allí se conservan actualmente. 2CR005010 En el arca sólo había las dos tablas que escribió Moisés en el Horeb, cuando el Señor pactó con los israelitas al salir de Egipto. 2CR005011 Cuando los sacerdotes salieron del santuario (todos los sacerdotes presentes se habían purificado sin distinción de clases), 2CR005012 los levitas cantores -Asaf, Hernán, Yedutún, sus hijos y sus hermanos-, vestidos de lino fino, con címbalos, arpas y cítaras, estaban de pie al este del altar, acompañados de ciento veinte sacerdotes que tocaban las trompetas. 2CR005013 Trompetas y cantores entonaron al unísono los himnos y la acción de gracias al Señor; y en medio del fragor de trompetas, címbalos, instrumentos musicales e himnos al Señor, 2CR005014 porque es bueno, porque es eterna su misericordia', una nube llenó el templo, de forma que los sacerdotes 2CR006001 no podían seguir oficiando a causa de la nube, porque la gloria del Señor llenaba el templo de Dios. 2CR006002 Entonces Salomón dijo: El Señor quiere habitar en la tiniebla; 2CR006003 y yo te he construido un palacio, un sitio donde vivas para siempre. 2CR006004 Luego se volvió para echar la bendición a toda la asamblea de Israel (toda la asamblea de Israel estaba en pie) 2CR006005 y dijo: Bendito el Señor, Dios de Israel, que con su boca hizo una promesa a mi padre, David, y con su mano la ha cumplido: 2CR006006 'Desde el día que saqué del país de Egipto a mi pueblo, no elegí ninguna ciudad de las tribus de Israel para hacerme un templo donde residiera mi Nombre, y no elegí a nadie para que fuera caudillo de mi pueblo, Israel, 2CR006007 sino que elegí a Jerusalén para poner allí mi Nombre y elegí a David para que estuviera al frente de mi pueblo, Israel'. 2CR006008 Mi padre, David, pensó edificar un templo en honor del Señor, Dios de Israel, 2CR006009 y el Señor le dijo: 'Ese proyecto que tienes de construir un templo en mi honor, haces bien en tenerlo; 2CR006010 sólo que tú no construirás ese templo, sino que un hijo de tus entrañas será quien construya ese templo en mi honor'. 2CR006011 'El Señor ha cumplido la promesa que hizo; yo he sucedido en el trono de Israel a mi padre, David, como prometió el Señor, y he construido este templo en honor del Señor, Dios de Israel. 2CR006012 Y en él he colocado el arca, donde se conserva la alianza que el Señor pactó con los hijos de Israel. 2CR006013 Salomón de pie ante el altar del Señor, en presentía de toda la asamblea de Israel, extendió las manos. 2CR006014 Salomón había hecho un estrado de bronce de dos metros y medio de largo por dos y medio de ancho y uno cincuenta de alto, y lo había colocado en medio del atrio; subió a él, se arrodilló frente a toda la asamblea de Israel, elevó las manos al cielo 2CR006015 y dijo: Señor, Dios de Israel. Ni en el cielo ni en la tierra hay un Dios como tú, fiel a la alianza con tus servidores si proceden de todo corazón de acuerdo contigo; 2CR006016 que a mi padre, David, tu siervo, le has mantenido tu palabra (con tu boca lo prometiste y con tu mano lo cumples hoy). 2CR006017 Ahora, pues, Señor, Dios de Israel, mantén en favor de tu siervo, mi padre, David, ¡a promesa que le hiciste: 2CR006018 'No te faltará en mi presencia un descendiente en el trono de Israel, a condición de que tus hijos sepan comportarse, caminando por mi Ley como has caminado tú'. 2CR006019 Ahora, pues, Señor, Dios de Israel, confirma la promesa que hiciste a tu siervo David. 2CR006020 Aunque, ¿es posible que Dios habite con los hombres en la tierra? Si no cabes en el cielo y lo más alto del cielo, ¡cuánto menos en este templo que te he construido! ' Vuelve tu rostro a la oración y súplica de tu siervo, Señor, Dios mió, escucha el clamor y la oración que te dirige tu siervo. 2CR006021 Día y noche estén tus ojos abiertos sobre este templo, sobre el sitio donde quisiste que residiera tu Nombre. ¡Escucha la oración que tu siervo te dirige en este sitio! 2CR006022 Escucha las súplicas de tu siervo y de tu pueblo, Israel, cuando recen en este sitio: escucha tú desde tu morada del cielo, escucha y perdona. 2CR006023 Cuando uno peque contra otro, si se le exige juramento y viene a jurar ante tu altar en este templo, 2CR006024 escucha tú desde el cielo y haz justicia a tus siervos, condenando al culpable devolviéndole su merecido y absolviendo al inocente pagándole según su inocencia. 2CR006025 Cuando tu pueblo, Israel, sea derrotado por el enemigo por haber pecado contra ti, si se convierten y confiesan su pecado, y rezan y suplican ante ti en este templo, 2CR006026 escucha tú desde el cielo y perdona el pecado de tu pueblo, Israel, y hazlos volver a la tierra que les diste a ellos y a sus padres. 2CR006027 Cuando, por haber pecado contra ti, se cierre el cielo y no haya lluvia, si rezan en este lugar, te confiesan su pecado y se arrepienten cuando tú los afliges, 2CR006028 escucha tú desde el cielo y perdona el pecado de tu siervo, de tu pueblo, Israel, mostrándole el buen camino que deben seguir, y envía la lluvia a la tierra que diste en heredad a tu pueblo. 2CR006029 Cuando en el país haya hambre, peste, sequía y añublo, langostas y saltamontes: cuándo el enemigo cierre el cerco a algunas de sus ciudades; en cualquier calamidad o enfermedad; 2CR006030 si uno cualquiera, o todo tu pueblo, Israel, ante los remordimientos y el dolor, extiende las manos hacia este templo y te dirige oraciones y súplicas, 2CR006031 escucha tú desde el cielo donde moras, perdona y paga a cada uno según su conducta, tú que conoces el corazón humano; 2CR006032 así te respetarán y marcharán por tus sendas mientras vivan en la tierra que tú diste a nuestros padres. i 2CR006033 Pero también al extranjero que no pertenece a tu pueblo, Israel: cuando venga de un país lejano, atraído por tu gran fama, tu mano fuerte y tu brazo extendido, cuando venga a rezar en este templo, 2CR006034 escúchalo tú desde el cielo, donde moras, haz lo que te pida, para que todas las naciones del mundo conozcan tu fama y te respeten como tu pueblo, Israel, y sepan que tu Nombre ha sido invocado en este templo que he construido. 2CR006035 Cuando tu pueblo salga a campaña contra sus enemigos por el camino que le señales, si rezan a ti vueltos hacia esta ciudad que has elegido y al templo que he construido en tu honor, 2CR006036 escucha tú desde el cielo su oración y súplica y hazles justicia. 2CR006037 Cuando pequen contra ti -porque nadie está libre de pecado- y tú, irritado con ellos, los entregues al enemigo, y los vencedores los destierren a un país lejano o cercano; 2CR006038 si en el país donde viven deportados reflexionan y se convierten, y en el país de su destierro te suplican diciendo: 'Hemos pecado, hemos faltado, somos culpables'; 2CR006039 si en el país del destierro adonde los han deportado se convierten a ti con todo el corazón y con toda el alma, y rezan vueltos a la tierra que habías dado a sus padres, hacia la ciudad que elegiste y el templo que he construido en tu honor, 2CR006040 desde el cielo donde moras escucha tú su oración y súplica, hazles justicia y perdona a tu pueblo los pecados cometidos contra ti. 2CR006041 Que tus ojos, Dios mío, estén abiertos y tus oídos atentos a las súplicas que se hagan en este lugar. 2CR006042 Y ahora, levántate, Señor Dios, ven a tu mansión, ven con el arca de tu poder; que tus sacerdotes, Señor Dios, se vistan de gala, que tus fieles desborden de felicidad. 2CR007001 Señor Dios, no niegues audiencia a tu ungido; recuerda la lealtad de David, tu siervo. 2CR007002 Cuando Salomón terminó su oración, bajo fuego del cielo, que devoró el holocausto y los sacrificios. La gloria del Señor llenó el templo, 2CR007003 y los sacerdotes no podían entrar en él porque la gloria del Señor llenaba el templo. 2CR007004 Los israelitas, al ver que el fuego y la gloria del Señor bajaban al templo, se postraron rostro en tierra sobre el pavimento y adoraron y dieron gracias al Señor, 'porque es bueno, porque es eterna su misericordia' . 2CR007005 El rey y todo el pueblo ofrecieron sacrificios al Señor; 2CR007006 el rey Salomón inmoló veintidós mil toros y ciento veinte mil ovejas. Así dedicaron el templo de Dios el rey y todo el pueblo. 2CR007007 Los sacerdotes oficiaban de pie, mientras los levitas cantaban al Señor con los instrumentos que había hecho el rey David para alabar y dar gracias al Señor, 'porqué es eterna su misericordia'; los sacerdotes se hallaban frente a ellos y todos los israelitas se mantenían de pie. 2CR007008 Salomón consagró el atrio interior que hay delante del templo, ofreciendo allí los holocaustos y la grasa de los sacrificios de comunión, pues en el altar de bronce que hizo Salomón no cabían los holocaustos, la ofrenda y la grasa. 2CR007009 En aquella ocasión Salomón celebró durante siete días la fiesta; acudió todo Israel, un gentío inmenso, desde el paso de Jamat hasta el río de Egipto. Después de festejar la dedicación del altar durante siete días, 2CR007010 al octavo celebraron una asamblea solemne y luego otros siete días de fiesta. 2CR007011 El día veintitrés del mes séptimo Salomón despidió a la gente; marcharon a sus casas alegres y contentos por todos los beneficios que el Señor había hecho a David, a Salomón y a su pueblo, Israel. 2CR007012 Salomón terminó el templo del Señor y el palacio real; todo cuanto había deseado hacer para el templo y el palacio le salió perfectamente. 2CR007013 Se le apareció el Señor de noche y le dijo: He escuchado tu oración y elijo este lugar como templo para los sacrificios. 2CR007014 Cuando yo cierre el cielo y no haya lluvia, cuando ordene a la langosta que devore la tierra, cuando envíe la peste contra mi pueblo, 2CR007015 si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla, ora, me busca y abandona su mala conducta, yo le escucharé desde el cielo, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra. 2CR007016 Mantendré los ojos abiertos y los oídos atentos a las súplicas que se hagan en este lugar. 2CR007017 Elijo y consagro este templo para que esté en él mi nombre eternamente. Mi corazón y mis ojos estarán siempre en él. 2CR007018 Y en cuanto a ti, si procedes dé acuerdo conmigo como tu padre, David, haciendo exactamente lo que yo te mando y cumpliendo mis mandatos y decretos, 2CR007019 conservare tu trono real como pacté con tu padre, David: 'No te faltará un descendiente que gobierne a Israel'. 2CR007020 Pero si apostatan y descuidan los mandatos y preceptos que les he dado y se van a dar culto a otros dioses y los adoran, 2CR007021 los arrancaré de mi tierra que les di, rechazaré el templo que he consagrado a mi nombre y lo convertiré en el refrán y la burla de todas las naciones. 2CR007022 Y todos los que pasen junto a este templo que fue tan magnífico se asombrarán, comentando: ¿Por qué ha tratado el Señor de tal manera a este país y a este pueblo? 2CR008001 Y les dirán: Porque abandonaron al Señor, el Dios de sus padres, que los habla sacado de Egipto, y siguieron a otros dioses, los adoraron y les dieron culto: por eso les ha echado encima esta catástrofe. 2CR008002 Salomón construyó el templo del Señor y el palacio durante veinte años. 2CR008003 Fortificó las ciudades que le había dado Juran e instaló en ellas a los israelitas. 2CR008004 Luego se dirigió contra Jamat de Soba y se apoderó de ella. 2CR008005 Fortificó Tadmor, en el desierto, y todas las ciudades de abastecimiento que había construido en Jamat. 2CR008006 Convirtió Bejorón de Arriba y Bejorón de Abajo en plazas fuertes, con murallas, puertas y cerrojos. 2CR008007 Lo mismo hizo con Balat, con los centros de abastecimiento que tenía Salomón, las ciudades con cuarteles de carros y caballería, y cuanto quiso construir en Jerusalén, en el Líbano y en todas las tierras de su Imperio. 2CR008008 Salomón hizo una leva de trabajadores no israelitas entre los descendientes que quedaban todavía de los hititas, amárreos, fereceos, heveos y jebuseos 2CR008009 (pueblos que los israelitas no habían exterminado). 2CR008010 A los israelitas no les impuso trabajos forzados, sino que le servían como soldados, funcionarios, jefes y oficiales de carros y caballería. 2CR008011 Los jefes y capataces que mandaban a los obreros eran doscientos cincuenta. 2CR008012 A la hija del Faraón la trasladó de la Ciudad de David al palacio que le había construido, porque pensaba: 'El palacio de David, rey de Israel, quedó consagrado por la presencia del arca del Señor; mi mujer no puede vivir en él'. 2CR008013 Salomón ofrecía holocaustos al Señor sobre el altar del Señor que había construido delante del atrio. 2CR008014 Observaba el rito diario de los holocaustos y las prescripciones de Moisés referentes a los sábados, principios de mes y las tres solemnidades anuales: la fiesta de los Ázimos, la de las Semanas y la de las Chozas. 2CR008015 Siguiendo las prescripciones de su padre, David, asignó a las clases sacerdotales sus servicios; a los levitas, sus funciones de cantar y oficiar en presencia de los sacerdotes, según el rito de cada día; y a los porteros los encargó por grupos de cada una de las puertas. Así lo había dispuesto David, el hombre de Dios. 2CR008016 No se desviaron de lo que el rey había mandado a los sacerdotes y a los levitas en cosa alguna, ni siquiera en lo referente a los almacenes. 2CR008017 Así llevó a cabo toda la obra, desde el día en que puso los cimientos del templo del Señor hasta su terminación. 2CR008018 SaIomón se dirigió entonces a Floresta del Gallo y Elat, en la costa de Edom. 2CR009001 Por medio de sus ministros, Juran le envió una flota y marineros expertos. Fueron a Ofir con los esclavos de Salomón y trajeron de allí al rey Salomón unos dieciséis mil kilos de oro. 2CR009002 La reina de Sabá oyó la fama de Salomón y fue a desafiarlo con enigmas. Llegó a Jerusalén con Una gran caravana de camellos cargados de perfumes y oro en gran cantidad y piedras preciosas. Entró en el palacio de Salomón y le propuso todo lo que pensaba. 2CR009003 Salomón resolvió todas sus consultas: no hubo una cuestión tan oscura que Salomón no le pudiera resolver. 2CR009004 Cuando la reina de Sabá vio la sabiduría de Salomón, la casa que había construido, 2CR009005 los manjares de su mesa, toda la corte sentada a la mesa, los camareros con sus uniformes, sirviendo, los caperos con sus uniformes, los holocaustos que ofrecía en el templo del Señor, se quedó asombrada 2CR009006 y dijo al rey: Es verdad lo que me contaron en mi país de ti y tu sabiduría. 2CR009007 Yo no quería creerlo, pero ahora que he venido y lo veo con mis propios ojos, resulta que no me habían dicho ni la mitad. En abundancia de sabiduría superas todo lo que yo había oído. 2CR009008 ¡Dichosa tu gente; dichosos los cortesanos que están siempre en tu presencia aprendiendo de tu sabiduría! 2CR009009 ¡Bendito sea el Señor, tu Dios, que, por el amor con que quiere conservar para siempre a Israel, te ha elegido para colocarte en el trono, como rey de ellos por la gracia del Señor, tu Dios, para que gobiernes con justicia! 2CR009010 La reina regaló al rey cuatro mil kilos de oro, gran cantidad de perfumes y piedras preciosas; nunca hubo perfumes como los que la reina de Sabá regaló al rey Salomón. 2CR009011 (Los súbditos de Juran y los de Salomón, que transportaban el oro de Ofir, trajeron también madera de sándalo y piedras preciosas. 2CR009012 Con la madera de sándalo el rey hizo entarimados para el templo del Señor y el palacio real, y cítaras y arpas para los cantores. Nunca se había visto madera semejante en la tierra de Judá). 2CR009013 Por su parte, el rey Salomón regaló a la reina de Sabá todo lo que a ella se le antojó, superando lo que ella misma había llevado al rey. Después ella y su séquito emprendieron el viaje de regreso a su país. 2CR009014 El oro que recibía Salomón al año eran veintitrés mil trescientos kilos, sin contar el proveniente de impuestos a los comerciantes y al tránsito de mercancías; y todos los reyes de Arabia y los gobernadores del país llevaban oro y plata a Salomón. 2CR009015 EI rey Salomón hizo doscientos escudos de oro batido, gastando seis kilos y medio en cada uno, 2CR009016 y trescientas adargas de oro batido, gastando medio kilo de oro en cada una; las puso en el salón llamado Bosque del Líbano. 2CR009017 Hizo un gran trono de marfil, recubierto de oro puro; 2CR009018 tenía seis gradas, un cordero de oro en el respaldo, brazos a ambos lados del asiento, dos leones de pie junto a los brazos, 2CR009019 y doce leones de pie a ambos lados de las gradas. Nunca se había hecho cosa igual en ningún reino. 2CR009020 Toda la vajilla de Salomón era de oro, y todo el ajuar del salón Bosque del Líbano era de oro puro; nada de plata, que en tiempos de Salomón no se le daba importancia, 2CR009021 porque el rey tenia una flota que iba a Tarsis con los siervos de Juran, y cada tres años volvían las naves de Tarsis cargadas de oro, plata, marfil, monos y pavos reales. 2CR009022 En riqueza y sabiduría, el rey Salomón superó a todos los reyes de la tierra. 2CR009023 Todos los reyes del mundo venían a visitarlo, para aprender de la sabiduría de que Dios lo había llenado. 2CR009024 Y cada cual traía su obsequio: vajillas de plata y oro, mantos, perfumes y aromas, caballos y mulos. Y así todos los años. 2CR009025 Salomón tenía en sus caballerizas cuatro mil caballos de tiro, carros y doce mil caballos de montar. Los acantonó en las ciudades con cuarteles de carros y en Jerusalén, cerca de palacio. 2CR009026 Tenia poder sobre todos los reyes, desde el Eufrates hasta la región filisteo y la frontera de Egipto. 2CR009027 Salomón consiguió que en Jerusalén la plata fuera tan corriente como la piedra, y los cedros, como los sicómoros de la Sefela. 2CR009028 Los caballos de Salomón provenían de Egipto y de otros países. 2CR009029 Para más datos sobre Salomón, del principio al fin de su reinado, véase la Historia del profeta Natán, la profecía de Ajías de Síló y las visiones del vidente Ido a propósito de Jeroboán, hijo de Nabat. 2CR009030 Salomón reinó en Jerusalén sobre todo Israel cuarenta años. 2CR009031 Cuando murió lo enterraron en la Ciudad de David, su padre. Su hijo Roboán le sucedió en el trono. 2CR010001 Roboán fue a Siquén, porque todo Israel había acudido allí para proclamarlo rey. 2CR010002 (Cuando se enteró Jeroboán, hijo de Nabat -estaba en Egipto, adonde había ido huyendo del rey Salomón-, volvió de Egipto, aporque habían mandado a llamarlo). 2CR010003 Jeroboán y todo Israel hablaron a Roboán: 2CR010004 Tu padre nos impuso un yugo pesado. Aligera ahora la dura servidumbre a que nos sujetó tu padre y el yugo pesado que nos echó encima, y te serviremos. 2CR010005 El les dijo: Vuelvan dentro de tres días. Ellos se fueron, 2CR010006 y el rey Roboán consultó a los ancianos que habían estado al servicio de su padre, Salomón, mientras vivía: ¿Qué me aconsejan que responda a esa gente? 2CR010007 Le dijeron: Si te portas bien con este pueblo, condesciendes con ellos y les respondes con buenas palabras, serán siervos tuyos de por vida. 2CR010008 Pero él desechó el consejo de los ancianos y consultó a los jóvenes que se habían educado con él y estaban a su servicio. 2CR010009 Les preguntó: Esa gente me pide que les aligere el yugo que les echó encima mi padre. ¿Qué me aconsejan que les responda? 2CR010010 Los jóvenes que se habían educado con él le respondieron: O sea, que esa gente te ha dicho: 'Tu padre nos impuso un yugo pesado, aligéranoslo'. Pues tú diles esto: 'Mi dedo meñique es más grueso que la cintura de mi padre. 2CR010011 Si mi padre les cargó un yugo pesado, yo les aumentaré la carga; que mi padre los castigó con azotes, yo los castigaré con latigazos'. 2CR010012 Al tercer día, la fecha señalada por el rey, Jeroboán y todo el pueblo fueron a ver a Roboán. 2CR010013 El rey les respondió ásperamente; desechó el consejo de los ancianos 2CR010014 y les habló siguiendo el consejo de los jóvenes: Si mi padre les impuso un yugo pesado, yo se lo aumentaré; que mi padre los castigó con azotes, pues yo lo haré a latigazos. 2CR010015 De manera que el rey no hizo caso al pueblo, porque era una ocasión buscada por el Señor para que se cumpliera la palabra del Señor que Ajías, el de Silo, comunicó a Jeroboán, hijo de Nabat. 2CR010016 Viendo los israelitas que el rey no les hacía caso, le replicaron: ¿Qué nos repartimos nosotros con David? ¡No heredamos juntos con el hijo de Jesé! ¡A tus tiendas, Israel! ¡Ahora, David, a cuidar de tu casa! 2CR010017 Los de Israel se marcharon a casa, aunque los Israelitas que vivían en las poblaciones de Judá siguieron sometidos a Roboán. 2CR010018 El rey Roboán envió entonces a Adoran, encargado de las brigadas de trabajadores, pero los israelitas la emprendieron a pedradas con él hasta matarlo, mientras el rey montaba aprisa en su carroza para huir a Jerusalén. 2CR010019 Así fue como se independizó Israel de la casa de David, hasta hoy. 2CR011001 Cuando Roboán llegó a Jerusalén, movilizó ciento ochenta mil soldados de Judá y Benjamín para luchar contra Israel y recuperar el reino. 2CR011002 Pero el Señor dirigió ¡apalabra al profeta Semayas: 2CR011003 Di a Roboán, hijo de Salomón, rey de Judá, y a todos los israelitas de Judá y Benjamín: 2CR011004 Así dice el Señor: 'No vayan a luchar contra sus hermanos; que cada cual se vuelva a su casa, porque esto ha sucedido por voluntad mía'. Obedecieron a las palabras del Señor y desistieron de la campaña contra Jeroboán. 2CR011005 Roboán habitó en Jerusalén y construyó fortalezas en Judá. 2CR011006 Restauró Belén, Etán, Tecua, 2CR011007 Casarroca, Seto, Adulan, 2CR011008 Gat, Maresa, Zif, 2CR011009 doraín, Laquis, Azeqa, 2CR011010 Sora, Cervera y Hebrón, fortalezas de Judá y Benjamín. 2CR011011 Pertrechó las fortalezas, puso en ellas comandantes y las proveyó de almacenes de víveres, aceite y vino. 2CR011012 Todas las ciudades tenían escudos y lanzas; estaban perfectamente armadas. Reinó en Judá y Benjamín. 2CR011013 Los sacerdotes y levitas de todo Israel acudían desde sus tierras para unirse a él; 2CR011014 los levitas abandonaron sus ejidos y posesiones para establecerse en Judá y Jerusalén, porque Jeroboán y sus hijos les habían prohibido ejercer el sacerdocio del Señor, 2CR011015 nombrando por su cuenta sacerdotes para las ermitas de las lomas, para los sátiros y para los becerros que había fabricado. 2CR011016 Tras ellos, israelitas de todas las tribus deseosos de servir al Señor, Dios de Israel, fueron a Jerusalén para ofrecer sacrificios al Señor, Dios de sus padres. 2CR011017 Consolidaron el reino de Judá e hicieron fuerte a Roboán, hijo de Salomón, durante tres años, tiempo en el que imitaron la conducta de David y Salomón. 2CR011018 Roboán se casó con Majlat, hija de Yerimot, hijo de David y de Abijaíl, hija de Eliab, de Jesé. 2CR011019 Le dio varios hijos: Yeús, Semarías y Zahan. 2CR011020 Después se casó con Maacá, hija de Absalón, que le dio a Abías, Atay, Zizá y Selomit. 2CR011021 Roboán quería a Maacá más que a todas sus otras mujeres y concubinas; tuvo dieciocho esposas y setenta concubinas y engendró veinticinco hijos y setenta hijas. 2CR011022 A Abías, hijo de Maacá, lo puso al frente de sus hermanos, escogiéndolo como sucesor. 2CR011023 Repartió prudentemente a sus hijos por todo el territorio de Judá y Benjamín y por todas las fortalezas, dándoles gran cantidad de víveres y procurándoles muchas mujeres. 2CR012001 Pero cuando Roboán consolidó su reino y se hizo fuerte, él y todo Israel abandonaron la Ley del Señor. 2CR012002 Por haberse rebelado contra el Señor, el año quinto de su reinado, Sisac, rey de Egipto, atacó Jerusalén 2CR012003 con mil doscientos carros, sesenta mil jinetes y una multitud innumerable de libios, suquíes y cusitas procedentes de Egipto. 2CR012004 Conquistaron las fortalezas de Judá y llegaron hasta Jerusalén. 2CR012005 Entonces el profeta Semayas se presentó a Roboán y a las autoridades de Judá, que se habían reunido en Jerusalén por miedo a Sisac, y les dijo: Así dice el Señor: Ustedes me han abandonado, pues yo les abandono ahora en manos de Sisac. 2CR012006 Las autoridades de Israel y el rey confesaron humildemente: El Señor lleva razón. 2CR012007 Cuando el Señor vio que se habían humillado, dirigió su palabra a Semayas: Han sido humildes, no los aniquilaré. Los salvaré dentro de poco y no derramaré mi cólera sobre Jerusalén por medio de Sisac. 2CR012008 Pero le quedarán sometidos para que aprecien lo que va de servirme a mí a servir a los reyes de la tierra. 2CR012009 Sisac, rey de Egipto, atacó Jerusalén y se apoderó de los tesoros del templo y del palacio; se llevó todo, incluso los escudos de oro que había hecho Salomón. 2CR012010 Para sustituirlos, el rey Roboán hizo escudos de bronce y se los encomendó a los jefes de la escolta que vigilaban el acceso a palacio; 2CR012011 cada vez que el rey iba al templo, los de la escolta los tomaban y luego volvían a dejarlos en el cuerpo de guardia. 2CR012012 Por haberse humillado, el Señor apartó su cólera de él y no lo destruyó por completo. También en Judá hubo cierto bienestar. 2CR012013 El rey Roboán se reafirmó en Jerusalén y siguió reinando. Tenia cuarenta y un años cuando subió al trono y reinó diecisiete en Jerusalén, la ciudad que el Señor había elegido como propiedad personal entre todas las tribus de Israel. Su madre se llamaba Naamá y era amonita. 2CR012014 Obró mal porque no se dedicó de corazón a servir al Señor. 2CR012015 Las hazañas de Roboán, de las primeras a las últimas, se hallan escritas en la Historia del profeta Semayas y del vidente Ido. Hubo guerras continuas entre Roboán y Jemboan. 2CR012016 Cuando murió lo enterraron en la Ciudad de David. Su hijo Abías le sucedió en el trono. 2CR013001 Abías subió al trono de Judá el año dieciocho del reinado de Jeroboán. 2CR013002 Reinó tres años en Jerusalén. -Su madre se llamaba Maacá y era hija de Uriel, el de Guibea. 2CR013003 Hubo guerra entre Abías y Jeroboán. Abías emprendió la guerra con un ejército de cuatrocientos mil soldados aguerridos. Jeroboán le hizo frente con ochocientos mil soldados aguerridos. 2CR013004 Abías se situó en la cumbre del monte Semaraín, en la sierra de Efraín, y gritó: Jeroboán, israelitas, escúchenme: 2CR013005 ¿Acaso no saben que el Señor, Dios de Israel, con pacto de sal concedió a David y a sus descendientes el trono de Israel para siempre? 2CR013006 Sin embargo, Jeroboán, hijo de Nabat, empleado de Salomón, hijo de David, se rebeló contra su señor, 2CR013007 rodeándose de gente desocupada y sin escrúpulos que se impusieron a Roboán, hijo de Salomón, aprovechándose de que no podía dominarlos por ser joven y débil de carácter. 2CR013008 Ahora se proponen hacer frente al reino del Señor, administrado por los descendientes de David. Ustedes son muy numerosos, tienen con ustedes los ídolos que les hizo Jeroboán, los becerros de oro; 2CR013009 han expulsado a los aaronitas, sacerdotes del Señor, y a los levitas; se han hecho sacerdotes como los pueblos paganos: a cualquiera que traiga un novillo y siete carneros lo ordenan sacerdote de los falsos dioses. 2CR013010 En cuanto a nosotros, el Señor es nuestro Dios y no lo hemos abandonado; los sacerdotes que sirven al Señor son los aaronitas y los encargados del culto los levitas; 2CR013011 ofrecen al Señor holocaustos matutinos y vespertinos y perfumes fragantes, presentan los panes sobre la mesa pura y encienden todas las tardes el candelabro de oro y sus lámparas. Porque nosotros observamos las prescripciones del Señor, nuestro Dios, al que ustedes han abandonado. 2CR013012 Sepan que Dios está con nosotros en vanguardia. Sus sacerdotes darán con las trompetas el toque de guerra contra ustedes. Israelitas, no luchen contra el Señor, Dios de sus padres, porque no podrán vencer. 2CR013013 Mientras tanto, Jeroboán destacó una patrulla para atacarlos por la espalda. El grueso del ejército quedó -frente a los de Judá y el destacamento a su espalda. 2CR013014 Los judíos, al volverse, observaron que los atacaban de frente y por la espalda. 2CR013015 Entonces clamaron al Señor, los sacerdotes tocaron las trompetas, la tropa lanzó el grito de guerra y en aquel momento Dios derrotó a Jeroboán y a los israelitas ante Abías y Judá. 2CR013016 Los israelitas huyeron ante los judíos y el Señor los entregó en sus manos. 2CR013017 Abías y su tropa les infligieron una gran derrota, cayendo muertos quinientos mil soldados de Israel. 2CR013018 En aquella ocasión los israelitas quedaron humillados, mientras los .de Judá se hicieron fuertes por haberse apoyado en el Señor, Dios de sus padres. 2CR013019 Abías persiguió a Jeroboán y le arrebató algunas ciudades: Betel y su distrito, Yesaná y su distrito, Efrón y su distrito. 2CR013020 Jeroboán no consiguió recuperarse en tiempos de Abías; el Señor lo hirió y murió. 2CR013021 Abías, por el contrario, se hizo cada vez más fuerte. Tuvo catorce mujeres y engendró veintidós hijos y dieciséis hijas. 2CR013022 Las restantes hazañas de Abías, su conducta y sus empresas, se hallan escritas en el Comentario del profeta Ido. 2CR014001 Cuando murió lo enterraron en la Ciudad de David y le sucedió en el trono su hijo Asá, en cuyo tiempo el país gozó de paz durante diez años. 2CR014002 Asá hizo lo que el Señor, su Dios, aprueba y estima. 2CR014003 Suprimió los altares extranjeros y las ermitas de las lomas, destrozó las estelas y cortó los mayos. 2CR014004 Animó a Judá a servir al Señor, Dios de sus padres, y a observar la Ley y los preceptos. 2CR014005 Suprimió las ermitas de los altozanos y los cipos en todas las ciudades de Judá. El reino gozó de paz en su época. 2CR014006 Aprovechando esta paz que le concedió el Señor, la calma que reinaba en el país y la ausencia de guerras durante aquellos años, construyó fortalezas en Judá. 2CR014007 Para ello propuso a los judíos: Podemos disponer libremente del país porque hemos servido al Señor, nuestro Dios, y él nos ha concedido paz con los vecinos. Vamos a construir estas ciudades y a rodearlas de murallas con torres, puertas y cerrojos. Así lo hicieron con pleno éxito. 2CR014008 Asá dispuso de un ejército de trescientos mil judíos, armados de escudo y lanza, y veintiocho mil benjaminitas, armados de adarga y arco. Todos eran buenos soldados. 2CR014009 Zéraj de Nubia salió a su encuentro con un ejército de un millón de hombres y trescientos carros. Cuando llegó a Maresa, 2CR014010 Asá le hizo frente y entablaron batalla en el valle de Sefatá, junto a Maresa. 2CR014011 Asá invocó al Señor, su Dios: Señor, cuando quieres ayudar no distingues entre poderosos y débiles. Ayúdanos, Señor, Dios nuestro, que en ti nos apoyamos y en tu nombre nos dirigimos contra esa multitud. Tú eres nuestro Dios. No te dejes vencer por un hombre. 2CR014012 El Señor derrotó a los nubios ante Asá y Judá. Los nubios huyeron, 2CR014013 pero Asá los persiguió con su tropa hasta Guerar. El Señor y sus huestes los destrozaron. Murieron tantos nubios, que no pudieron rehacerse. El botín fue enorme. 2CR014014 Aprovechando que los poblados de la comarca de Guerar eran presa de un pánico sagrado, los asaltaron y saquearon porque había en ellos gran botín. 2CR014015 Mataron también a unos pastores y volvieron a Jerusalén con gran cantidad de ovejas y camellos. 2CR015001 El espíritu del Señor vino sobre Azarías, hijo de Oded. 2CR015002 Salió al encuentro de Asá, y le dijo: Escúchenme, Asá, Judá y Benjamín: Si están con el Señor, él estará con ustedes; si lo buscan, se dejará encontrar; pero si lo abandonan, los abandonará. 2CR015003 Durante muchos años Israel vivió sin Dios verdadero, sin sacerdote que lo instruyera, sin ley. 2CR015004 Pero en el peligro volvieron al Señor, Dios de Israel; lo buscaron, y él se dejó encontrar. 2CR015005 En aquellos tiempos nadie vivía en paz, todos los habitantes del país sufrían grandes turbaciones. 2CR015006 Pueblos y ciudades se destruían mutuamente, porque el Señor los turbaba con toda clase de peligros. 2CR015007 Pero ustedes cobren ánimo, no desfallezcan, que sus obras tendrán su recompensa. 2CR015008 Cuando Asá escuchó esta profecía de Azarías, hijo de Oded, se animó a suprimir los ídolos de todo el territorio de Judá y Benjamín y de las ciudades que había conquistado en la sierra de Efraín, y reparó el altar del Señor que se hallaba delante del vestíbulo. 2CR015009 Luego reunió a los judíos, a los benjaminitas y a los de Efraín, Manases y Simeón que residían entre ellos (porque muchos israelitas se habían pasado a su bando al ver que el Señor, su Dios, estaba con él). 2CR015010 Se reunieron en Jerusalén en mayo del año quince del reinado de Asá. 2CR015011 Sacrificaron al Señor setecientos toros y siete mil ovejas del botín que habían traído, 2CR015012 e hicieron un pacto, comprometiéndose a servir al Señor, Dios de sus padres, con todo el corazón y toda el alma, 2CR015013 ya condenar a muerte a todo el que no lo observara, grande o pequeño, hombre o mujer. 2CR015014 Así lo juraron al Señor a grandes voces, entre vitores y al son de trompetas y cuernos. 2CR015015 Todo Judá festejó el juramento; lo habían hecho de corazón, buscando al Señor con sincera voluntad; él se dejó encontrar por ellos y les concedió paz con sus vecinos. 2CR015016 El rey Asá le quitó el título de reina madre a su madre, Maacá, por haber hecho una imagen de Astarté. Destrozó la imagen, la redujo a polvo y la quemó en el torrente Cedrón. 2CR015017 No desaparecieron de Israel las ermitas de las lomas, pero el corazón de Asá perteneció íntegramente al Señor durante toda su vida. 2CR015018 Llevó al templo las ofrendas de su padre y las suyas propias: plata, oro y utensilios. 2CR015019 Los treinta y cinco primeros años de su reinado no hubo guerras. 2CR016001 Pero el año treinta y seis del reinado de Asá, Basa de Israel hizo una campaña contra Judá y fortificó Rama para cortar las comunicaciones a Asá de Judá. 2CR016002 Este sacó entonces plata y oro de los tesoros del templo y del palacio y los envió a Benadad, rey de Siria, que residía en Damasco, con este mensaje: 2CR016003 Hagamos un tratado de paz, como lo hicieron tu padre y el mío. Aquí te mando plata y oro. Anda, rompe tu alianza con Basa de Israel para que se retire de mi territorio'. 2CR016004 Benadad le hizo caso y envió a sus generales contra las ciudades de Israel, devastando Iyón, Dan, Prado Regado y todos los depósitos de las ciudades de Neftalí. 2CR016005 En cuanto se enteró Basa, dejó de fortificar Rama e hizo parar las obras. 2CR016006 El rey Asá movilizó entonces a todo Judá; desmontaron las piedras y leños con que Basa fortificaba Rama y los aprovecharon para fortificar Loma y Atalaya. 2CR016007 En aquella ocasión, el vidente Jananí se presentó ante Asá, rey de Judá, y le dijo: Por haberte apoyado en el rey de Siria en vez de apoyarte en el Señor, tu Dios, se te ha escapado de las manos el ejército del rey de Siria. 2CR016008 También los nubios y libios constituían un gran ejército, con innumerables carros y caballos; pero entonces te apoyaste en el Señor, tu Dios, y él los puso en tus manos. 2CR016009 Porque el Señor repasa la tierra entera con sus ojos para fortalecer a los que le son leales de corazón. Has hecho una locura y en adelante vivirás en guerra. 2CR016010 Asá se indignó con el vidente, e irritado con él por sus palabras, lo metió en la cárcel. Por entonces se ensañó también con otras personas del pueblo. 2CR016011 Para las hazañas de Asá, de las primeras a las últimas, véanse los Anales de los reyes de Judá e Israel. 2CR016012 El año treinta y nueve de su reinado enfermó de podagra. Aunque la enfermedad se fue agravando, acudió sólo a los médicos, sin acudir al Señor ni siquiera en la enfermedad. 2CR016013 Asá murió el año cuarenta y uno de su reinado, yendo a reunirse con sus antepasados. 2CR016014 Lo enterraron en el sepulcro que se había excavado en la Ciudad de David. Lo pusieron en una cama llena de un ungüento confeccionado a base de aromas y perfumes, y encendieron en su honor una gran hoguera. 2CR017001 Le sucedió en el trono su hijo Josafat, que logró imponerse al reino de Israel. 2CR017002 Instaló guarniciones en todas las fortalezas de Judá, y nombró gobernadores en el territorio de Judá y en las ciudades de Efraín, que había conquistado su padre, Asá. 2CR017003 El Señor estuvo con Josafat porque imitó la antigua conducta de su padre y no servía a los baales, 2CR017004 sino al Dios dé su padre, cumpliendo sus preceptos; no imitó la conducta de Israel. 2CR017005 El Señor consolidó el reino en sus manos; todo Judá le pagaba tributo, y Josafat llegó a tener gran riqueza y prestigio. 2CR017006 Su orgullo era caminar por las sendas del Señor, y volvió a suprimir las ermitas de las lomas y las estelas de Judá. 2CR017007 El año tercero de su reinado envió a algunos jefes, Benjail, Abdías, Zacarías, Natanael y Miqueas, a instruir a los habitantes de las ciudades de Judá. 2CR017008 Iban con ellos los levitas Semayas, Natanías, Zebadías, Asael, Semiramot, Jonatán, Adonías, Tobías y Tobadonías y los sacerdotes Elisamá y Jorán. 2CR017009 Recorrieron como instructores de Judá todas las ciudades de Judá, llevando el libro de la Ley del Señor, e instruyeron al pueblo. 2CR017010 Todos los reinos vecinos de Judá, presos de un pánico sagrado, se abstuvieron de luchar contra Josafat. 2CR017011 Los filisteos le pagaban tributo copioso en dinero; también los árabes le traían ganado menor: siete mil setecientos carneros y siete mil setecientos machos cabríos. 2CR017012 Josafat se hizo cada vez más poderoso. Construyó fortalezas y ciudades de abastecimiento en Judá. 2CR017013 Tenía muchos empleados en las ciudades de Judá. En Jerusalén disponía de soldados valientes y aguerridos, 2CR017014 alistados por familias: Alto Mando de Judá: Adná, capitán general, con trescientos mil soldados; 2CR017015 a sus órdenes, el general Juan, con doscientos ochenta mil, 2CR017016 y Amasias, hijo de Zicrí, que servía al Señor como voluntario, al mando de doscientos mil. 2CR017017 De Benjamín: el valeroso Eliadá, con doscientos mil hombres, armados de arco y adarga; 2CR017018 a sus órdenes estaba Yehozabad, con ciento ochenta mfl hombres disponibles. 2CR017019 Todos éstos se hallaban al servicio del rey, sin contar los que éste había destinado a las fortalezas de Judá. 2CR018001 Cuando Josafat llegó al colmo de su riqueza y prestigio emparentó con Ajab. 2CR018002 Años más tarde bajó a Samaria a visitar a Ajab. Este mató gran cantidad de ovejas y de toros para él y para su séquito; luego lo indujo a atacar a Ramot de Galaad. 2CR018003 Ajab, rey de Israel, dijo a Josafat, rey de Judá: ¿Quieres venir conmigo contra Ramot de Galaad? Josafat le respondió: Tú y yo, tu ejército y el mío, iremos juntos a la guerra. 2CR018004 Luego añadió.: Consulta antes el -oráculo del Señor-. 2CR018005 El rey de Israel reunió a los profetas, cuatrocientos hombres, y les preguntó: ¿Podemos atacar a Ramot de Galaad, o lo dejo? Respondieron: Ve. Dios se la entrega al rey. 2CR018006 Entonces Josafat preguntó: ¿No queda por ahí algún profeta del Señor para preguntarle? 2CR018007 'El rey de Israel le respondió: Queda todavía uno, Miqueas, hijo de Yimlá, por cuyo medio podemos consultar al Señor; pero yo lo aborrezco, porque nunca me profetiza venturas, sino siempre desgracias. Josafat dijo: ¡No hable así el rey! 2CR018008 El rey de Israel llamó a un funcionario y le dijo: Que venga en seguida Miqueas, hijo de Yimlá. 2CR018009 El rey de Israel y Josafat de Judá estaban sentados en sus tronos, con sus vestiduras reales, en la plaza, junto a la puerta de Samaria, mientras todos los profetas gesticulaban ante ellos. 2CR018010 Sedéelas, hijo de Canaaná, se hizo unos cuernos de hierro y decía: Así dice el Señor: Con éstos acornearás a los sirios hasta acabar con ellos. 2CR018011 Y todos los profetas coreaban: ¡Ataca a Ramot de Galaad! Triunfarás, el Señor te la entrega. 2CR018012 Mientras tanto, el mensajero que había ido a llamar a Miqueas le dijo: Ten en cuenta que todos los profetas a una le están profetizando venturas al rey. A ver si tu oráculo es como el de cualquiera de ellos y anuncias venturas. 2CR018013 Miqueas replicó: ¡Vive Dios! ¡Diré lo que mi Dios me mande! 2CR018014 Cuando se presentó al rey, éste le preguntó: Miqueas, ¿podemos atacar a Ramot de Galaad, o lo dejo? Miqueas le respondió: Vayan, triunfarán. El Señor se la entrega. 2CR018015 El rey le dijo: Pero ¿cuántas veces tendré que tomarte juramento de que me dices únicamente la verdad en nombre del Señor? 2CR018016 Entonces Miqueas dijo: Estoy viendo a Israel desparramado por los montes, como ovejas sin pastor. Y el Señor dice: 'No tienen amo. Vuelva cada cual a su casa y en paz'. 2CR018017 El rey de Israel comentó con Josafat: ¿No te lo dije? No me profetiza venturas, sino desgracias. 2CR018018 Miqueas continuó: Por eso, escuchen la palabra del Señor: vi. al Señor sentado en su trono. Todo el ejército celeste estaba en pie a derecha e izquierda: 2CR018019 y el Señor preguntó: '¿Quién podrá engañar a Ajab, rey de Israel, para que vaya y muera en Ramot de Galaad?'. Unos proponían una cosa, otros otra. 2CR018020 Hasta que se adelantó un espíritu y, puesto en pie ante el Señor, dijo: 'Yo lo engañaré'. El Señor le preguntó: '¿Cómo?'. 2CR018021 Respondió: 'Iré y me transformaré en oráculo falso en la boca de todos los profetas'. El Señor le dijo: 'Conseguirás engañarlo. Vete y hazlo'. 2CR018022 Como ves, el Señor ha puesto oráculos falsos en la boca de esos profetas tuyos, porque el Señor ha decretado tu ruina. 2CR018023 Entonces Sedéelas, hijo de Canaaná, se acercó a Miqueas y le dio un bofetón, diciéndole: ¿Por dónde se me ha escapado el espíritu del Señor para hablarte a ti? 2CR018024 Miqueas respondió: Lo verás tu mismo el día en que vayas escondiéndote de habitación en habitación. 2CR018025 Entonces el rey de Israel ordenó: Tomen a Miqueas y llévenlo al gobernador Amón y al príncipe Joás. 2CR018026 Díganles: 'Por orden del rey, metan a éste en la cárcel y tásenle la ración de pan y agua hasta que yo vuelva victorioso'. - 2CR018027 Miqueas dijo: Si tú vuelves victorioso, el Señor no ha hablado por mi boca. 2CR018028 El rey de Israel y Josafat de Judá fueron contra Ramot de Galaad. 2CR018029 El rey de Israel dijo a Josafat: Voy a disfrazarme antes de entrar en combate. Tú vete con tu tropa. Se disfrazó y marcharon al combate. 2CR018030 El rey sirio había ordenado a los comandantes de los carros que no atacaran a chico ni grande, sino sólo al rey de Israel. 2CR018031 Y cuando los comandantes de los carros vieron a Josafat, comentaron: ¡Aquél es el rey de Israel! Y se lanzaron contra él. Pero Josafat gritó, y el Señor vino en su ayuda, alejándolos de él. 2CR018032 Los comandantes vieron que aquél no era el rey de Israel, y lo dejaron. 2CR018033 Un soldado disparó el arco al azar e hirió al rey de Israel, atravesándole la cota de malla. El rey dijo al auriga: Da la vuelta y sácame del campo de batalla, porque estoy herido. 2CR018034 Pero aquel día arreció el combate, de manera que sostuvieron al rey de Israel en pie en su carro frente a los sirios hasta el atardecer. Murió a la puesta del sol. 2CR019001 Josafat de Judá volvió sano y salvo a su palacio de Jerusalén. 2CR019002 Pero el vidente Jehú, hijo de Jananí, le salió al encuentro y le dijo: ¿Conque ayudas a los malvados y te alias con los enemigos del Señor? El Señor se ha indignado contigo por eso. 2CR019003 Pero cuentas también con buenas acciones: has quemado las estelas de este país y has servido a Dios con constancia. 2CR019004 Josafat estableció su residencia en Jerusalén, pero volvió a visitar al pueblo, desde Berseba hasta la sierra de Efraín, convirtiéndolo al Señor, Dios de sus padres. 2CR019005 Estableció jueces en cada una de las fortalezas del territorio de Judá 2CR019006 y les advirtió: Cuidado con lo que hacen, porque no juzgarán con autoridad de hombres, sino con la de Dios, que estará con ustedes cuando pronuncien sentencia. 2CR019007 Por tanto, teman al Señor y procedan con cuidado. Porque el Señor, nuestro Dios, no admite injusticias, favoritismos ni sobornos. 2CR019008 También en Jerusalén designó a algunos levitas, sacerdotes y cabezas de familia para que se encargaran del derecho divino y de los litigios de los habitantes de Jerusalén. 2CR019009 Les dio esta orden: Actúen con temor de Dios, con honradez e integridad. 2CR019010 Cuando sus hermanos que habitan en sus ciudades les presenten un caso de asesinato, o bien los consulten sobre leyes, preceptos, mandatos o decretos, instrúyanlos para que no se hagan culpables ante el Señor y no se derrame su cólera sobre ustedes y sus hermanos. Si actúan así estarán exentos de culpa. 2CR019011 El sumo sacerdote Amarías presidirá las causas religiosas, y Zebadías, hijo de Ismael, jefe de la casa de Judá, las contenciosas. Los levitas estarán al servicio de ustedes. Animo, a trabajar, y que el Señor esté con los buenos. 2CR020001 Algún tiempo después los moabitas, los amonitas y algunos meunitas vinieron contra Josafat en son de guerra. 2CR020002 Informaron a éste: Una gran multitud procedente de Edom, al otro lado del Mar Muerto, se dirige contra ti; ya se encuentran en Pedregal de Palma (la actual Fuentelchivo). 2CR020003 Josafat, asustado, decidió recurrir al Señor, proclamando un ayuno en todo Judá. 2CR020004 Judíos de todas las ciudades se reunieron para pedir consejo al Señor. 2CR020005 Josafat se colocó en medio de la asamblea de Judá y Jerusalén, en el templo, delante del atrio nuevo, 2CR020006 y exclamó: Señor, Dios de nuestros padres. ¿No eres tú el Dios del cielo, el que gobierna los reinos de la tierra, lleno de fuerza y de poder, al que nadie puede resistir? 2CR020007 ¿No fuiste tú, Dios nuestro, quien expulsaste a los moradores de esta tierra delante de tu pueblo, Israel, y la entregaste para siempre a la estirpe de tu amigo Abrahán? 2CR020008 La habitaron y construyeron en ella un santuario en tu honor, pensando: 2CR020009 'Cuando nos ocurra una calamidad -espada, inundación, peste o hambre- nos presentaremos ante ti en este templo -porque en él estarás presente-, te invocaremos en nuestro peligro y tú nos escucharás y salvarás'. 2CR020010 Cuando Israel venía de Egipto no le permitiste atravesar el territorio de los amonitas, el de los moabitas y la montaña de Seír; en vez de destruirlos se alejó de ellos. 2CR020011 Y ahora nos lo pagan disponiéndose a expulsarnos de la propiedad que tú nos concediste. 2CR020012 Tú los has de juzgar, Dios nuestro, que nosotros nada podemos contra esa horda que se nos viene encima. No sabemos qué hacer si no es clavar los ojos en ti. 2CR020013 Todos los judíos con sus mujeres e hijos, incluso los niños permanecían de pie ante el Señor. 2CR020014 En medio de la asamblea, un descendiente de Asaf, el levita Yajziel, hijo de Zacarías, hijo de Benayas, hijo de Yeguiel, hijo de Matanías, tuvo una inspiración del Señor 2CR020015 y dijo: Judíos, habitantes de Jerusalén, y tú, rey Josafat, presten atención. Así dice el Señor: No se asusten ni acobarden ante esa inmensa multitud, porque la batalla no es cosa de ustedes, sino de Dios. 2CR020016 Mañana bajarán contra ellos cuando vayan subiendo la Cuesta de las Flores; les saldrán al encuentro al final del barranco que hay frente al desierto de Yeruel. 2CR020017 No tendrán necesidad de combatir; estén quietos y firmes contemplando cómo los salva el Señor. Judá y Jerusalén, no se asusten ni acobarden. Salgan mañana a su encuentro, que el Señor estará con ustedes. 2CR020018 Josafat se postró rostro en tierra y todos los judíos y los habitantes de Jerusalén cayeron ante el Señor para adorarlo. 2CR020019 Los levitas corajitas descendientes de Quehat se alzaron para alabar a grandes voces al Señor, Dios de Israel. 2CR020020 De madrugada se pusieron en marcha hacia el desierto de Tecua. Cuando salían, Josafat se detuvo y dijo: Judíos y habitantes de Jerusalén, escúchenme: confíen en el Señor, su Dios, y subsistirán; confíen en sus profetas, y vencerán. 2CR020021 De acuerdo con el pueblo, dispuso que un grupo revestido de ornamentos sagrados marchara en vanguardia cantando y alabando al Señor con estas palabras: 'Den gracias al Señor, porque es eterna su misericordia'. 2CR020022 Apenas comenzaron los cantos de júbilo y de alabanza, el Señor sembró discordias entre los amonitas, los moabitas y los serranos de Seír que venían contra Judá, y se mataron unos a otros. 2CR020023 Los amonitas y moabitas decidieron destruir y aniquilar a los de Seír, y cuando terminaron con ellos se enzarzaron a muerte unos con otros. 2CR020024 Llegó Judá a la altura que domina el desierto, dirigió su mirada a la multitud y no vieron más que cadáveres tendidos por el suelo; nadie se había salvado. 2CR020025 Josafat y su ejército fueron a saquear el botín. Encontraron mucho ganado, provisiones, vestidos y objetos de valor. Tomaron de ello hasta no poder con más. El botín fue tan copioso que tardaron tres días en recogerlo. 2CR020026 Al cuarto día se reunieron en el Valle de Bendición -lugar al que dieron este nombre, con el que se conoce hasta hoy, porque allí bendijeron al Señor 2CR020027 y todos los judíos y jerosolimitanos, con Josafat al frente, emprendieron la vuelta a Jerusalén, festejando la victoria que el Señor les había concedido sobre sus enemigos. 2CR020028 Una vez en Jerusalén, desfilaron hasta el templo al son de arpas, cítaras y trompetas. 2CR020029 Los reinos circundantes fueron presa de un pánico sagrado al saber que el Señor luchaba contra los enemigos de Israel. 2CR020030 El reino de Josafat gozó de calma y su Dios le concedió paz con sus vecinos. 2CR020031 Josafat reinó en Judá. Tenía treinta y cinco años cuando subió al trono y reinó en Jerusalén veinticinco años. Su madre se llamaba Azubá y era hija de Sijlí. 2CR020032 Imitó la conducta de su padre, Asá, sin desviarse de ella, haciendo lo que el Señor aprueba. 2CR020033 Pero no desaparecieron las ermitas de las lomas y el pueblo no se mantuvo fiel al Dios de sus padres. 2CR020034 Para más datos sobre Josafat, desde el principio hasta el fin de su reinado, véase la Historia de Jehú, hijo de Jananí, inserta en el libro de los reyes de Israel. 2CR020035 Josafat de Judá se alió con Ocozías de Israel, aunque éste era un malvado. 2CR020036 Lo hizo para construir una flota con destino a Tarsis; construyeron las naves en Floresta del Gallo. 2CR020037 Pero el maresita Eliezer, hijo de Dodavahu, profetizó contra Josafat, diciendo: Por haberte aliado con Ocozías, el Señor destruirá tu obra. Efectivamente, las naves naufragaron y no pudieron ir a Tarsis. 2CR021001 Murió Josafat y lo enterraron con sus antepasados en la Ciudad de David. Su hijo Jorán le sucedió en el trono. 2CR021002 Tenía varios hermanos de padre: Azarías, Yejiel, Zacarías, Azarías, Miguel y Sefatías, todos ellos hijos de Josafat de Judá. 2CR021003 Su padre les legó gran cantidad de plata, oro y objetos de valor además de fortalezas en Judá; pero el trono se lo dejó a Jorán por ser el primogénito. 2CR021004 Cuando se afianzó en el trono de su padre, asesinó a todos sus hermanos y también a algunos jefes de Israel. 2CR021005 Tenia treinta y dos años cuando subió al trono y reinó en Jerusalén ocho años. 2CR021006 Imitó la conducta de los reyes de Israel, las acciones de la casa de Ajab, porque se casó con una hija de éste. Hizo lo que el Señor reprueba. 2CR021007 Pero el Señor no quiso destruir la casa de David, a causa del pacto que había hecho con David, y porque le había prometido mantener siempre encendida su lámpara y la de sus hijos. 2CR021008 En su tiempo, Edom se independizó de Judá y se , nombró un rey. 2CR021009 Jorán fue con sus generales y todos sus carros, se levantó de noche, y aunque desbarató al ejército idumeo, que lo había envuelto a él y a los oficiales del escuadrón de carros, 2CR021010 Edom se independizó de Judá hasta hoy; también Alba consiguió entonces la independencia. Esto ocurrió por haber abandonado al Señor, Dios de sus padres. 2CR021011 Levantó ermitas en las lomas de las ciudades de Judá, indujo a la idolatría a los habitantes de Jerusalén y descarrió a Judá. 2CR021012 El profeta Elías le mandó a decir por escrito: 'Así dice el Señor, Dios de tu padre, David: Por no haber imitado la conducta de tu padre, Josafat, y la de Asá, rey de Judá, 2CR021013 sino la conducta de los reyes de Israel; por haber fomentado la idolatría en Judá y entre los habitantes de Jerusalén, copiando las prácticas idolátricas de la casa de Ajab, y por haber asesinado a tus hermanos, la casa de tu padre, que valían todos más que tú, 2CR021014 el Señor herirá a tu pueblo, tus hijos, tus mujeres y tus posesiones con una plaga terrible. 2CR021015 Y tú mismo padecerás una enfermedad grave, un cáncer que te consumirá las entrañas día tras día'. 2CR021016 El Señor atizó contra Jorán la hostilidad de los filisteos y de los árabes que habitaban junto a los cusitas. 2CR021017 Subieron a Judá, la invadieron y se llevaron todas las riquezas que encontraron en palacio junto con sus mujeres e hijos. Sólo le quedó el más pequeño, Joacaz. 2CR021018 Después de esto, el Señor le hirió las entrañas con una enfermedad incurable. 2CR021019 Pasaron los días y al cabo de dos años la enfermedad le consumió las entrañas; murió entre atroces dolores. Su pueblo no le encendió una hoguera, como había hecho con sus predecesores. 2CR021020 Tenía treinta y dos años cuando subió al trono y reinó en Jerusalén ocho años. Desapareció sin que nadie lo lamentara. Lo enterraron en la Ciudad de David, pero no en el panteón real. 2CR022001 Los habitantes de Jerusalén nombraron rey a su hijo menor, Ocozías, porque a los otros los había asesinado la banda que seguía al campamento de los árabes. Así reinó Ocozías, hijo de Jorán de Judá. 2CR022002 Tenía cuarenta y dos años cuando subió al trono y reinó en Jerusalén un año; su madre se llamaba Atalía y era hija de Omrí. 2CR022003 También él imitó la conducta de la casa de Ajab, porque su madre lo incitaba al mal. 2CR022004 Hizo lo que el Señor reprueba, igual que la casa de Ajab, ya que al morir su padre ellos fueron sus consejeros para su perdición. 2CR022005 Por consejo suyo acompañó a Jorán, hijo de Ajab, rey de Israel, a luchar contra Jazael, rey de Siria, en Ramot de Galaad. Los sirios hirieron a Jorán y 2CR022006 'éste volvió a Yezrael para curarse de las heridas que le habían infligido en Ramot, durante la batalla contra Jazael de Siria. Entonces Ocozías, hijo de Jorán, rey de Judá, bajó a Yezrael para visitar a Jorán, hijo de Ajab, que estaba enfermo. 2CR022007 Con esta visita el Señor provocó la ruina de Ocozías. Durante su estancia, salió con Jorán al encuentro de Jehú, hijo de Nimsí, al que había ungido el Señor para exterminar a la dinastía de Ajab. 2CR022008 Y mientras Jehú hacía justicia en la dinastía de Ajab, encontró a las autoridades de Judá y a los parientes de Ocozías que estaban a su servicio y los mató. 2CR022009 Después buscó a Ocozías; lo apresaron en Samaria, donde se había escondido, y se lo llevaron a Jehú, que lo mandó matar. Pero le dieron sepultura, pensando: 'Era hijo de Josafat, que sirvió al Señor de todo corazón'. En la familia de Ocozías no quedó nadie capaz de reinar. 2CR022010 Cuando Atalía, madre de Ocozías, vio que su hijo había muerto, empezó a exterminar a toda la familia real de la casa de Judá. 2CR022011 Pero cuando los hijos del rey estaban siendo asesinados, Josebá, hija del rey Jorán, esposa del sacerdote Yehoyadá y hermana de Ocozías, raptó a Joás, hijo de Ocozías, y lo escondió con su nodriza en el dormitorio; así se lo ocultó a Atalía, que no pudo matarlo. 2CR022012 Estuvo escondido con ellas en el templo durante seis años, mientras en el país reinaba Atalía. 2CR023001 Al año séptimo, Yehoyadá se armó de valor y reunió a los centuriones: Azarías, hijo de Yeroján, Ismael, hijo de Juan, Azarías, hijo de Obed, Maseyas, hijo de Adayas, y Elisafat, hijo de Zicrí. Se juramentó con ellos 2CR023002 y recorrieron Judá congregando a los levitas de todas las ciudades y a los cabezas de familia de Israel. Cuando regresaron a Jerusalén, 2CR023003 toda la comunidad hizo en el templo un pacto con el rey. Luego les dijo: Debe reinar un hijo del rey, como prometió el Señor a la descendencia de David. 2CR023004 Van a hacer lo siguiente: el tercio de ustedes sacerdotes y levitas, que entra de servicio el sábado, hará guardia en las puertas, 2CR023005 otro tercio ocupará el palacio, y el último tercio la Puerta del Fundamento. El pueblo se situará en los atrios del templo. 2CR023006 Pero que nadie entre en el templo, a excepción de los sacerdotes y los levitas de servicio. Ellos pueden hacerlo porque están consagrados; pero el pueblo deberá observar las prescripciones del Señor. 2CR023007 Los levitas rodearán al rey por todas partes, arma en mano. Si alguno quiere entrar en palacio, mátenlo. Y estén junto al rey, vaya a donde vaya. 2CR023008 Los levitas y los judíos hicieron lo que les mandó el sacerdote Yehoyadá; cada uno reunió a sus hombres, los que estaban de servicio el sábado y los que quedaban libres, porque el sacerdote Yehoyadá no exceptuó a ninguna de las secciones. 2CR023009 El sacerdote Yehoyadá entregó a los oficiales las lanzas, escudos y adargas del rey David, que se guardaban en el templo. 2CR023010 Colocó a todo el pueblo, con armas arrojadizas, desde el ángulo sur hasta el ángulo norte del templo, entre el altar y el templo, para proteger al rey. 2CR023011 Entonces sacaron al príncipe, le colocaron la diadema y las insignias, lo proclamaron rey, y Yehoyadá y sus hijos lo ungieron, aclamando: ¡Viva el rey! 2CR023012 Atalía oyó el clamor de la tropa que corría y aclamaba al rey y se fue hacia la gente, al templo. 2CR023013 Pero cuando vio al rey en pie sobre su estrado, junto a la entrada, y a los oficiales y la banda cerca del rey, toda la población en fiesta, las trompetas tocando y los cantores acompañando los cánticos de alabanza con sus instrumentos, se rasgó las vestiduras y dijo: ¡Traición, traición! 2CR023014 El sacerdote Yehoyadá ordenó a los oficiales que mandaban las fuerzas: Sáquenla del atrio. Al que la siga lo matan. (Pues no quería que la mataran en el templo). 2CR023015 La fueron empujando con las manos, y cuando llegaba a palacio por la Puerta de las Caballerías, allí la mataron. 2CR023016 Yehoyadá selló un pacto con todo el pueblo y con el rey para que fuera el pueblo del Señor. 2CR023017 Toda la población se dirigió luego al templo de Baal: lo destruyeron, derribaron sus altares y sus imágenes, y a Matan, sacerdote de Baal, lo degollaron ante el altar. 2CR023018 Yehoyadá puso guardias en el templo, a las órdenes de los sacerdotes y levitas que David había distribuido en la casa de Dios para ofrecer holocaustos al Señor -según manda la Ley de Moisés- con alegría y con los cánticos compuestos por David. 2CR023019 Puso porteros en las puertas del templo para que no entrara absolutamente nada impuro. 2CR023020 Luego, con los centuriones, los notables, las autoridades y todo el vecindario, bajaron del templo al rey, lo llevaron a palacio por la Puerta Superior e instalaron al rey en el trono real. 2CR023021 Toda la población hizo fiesta y la ciudad quedó tranquila. A Atalía la habían matado a espada. 2CR024001 Joás tenía siete años cuando subió al trono y reinó en Jerusalén cuarenta años. Su madre se llamaba Sebiá y era natural de Berseba. 2CR024002 Mientras vivió el sacerdote Yehoyadá hizo lo que el Señor aprueba. 2CR024003 Yehoyadá le procuró dos mujeres y engendró hijos e hijas. 2CR024004 Más tarde, Joás sintió deseos de restaurar el templo. 2CR024005 Reunió a los sacerdotes y a los levitas, y les dijo: Vayan por las ciudades de Judá recogiendo dinero de todo Israel para reparar todos los años el templo de su Dios. Dense prisa. Pero los levitas se lo tomaron con calma. 2CR024006 Entonces el rey llamó al sumo sacerdote Yehoyadá y le dijo: ¿Por qué no te has preocupado de que los levitas cobren en Judá y Jerusalén el tributo impuesto por Moisés, siervo del Señor, y por la comunidad de Israel para la tienda de la alianza? 2CR024007 ¿No te das cuenta de que la malvada Atalía y sus secuaces destrozaron el templo y dedicaron a los baales todos los objetos sagrados del mismo? 2CR024008 Entonces, por orden del rey, hicieron una alcancía y la colocaron en la puerta del templo, por fuera. 2CR024009 Luego pregonaron por Judá y Jerusalén que había que ofrecer al Señor el tributo que Moisés, siervo de Dios, había impuesto a Israel en el desierto. 2CR024010 Las autoridades y la población lo hicieron de buena gana y echaron dinero hasta que se llenó la alcancía. 2CR024011 Cada vez que los levitas llevaban la alcancía a la inspección real y veían que había mucho dinero, se presentaban un secretario del rey y un inspector del sumo sacerdote, vaciaban la alcancía y volvían a colocarla en su sitio. Así hicieron periódicamente, reuniendo una gran suma de dinero. 2CR024012 El rey y Yehoyadá lo entregaban a los capataces de la obra del templo, y éstos pagaban a los canteros y carpinteros que restauraban el templo y a los herreros y broncistas que lo reparaban. 2CR024013 Los obreros hicieron Su tarea; bajo sus manos fue resurgiendo la estructura, hasta que levantaron sólidamente el templo según los planos. 2CR024014 Al terminar, devolvieron al rey y a Yehoyadá el dinero sobrante, con el que hicieron objetos para el templo, utensilios para el culto y para los holocaustos, copas y objetos de oro y plata. Mientras vivió Yehoyadá ofrecieron los holocaustos regulares en el templo. 2CR024015 Este llegó a viejo y murió en edad avanzada, a los ciento treinta años. 2CR024016 Lo enterraron con los reyes en la Ciudad de David, porque fue bueno con Israel, con Dios y con su templo. 2CR024017 Cuando murió Yehoyadá, las autoridades de Judá fueron a rendir homenaje al rey, y éste siguió sus consejos; 2CR024018 olvidando el templo del Señor, Dios de sus padres, dieron culto a las estelas y a los ídolos. Este pecado desencadenó la cólera de Dios contra Judá y Jerusalén. 2CR024019 Les envió profetas para convertirlos, pero no hicieron caso de sus amonestaciones. 2CR024020 Entonces el Espíritu de Dios se apoderó de Azarías, hijo del sacerdote Yehoyadá, que se presentó ante el pueblo, y le dijo: Así dice Dios: ¿Por qué quebrantan los preceptos del Señor? Van a la ruina. Han abandonado al Señor y él los abandona. 2CR024021 Pero conspiraron contra él y lo apedrearon en el atrio del templo por orden del rey. 2CR024022 El rey Joás, sin tener en cuenta los beneficios recibidos de Yehoyadá, mató a su hijo, que murió diciendo: ¡Que el Señor juzgue y sentencie! 2CR024023 Al cabo de un año, un ejército de Siria se dirigió contra Joás, penetró en Judá hasta Jerusalén, mató a todos los jefes del pueblo y envió todo el botín al rey de Damasco. 2CR024024 El ejército de Siria era reducido, pero el Señor le entregó un ejército enorme porque el pueblo había abandonado al Señor, Dios de sus padres. Así se vengaron de Joás. 2CR024025 Al retirarse los sirios, dejándolo gravemente herido, sus cortesanos conspiraron contra él para vengar al hijo del sacerdote Yehoyadá. Lo asesinaron en la cama y murió. Lo enterraron en la Ciudad de David, pero no le dieron sepultura en el panteón real. 2CR024026 Los conspiradores fueron: Zabad, hijo de Simat, la amonita, y Yehozabad, hijo de Símrit, la moabita. 2CR024027 Para lo referente a sus hijos, a las numerosas profecías contra él y a la restauración del templo, véase el Comentario a los Anales de los reyes. Su- hijo Amasias le sucedió en el trono. 2CR025001 Amasias tenía veinticinco años cuando subió al trono y reinó en Jerusalén veintinueve años. Su madre se llamaba Yehoadayán y era natural de Jerusalén. 2CR025002 Hizo lo que el Señor aprueba, aunque no de todo corazón. 2CR025003 Cuando se afianzó en el poder, mató a los ministros que habían asesinado a su padre. 2CR025004 Pero, siguiendo lo que dice el libro de la Ley de Moisés promulgada por el Señor: 'No serán ejecutados los padres por las culpas de los hijos, ni los hijos por las culpas de los padres; cada uno morirá por su propio pecado', no mató a sus hijos. 2CR025005 Amasias reunió a los de Judá y puso a todos los judíos y benjaminitas, por familias, a las órdenes de jefes y oficiales. Hizo el censo de los mayores de veinte años; resultaron trescientos mil en edad militar y equipados de espada y escudo. 2CR025006 Reclutó en Israel cien mil mercenarios por cien pesos de plata. 2CR025007 Pero un profeta se presentó ante él y le dijo: Majestad, no lleves contigo al destacamento de Israel, que el Señor no está con los efraimitas. 2CR025008 Si te apoyas en ellos, Dios te derrotará frente a tus enemigos. Porque Dios puede dar la victoria y la derrota. 2CR025009 Amasias preguntó al profeta: ¿Y qué pasa con los cien pesos de plata que di al destacamento de Israel? El profeta le contestó: El Señor puede devolvértelos con creces. 2CR025010 Amasias licenció a la tropa procedente de Efraín para que volviera a su tierra. Ellos se indignaron con Judá y volvieron a sus tierras enfurecidos. 2CR025011 Amasias se armó de valor, tomó el mando de la tropa, marchó a Vallelasal y mató a diez mil seiritas. 2CR025012 A otros diez mil los agarraron vivos, los llevaron a la cima de la Roca y los precipitaron desde ella. Murieron todos estrellados. 2CR025013 Mientras, el destacamento que había licenciado Amasias para que no luchara a su lado se dispersó por las ciudades de Judá -desde Samaria hasta Bejorón-, matando a tres mil personas y capturando un gran botín. 2CR025014 Cuando Amasias volvió de derrotar a los idumeos se trajo los dioses de los seiritas, los adoptó como dioses propios, los adoró y les quemó incienso. 2CR025015 El Señor se indignó con Amasias y le envió un profeta, que le dijo: ¿Por qué sirves a unos dioses que no han podido salvar a su pueblo de tu mano? 2CR025016 Amasias lo cortó en seco, diciéndole: ¿Quién te ha hecho consejero del rey? Termina de una vez si no quieres que te maten. El profeta terminó con estas palabras: Por lo que has hecho, y por no escuchar mi consejo, estoy seguro de que Dios aconseja tu destrucción. 2CR025017 Después de aconsejarse, Amasias de Judá mandó una embajada a Joás, hijo de Joacaz, de Jehú, rey de Israel, con este mensaje: ¡Sal, que nos veamos las caras! 2CR025018 Pero Joás de Israel envió esta respuesta a Amasias de Judá: El cardo del Líbano mandó decir al cedro del Líbano: 'Dame a tu hija por esposa de mi hijo'. Pero pasaron las fieras y pisotearon el cardo. 2CR025019 Tú dices: 'He derrotado a Edom', y te has engreído. Disfruta de tu gloria quedándote en tu casa. ¿Por qué quieres meterte en una guerra catastrófica, provocando tu caída y la de Judá? 2CR025020 Pero Amasias no hizo caso, porque Dios quería entregarlo en manos de Joás por haber servido a los dioses de Edom. 2CR025021 Entonces Joás de Israel subió a vérselas con Amasias de Judá en Casalsol de Juda. 2CR025022 Israel derrotó a los judíos, que huyeron en tropel. 2CR025023 En Casalsol apresó Joás de Israel a Amasias de Judá, hijo de Joás, de Joacaz, y se lo llevó a Jerusalén. En la muralla de Jerusalén abrió una brecha de doscientos metros, desde la Puerta de Efraín hasta la Puerta del Ángulo; 2CR025024 se apoderó del oro, la plata, los utensilios que se hallaban en el templo al cuidado de Obededón, los tesoros de palacio y los rehenes, y se volvió a Samaria. 2CR025025 Amasias de Judá, hijo de Joás, sobrevivió quince años a Joás de Israel, hijo de Joacaz. 2CR025026 Para más datos sobre Amasias, desde el principio hasta el fin de su reinado, véase el libro de los reyes de Judá e Israel. 2CR025027 Cuando Amasias se apartó del Señor tramaron contra él una conspiración en Jerusalén; huyó a Laquis, pero lo persiguieron hasta Laquis y lo mataron allí. 2CR025028 Lo cargaron sobre unos caballos y lo enterraron con sus antepasados en la capital de Judá. 2CR026001 Entonces Judá en pleno tomó a Ozías, de dieciséis años, y lo nombraron rey sucesor de su padre. Después que murió el rey, reconstruyó Elat, devolviéndola a Judá. 2CR026002 Ozías tenía dieciséis años cuando subió al trono y reinó en Jerusalén cincuenta y dos años. 2CR026003 Su madre se llamaba Yecolía, natural de Jerusalén. 2CR026004 Hizo lo que el Señor aprueba, igual que su padre, Amasias. 2CR026005 Sirvió al Señor mientras vivió Zacarías, que lo había educado en el respeto de Dios; y mientras sirvió al Señor, Dios le hizo triunfar. 2CR026006 Salió a luchar contra los filisteos, derribó las murallas de Gat, Vabné y Asdod, y construyó ciudades en Asdod y en territorio filisteo. 2CR026007 Dios lo ayudó en la guerra contra los filisteos, los árabes que habitaban en GurBaal y los meunitas. 2CR026008 Los amonitas pagaron tributo a Ozías, y llegó a ser tan poderoso que su fama se extendió hasta la frontera de Egipto. 2CR026009 En Jerusalén Ozías construyó y fortificó torres en la Puerta del Ángulo, en la Puerta del Valle y en la Esquina. 2CR026010 También levantó torres en el desierto y cavó muchos pozos para el abundante ganado que poseía en la llanura y la meseta; también tenía labradores y viñadores en los montes y las huertas, porque a Ozías le gustaba el campo. 2CR026011 Dispuso de un ejército en pie de guerra agrupado en escuadrones según el censo efectuado por el secretario Yeguiel y el comisario Maseyas por orden de Ananías, funcionario real. 2CR026012 El número de los cabezas de familia al mando de soldados era dos mil seiscientos. 2CR026013 Tenían a sus órdenes un ejército de trescientos siete mil quinientos guerreros intrépidos, que luchaban contra los enemigos del rey. 2CR026014 Ozías equipó a toda la tropa con adargas, lanzas, cascos, corazas, arcos y hondas: 2CR026015 Hizo unos artefactos inventados por un ingeniero que lanzaban flechas y pedruscos; los colocó en las torres y en los ángulos de Jerusalén. Con la ayuda prodigiosa de Dios se hizo fuerte y su fama llegó hasta muy lejos. 2CR026016 Pero al hacerse poderoso, la soberbia lo arrastró a la perdición. Se rebeló contra el Señor, su Dios, entrando en el templo para quemar incienso en el altar de los perfumes. 2CR026017 El sacerdote Azarias y ochenta valientes sacerdotes fueron tras él, 2CR026018 se plantaron ante el rey Ozías y le dijeron: Ozías, a ti no te corresponde quemar incienso al Señor. Sólo pueden hacerlo los sacerdotes aaronitas consagrados para ello. ¡Sal del santuario, que tu pecado no te honra ante el Señor! 2CR026019 Ozías, que tenía el incienso en la mano, se indignó con los sacerdotes. Y en el mismo momento, en el templo, ante los sacerdotes, junto al altar de los perfumes, la lepra brotó en su frente. 2CR026020 El sumo sacerdote, Azarias, y los otros sacerdotes se quedaron mirándolo y vieron que tenía lepra en la frente. Lo echaron de allí, mientras él mismo se apresuraba a salir, herido por el Señor. 2CR026021 El rey Ozías siguió leproso hasta el día de su muerte. Vivió en la leprosería, con prohibición de acudir al templo. Su hijo Yotán se encargó de la corte y de juzgar a la población. 2CR026022 Para más datos sobre Ozías, desde el principio hasta el fin de su reinado, véase el libro del profeta Isaías, hijo de Amos. 2CR026023 Cuando murió lo enterraron con sus antepasados en el campo del cementerio real, considerando que era 'un leproso'. Su hijo Yotán le sucedió en el trono. 2CR027001 Cuando subió al trono Yotán tenía veinticinco años y reinó en Jerusalén dieciséis años. Su madre se llamaba Yerusá, hija de Sadoc. 2CR027002 Hizo lo que el Señor aprueba, igual que su padre, Ozias. Pero no iba al templo, y el pueblo seguía corrompiéndose. 2CR027003 Construyó la Puerta Superior del templo e hizo muchas obras en la muralla del Ofel. 2CR027004 Construyó ciudades en la sierra de Judá y levantó fortalezas y torres en la foresta. 2CR027005 Luchó contra el rey de los amonitas, y lo venció; los amonitas le pagaron aquel año cien pesos de plata, diez mil toneles de trigo y diez mil de cebada; e igual cantidad los dos años siguientes. 2CR027006 Yotán se hizo poderoso porque procedió rectamente ante el Señor, su Dios. 2CR027007 Para más datos sobre Yotán, sus guerras y empresas, véase el libro de los reyes de Israel y Judá. 2CR027008 Subió al trono a la edad de veinticinco años y reinó en Jerusalén dieciséis años. 2CR027009 Cuando murió lo enterraron en la Ciudad de David. Su hijo Acaz le sucedió en el trono. 2CR028001 Cuando subió al trono Acaz tenía veinte años y reinó en Jerusalén dieciséis años. 2CR028002 No hizo, como su antepasado David, lo que el Señor aprueba. Imitó a los reyes de Israel, haciendo estatuas a los baales. 2CR028003 Quemaba incienso en el valle de BenHinón e incluso sacrificó a su hijo en la hoguera, según la costumbre aborrecible de las naciones que el Señor había expulsado ante los israelitas. 2CR028004 Sacrificaba y quemaba incienso en las lomas, en las colinas y bajo los árboles frondosos. 2CR028005 El Señor, su Dios, lo entregó en manos del rey sirio, que lo derrotó, capturó numerosos prisioneros y los llevó a Damasco. También lo entregó en manos del rey de Israel, que le infligió una gran derrota. 2CR028006 Pécaj, hijo de Romelías, mató en un solo día a ciento veinte mil judíos por haber abandonado al Señor, Dios de sus padres. 2CR028007 Y Zicri, un soldado de Efraín, mató a Maseyas, hijo del rey, a Azricán, mayordomo de palacio, y al primer ministro, Elcaná. 2CR028008 Entre mujeres, hijos e hijas, los israelitas tomaron a sus hermanos doscientos mil prisioneros; se apoderaron también de un gran botín y lo llevaron a Samaria. 2CR028009 Había allí un profeta del Señor llamado Oded. Cuando el ejército volvía a Samaria, salió a su encuentro y les dijo: El Señor, Dios de sus padres, indignado con Judá lo puso en sus manos. Pero la saña con que ustedes los han matado clama al cielo. 2CR028010 Y encima se proponen convertir en esclavos y esclavas a los habitantes de Judá y Jerusalén. ¿No han pecado ya bastante contra el Señor, su Dios? 2CR028011 Háganme caso y devuelvan a sus hermanos que han tomado prisioneros, porque les amenaza la ardiente cólera del Señor. 2CR028012 Algunos jefes efraimitas -Azarías, hijo de Juan, Berequías, hijo de Mesilemot, Ezequías, hijo de Salún, y Amasa, hijo de Jadlay se pusieron también en contra del ejército que volvía 2CR028013 y les dijeron No metan aquí a esos prisioneros, porque seríamos reos ante el Señor. Bastante hemos pecado ya para que se dediquen a aumentar nuestras faltas y culpas, irritando al Señor contra Israel. 2CR028014 Entonces los soldados dejaron los prisioneros y el botín a disposición de las autoridades y de 1a comunidad. 2CR028015 Designaron expresamente a algunos para que se hicieran cargo de los cautivos. A los que estaban desnudos los vistieron con trajes y sandalias del botín; luego les dieron de comer y beber, los ungieron, montaron en burros a los que no podían caminar y los llevaron a Jericó, la ciudad de las palmeras, con sus hermanos. A continuación se volvieron a Samaria. 2CR028016 Por entonces, el rey Acaz envió una embajada al rey de Asiría para pedirle ayuda. 2CR028017 (Los idumeos habían hecho una nueva incursión, derrotando a Judá y tomando prisioneros; 2CR028018 los filisteos saquearon las ciudades de la Sefela y del Négueb de Judá, apoderándose de Casalsol, Cervera, Tapias, Socó y su comarca, Timná y su comarca, Gimzó y su comarca, estableciéndose en ellas. 2CR028019 El Señor humillaba a Judá por culpa de Acaz, que había traído el desenfreno a Judá y se mostraba rebelde al Señor). 2CR028020 Pero Tiglat Piléser, rey de Asiría, en vez de ayudarlo, marchó contra él y lo sitió. 2CR028021 Y aunque Acaz despojó el templo, el palacio y las casas de las autoridades para ganarse al rey de Asiría, no le sirvió de nada. 2CR028022 Incluso durante el asedio siguió rebelándose contra el Señor. 2CR028023 Ofreció sacrificios a los dioses de Damasco, que lo habían derrotado, pensando: 'Los dioses de Siria si que ayudan a sus reyes. Les ofreceré sacrificios para que me ayuden a mí'. Pero fue su ruina y la de Israel. 2CR028024 Acaz reunió los objetos del templo y los hizo pedazos; cerró las puertas del templo, construyó altares en todos los rincones de Jerusalén 2CR028025 y levantó ermitas en todas las ciudades de Judá para quemar incienso a dioses extraños, irritando al Señor, Dios de sus padres. 2CR028026 Para sus restantes actividades y empresas, del principio al fin de su reinado, véase el libro de los reyes de Judá e Israel. 2CR028027 Cuando Acaz murió no lo llevaron al panteón real de Judá, sino que lo enterraron en la ciudad, en Jerusalén. Su hijo Ezequías le sucedió en el trono. 2CR029001 Cuando Ezequías subió al trono tenía veinticinco años y reinó en Jerusalén veintinueve años. Su madre se llamaba Abí, hija de Zacarías. 2CR029002 Hizo lo que el Señor aprueba, igual que su antepasado David. 2CR029003 El año primero de su reinado, el mes de marzo, abrió y restauró las puertas del templo. 2CR029004 Hizo venir a los sacerdotes y levitas, los reunió en la Plaza de Oriente 2CR029005 y les dijo: Escúchenme, levitas: Purifíquense y purifiquen el templo del Señor, Dios de sus padres. Saquen del santuario la impureza, 2CR029006 porque nuestros padres pecaron, hicieron lo que reprueba el Señor, nuestro Dios, lo abandonaron y se despreocuparon por completo de la morada del Señor. 2CR029007 Por si fuera poco, cerraron las puertas de la nave, apagaron las lámparas y dejaron de quemar incienso y de ofrecer holocaustos en el santuario del Dios de Israel. 2CR029008 Entonces el Señor se indignó con Judá y Jerusalén, y los hizo objeto de estupor, de espanto y de burla, como ustedes pudieron ver con sus propios ojos. 2CR029009 Nuestros padres murieron a espada y nuestros hijos, hijas y mujeres marcharon al destierro por este motivo. 2CR029010 Ahora tengo el propósito de sellar una alianza con el Señor, Dios de Israel, para que cese en su ira contra nosotros. 2CR029011 Por tanto, hijos míos, no sean negligentes, que el Señor los ha elegido para estar en su presencia, servirle, ser sus ministros y quemar incienso. 2CR029012 Entonces los levitas -Majat, hijo de Amasay, y Joel, hijo de Azadas, descendientes de Quehat; Quis, hijo de Abdí, y Azarías, hijo de Yehalelel, descendientes de Merarí; Yoaj, hijo de Zima, y Edén, hijo de Yoaj, descendientes de Guersón; 2CR029013 Simrí y Yeguiel, descendientes de Elisafán; Zacarías y Matanías, descendientes de Asaf; 2CR029014 Yejiel y Semeí, descendientes de Hernán; Semayas y Uziel, descendientes de Yedutún 2CR029015 reunieron a sus hermanos, se purificaron y fueron a purificar el templo, como había dispuesto el rey por orden del Señor. 2CR029016 Los sacerdotes penetraron en el interior del templo para purificarlo; sacaron al atrio todas las cosas impuras que encontraron en el templo, y los levitas las tomaron y arrojaron fuera, al torrente Cedrón. 2CR029017 La tarea de purificación comenzó el día uno del mes primero; el ocho llegaron a la nave del templo, y durante otros ocho días purificaron el templo, terminando el dieciséis del mismo mes. 2CR029018 Se presentaron luego al rey Ezequías y le dijeron: Ya hemos purificado todo el templo: el altar de los holocaustos con todos sus utensilios y la mesa de los panes presentados con todos sus utensilios. 2CR029019 También hemos reparado y purificado todos los objetos que el rey Acaz profanó con su apostasía durante su reinado. Los hemos dejado delante del altar del Señor. 2CR029020 Muy, de mañana, el rey Ezequías reunió a las autoridades de la ciudad y subió al templo. 2CR029021 Llevaron siete toros, siete carneros, siete corderos y siete machos cabríos como sacrificio expiatorio por la monarquía, por el santuario y por Judá. Luego ordenó a los sacerdotes aaronitas que los ofrecieran sobre el altar del Señor. 2CR029022 Sacrificaron los toros, y los sacerdotes recogieron la sangre y la derramaron sobre el altar; sacrificaron los carneros y derramaron la sangre sobre el altar; sacrificaron los corderos y derramaron la sangre sobre el altar. 2CR029023 Luego llevaron los machos cabríos de la expiación delante del rey y de la comunidad para que les impusieran las manos. 2CR029024 Los sacerdotes los degollaron y derramaron la sangre sobre el altar para obtener el perdón de todo Israel, ya que el rey había ordenado que el holocausto y el sacrificio de expiación fueran por todo Israel. 2CR029025 El rey había instalado a los levitas en el templo, con platillos, arpas y cítaras, como lo habían dispuesto David, Gad, el vidente del rey, y el profeta Natán. La orden era de Dios, por medio de sus profetas. 2CR029026 Así, pues, se hallaban presentes los levitas con los instrumentos de David y los sacerdotes con las trompetas. 2CR029027 Ezequías dio orden de ofrecer el holocausto ante el altar, y en el mismo instante en que empezó el holocausto comenzó el canto del Señor y el son de las trompetas, acompañados de los instrumentos de David, rey de Israel. 2CR029028 Hasta que terminó el holocausto toda la comunidad permaneció postrada, mientras continuaban los cantos y resonaban las trompetas. 2CR029029 Cuando acabó, el rey y su acompañamiento se postraron en adoración. 2CR029030 Luego Ezequías y las autoridades pidieron a los levitas que alabaran al Señor con canciones de David y del vidente Asaf. Lo hicieron con tono festivo y adoraron al Señor haciendo reverencia. 2CR029031 Luego Ezequías tomó la palabra y dijo: Ahora quedan consagrados al Señor. Acérquense y ofrezcan sacrificios de acción de gracias por el templo. La comunidad ofreció sacrificios de acción de gracias y las personas generosas holocaustos. 2CR029032 El número de víctimas que ofreció la comunidad fue de setenta toros, cien carneros y doscientos corderos, todos en holocausto al Señor. 2CR029033 Las ofrendas sagradas fueron seiscientos toros y tres mil ovejas. 2CR029034 Como los sacerdotes eran pocos y no daban abasto para degollar tantas víctimas, los ayudaron sus hermanos, los levitas, hasta que terminaron la tarea y se purificaron los sacerdotes (porque los levitas se mostraron más dispuestos a purificarse que los sacerdotes). 2CR029035 Hubo muchos holocaustos, además de la grasa de los sacrificios de comunión y de las libaciones de los holocaustos. Así se restableció el culto del templo. 2CR029036 Ezequías y el pueblo se alegraron de que Dios hubiera movido al pueblo, porque todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos. 2CR030001 Ezequías envió mensajeros por todo Israel y Judá, y escribió cartas a Efraín y Manases para' que acudieran al templo de Jerusalén, con el fin de celebrar la Pascua del Señor, Dios de Israel. 2CR030002 El rey, las autoridades y toda la comunidad de Jerusalén decidieron en consejo celebrar la Pascua durante el mes de mayo, 2CR030003 ya que no habían podido hacerlo a su debido tiempo porque quedaban muchos sacerdotes por purificarse y el pueblo no se había reunido aún en Jerusalén. 2CR030004 Al rey y a toda la comunidad les pareció acertada la decisión. 2CR030005 Entonces acordaron pregonar por todo Israel, desde Berseba hasta Dan, que vinieran a Jerusalén a celebrar la Pascua del Señor, Dios de Israel, porque muchos no la celebraban como está mandado. 2CR030006 Los mensajeros recorrieron todo Israel y Judá llevando las cartas del rey y de las autoridades, y pregonando por orden del rey: Israelitas, vuelvan al Señor, Dios de Abrahán, Isaac e Israel, y el Señor volverá a estar con todos los supervivientes del poder de los reyes asirios. 2CR030007 No sean como sus padres y hermanos, que se rebelaron contra el Señor, Dios de sus padres, y éste los convirtió en objeto de espanto, como ustedes mismos pueden ver. 2CR030008 No sean tercos como sus padres. Entréguense al Señor, acudan al santuario que ha sido consagrado para siempre. Sirvan al Señor, su Dios, y él apartará de ustedes el ardor de su cólera. 2CR030009 Si se convierten al Señor, los que deportaron a sus hermanos e hijos sentirán compasión de ellos y los dejarán volver a este país. Porque el Señor, su Dios, es clemente y misericordioso, y no les volverá a ustedes la espalda si vuelven a él. 2CR030010 Los mensajeros recorrieron de ciudad en ciudad la tierra de Efraín y Manases, hasta Zabulón, pero se reían y se burlaban de ellos. 2CR030011 Sólo algunos de Aser, Manases y Zabulón se mostraron humildes y acudieron a Jerusalén. 2CR030012 Los judíos, por gracia de Dios, cumplieron unánimes lo que el Señor había dispuesto por orden del rey y de las autoridades. 2CR030013 El mes de mayo se reunió en Jerusalén una gran multitud para celebrar la fiesta de los Ázimos; fue una asamblea numerosísima. 2CR030014 Suprimieron todos los altares que había por Jerusalén y eliminaron todas las aras de incensar, arrojándolas al torrente Cedrón. 2CR030015 El catorce de mayo inmolaron la Pascua. Los sacerdotes levíticos confesaron sus pecados, se purificaron y llevaron holocaustos al templo. 2CR030016 Cada cual ocupó el puesto que le correspondía según la Ley de Moisés, hombre de Dios; los sacerdotes derramaban la sangre que les pasaban los levitas. 2CR030017 Como muchos de la comunidad no se habían purificado, los levitas se encargaron de inmolar los corderos pascuales de todos los que no estaban puros para consagrarlos al Señor. 2CR030018 Gran número de personas, en su mayoría de Efraín, Manases, Isacar y Zabulón, no observaron lo prescrito y comieron la Pascua sin haberse purificado. Pero Ezequías intercedió por ellos diciendo: El Señor, que es bueno, perdone a todos los que 2CR030019 sirven de corazón a Dios, al Señor Dios de sus padres, aunque no tengan la pureza ritual. 2CR030020 El Señor escuchó a Ezequías y curó al pueblo. 2CR030021 Los israelitas que se encontraban en Jerusalén celebraron la fiesta de los Ázimos durante siete días con gran júbilo; los sacerdotes y levitas alababan al Señor día tras día con todo entusiasmo. 2CR030022 Ezequías felicitó a los levitas por sus buenas disposiciones para con el Señor. Pasaron los siete días de fiesta ofreciendo sacrificios de comunión y confesando al Señor, Dios de sus padres. 2CR030023 Luego la comunidad decidió prolongar la Tiesta otros siete días. Y pudieron hacerlo, con gran júbilo, 2CR030024 porque Ezequías, rey de Judá, les proporcionó mil toros y siete mil ovejas, y las autoridades, mil toros y diez mil ovejas; además, se purificaron muchos sacerdotes. 2CR030025 La alegría reinaba entre la comunidad de Judá, entre los sacerdotes, los levitas, los que habían venido de Israel, los extranjeros procedentes de Israel y los residentes en Judá. 2CR030026 Una fiesta tan magnífica no se recordaba en Jerusalén desde los días de Salomón, hijo de David, rey de Israel. 2CR030027 Los sacerdotes levíticos se levantaron para bendecir al pueblo. El Señor escuchó su voz, y la plegaria llegó hasta su santa morada de los cielos. 2CR031001 Terminada la fiesta, todos los israelitas presentes recorrieron las ciudades de Judá destruyendo los cipos, talando las estelas y demoliendo las ermitas y los altares de todo Judá, Benjamín, Efraín y Manases hasta que no quedó ni uno. Luego cada cual se volvió a su casa y su ciudad. 2CR031002 Ezequías organizó por clases a los sacerdotes y levitas, asignando a cada uno su función sacerdotal o levítica: ofrecer holocaustos y sacrificios de comunión, dar gracias y alabar y servir a la entrada de los campamentos del Señor. 2CR031003 Destinó parte de los bienes de la corona a toda clase de holocaustos: matutinos y vespertinos, de los sábados, principios de mes y festividades, como manda la Ley del Señor. 2CR031004 A los habitantes de Jerusalén les ordenó ayudar económicamente a los sacerdotes y levitas para que pudieran dedicarse a la Ley del Señor. 2CR031005 Cuando se difundió la orden, los israelitas recogieron las primicias del trigo, del mosto, del aceite, de la miel y de todos los productos agrícolas y entregaron abundantes diezmos de todo. 2CR031006 También los israelitas y judíos que habitaban en las ciudades de Judá entregaron el diezmo del ganado mayor y menor y el diezmo de las cosas sacrosantas dedicadas al Señor, disponiéndolos en montones. 2CR031007 Comenzaron a hacer los montones en mayo y terminaron en octubre. 2CR031008 Cuando llegaron Ezequías y las autoridades, al ver los montones, bendijeron al Señor y a su pueblo, Israel. 2CR031009 Ezequías pidió a los sacerdotes y levitas que le informaran sobre ellos. 2CR031010 El sumo sacerdote, Azarías, de la familia de Sadoc, le dijo: Desde que comenzaron a traer ofrendas al templo hemos comido hasta saciarnos; pero ha sobrado mucho porque el Señor ha bendecido a su pueblo. Toda esta cantidad es lo que ha sobrado. 2CR031011 Ezequías dio orden de preparar unos silos en el templo. Cuando lo hicieron 2CR031012 llevaron fielmente las ofrendas, el diezmo y los dones sacrosantos. Encargaron de ellos al levita Conanías y a su hermano Semeí como ayudante. Por orden del rey Ezequías y de Azarías, prefecto del templo, nombraron inspectores 2CR031013 a Yejiel, Azarías, Nájat, Asael, Yerimot, Yozabad, Eliel, Yismaquías, Májat y Benayas, a las órdenes de Conanías y de su hermano Semeí. 2CR031014 El levita Coré, hijo de Yimná, portero de la Puerta de Oriente, estaba encargado de las ofrendas voluntarias y de administrar las ofrendas del Señor y los dones sacrosantos. 2CR031015 A sus órdenes estaban Edén, Minyamín, Jesús, Semayas, Amarías y Secanías, repartidos por las ciudades sacerdotales para proveer permanentemente a sus hermanos, según; sus clases, fueran grandes o pequeños, 2CR031016 con tal que estuvieran inscritos entre los varones a partir de los tres años; es decir, proveían a todos los que entraban diariamente al servicio del templo para realizar las funciones asignadas a sus clases. 2CR031017 Los sacerdotes estaban registrados por familias y los levitas -a partir de los veinte años- por sus funciones y clases. 2CR031018 Debían registrarse con toda su familia, mujeres, hijos e hijas, todo el grupo, porque habían de ser fieles a su consagración. 2CR031019 Respecto a los sacerdotes aaronitas que vivían en los ejidos de sus ciudades, en todas ellas había personas encargadas nominalmente de proveer a los sacerdotes varones y a todos los levitas inscritos en el registro. 2CR031020 Ezequías impuso esta norma en todo Judá. Actuó con bondad, rectitud y fidelidad de acuerdo con el Señor, su Dios. 2CR031021 Todo lo que emprendió en servicio del templo, de la Ley y de los preceptos lo hizo sirviendo a su Dios de todo corazón. Por eso tuvo éxito. 2CR032001 Después de estos actos de lealtad, Senaquerib, rey de Asiría, se puso en marcha, llegó a Judá, sitió las fortalezas y dio orden de conquistarlas'. 2CR032002 Ezequías advirtió que Senaquerib venía dispuesto a atacar a Jerusalén. 2CR032003 Reunido en consejo con las autoridades civiles y militares, propuso cegar las fuentes de agua que había fuera de la ciudad y ellos se mostraron de acuerdo. 2CR032004 Reunieron mucha gente y cegaron todas las fuentes y el torrente que atravesaba la ciudad, diciéndose: 'Sólo falta que cuando venga el rey de Asiria encuentre agua en abundancia'. 2CR032005 Con gran energía reparó toda la muralla, derruida, la coronó con torres, edificó una barbacana, fortificó la zona del terraplén, la Ciudad de David, e hizo numerosas armas arrojadizas y adargas. 2CR032006 Nombró jefes militares al mando de la población, los reunió en la Plaza Mayor y los arengó con estas palabras: 2CR032007 ¡Animo y valor! No se asusten ni acobarden ante el rey de Asiria y la multitud que le sigue. Nosotros contamos con algo más grande que él. 2CR032008 El cuenta con fuerzas humanas, nosotros con el Señor, nuestro Dios, que nos auxilia y guerrea con nosotros. El pueblo se animó con las palabras de Ezequías, rey de Judá. 2CR032009 Más tarde, mientras Senaquerib, rey de Asiria, sitiaba Laquis con todas sus tropas, envió a unos cortesanos a Jerusalén para que dijeran a Ezequías, rey de Judá, y a todos los judíos que se encontraban en Jerusalén: 2CR032010 Así dice Senaquerib, rey de Asiria: ¿En qué confían para seguir en una ciudad sitiada como Jerusalén? 2CR032011 ¿No ven que Ezequías los está engañando y los lleva a morir de hambre y de sed cuando dice: 'El Señor, nuestro Dios, nos salvará de la mano del rey de Asiria'? 2CR032012 ¿No fue él quien suprimió sus ermitas y sus altares ordenando a judíos y jerosolimitanos que se postren y quemen incienso ante un único altar? 2CR032013 ¿No saben lo que hice yo y lo que hicieron mis antepasados con todos los pueblos del mundo? ¿Acaso los dioses de esos pueblos pudieron librar sus territorios de mi mano? 2CR032014 ¿Qué dios de esos pueblos que exterminaron mis antepasados consiguió librar a su gente de mi mano? ¿Y va a poder salvarlos su Dios? 2CR032015 No se dejen engañar y embaucar por Ezequías. No confíen en él. Ningún dios de ninguna nación o reino pudo librar a su pueblo de mi mano y de la de mis antepasados. ¡Y va a poder librarlos su Dios! 2CR032016 Los cortesanos siguieron hablando contra el Señor Dios y contra su siervo Ezequías. 2CR032017 (Senaquerib había escrito también un mensaje ultrajando al Señor, Dios de Israel, y diciendo contra él: 'Lo mismo que los dioses nacionales no libraron sus pueblos de mi mano, tampoco el Dios de Ezequías librará a su pueblo'). 2CR032018 Hablaban a gritos, en hebreo, al pueblo de Jerusalén que se encontraba en la muralla, para atemorizarlo y asustarlo, a fin de apoderarse de la ciudad. 2CR032019 Hablaron del Dios de Jerusalén como si se tratara de un dios cualquiera, fabricado por hombres. 2CR032020 El rey Ezequías y el profeta Isaías, hijo de Amos, se pusieron en oración con este motivo y clamaron al cielo. 2CR032021 Entonces el Señor envió un ángel, que aniquiló a todos los soldados y a los jefes y oficiales del campamento del rey asirio. Este volvió a su país derrotado, y una vez que entró en el templo de su dios lo asesinaron allí sus propios hijos. 2CR032022 El Señor salvó a Ezequías y a los habitantes de Jerusalén de manos de Senaquerib, rey de Asiria, y de todos los enemigos, concediéndoles paz en las fronteras. 2CR032023 Mucha gente vino a Jerusalén para ofrecer dones al Señor y presentes a Ezequías de Judá, que a raíz de esto adquirió gran prestigio en todas las naciones. 2CR032024 Por entonces, Ezequías había enfermado de muerte. Oró al Señor, que le prometió curarlo y le concedió un prodigio. 2CR032025 Pero Ezequías no correspondió a este beneficio; al contrario, se engrió y atrajo sobre sí, sobre Judá y sobre Jerusalén la cólera del Señor. 2CR032026 Pero luego se arrepintió de su orgullo, junto con todos los habitantes de Jerusalén, y el Señor no volvió a airarse contra ellos en vida de Ezequías. 2CR032027 Tuvo gran riqueza y prestigio. Acumuló gran cantidad de plata, oro, piedras preciosas, aromas, adargas y objetos de valor de todas clases; 2CR032028 construyó silos para las cosechas de trigo, mosto y aceite, establos para todo tipo de ganado y apriscos para los rebaños. 2CR032029 Edificó ciudades y reunió un inmenso rebaño de ovejas y vacas, porque Dios le concedió muchísimos bienes. 2CR032030 Fue Ezequías quien cegó la salida superior de las aguas de Guijón y las desvió por un subterráneo a la parte occidental de la Ciudad de David. Triunfó en todas sus empresas; 2CR032031 y cuando los príncipes de Babilonia le enviaron mensajeros para informarse del prodigio que había sucedido en su país, si Dios lo abandonó fue para ponerlo a prueba y conocer sus intenciones. 2CR032032 Para más datos sobre Ezequías y sobre sus obras de piedad, véanse el libro del profeta Isaías, hijo de Amos, y el libro de los reyes de Judá e Israel. 2CR032033 Cuando murió Ezequías lo enterraron en la cuesta de las tumbas de los descendientes de David. Los judíos y la población de Jerusalén le dedicaron un gran funeral. Su hijo Manases le sucedió en el trono. 2CR033001 Manases tenía doce años cuando subió al trono y reinó en Jerusalén cincuenta y cinco años. 2CR033002 Hizo lo que el Señor reprueba, imitando las costumbres abominables de las naciones que el Señor había expulsado ante los israelitas. 2CR033003 Reconstruyó las ermitas de las lomas derruidas por su padre, Ezequías, levantó altares a los baales, erigió estelas, adoró y dio culto a todo el ejército del cielo; 2CR033004 puso altares en el templo del Señor, del que había dicho el Señor: 'Mi nombre estará en Jerusalén para siempre'; 2CR033005 edificó altares a todo el ejército del cielo en los dos atrios del templo; 2CR033006 quemó a sus hijos en el valle de BenHinón; practicó la adivinación, la magia y la hechicería, e instruyó nigromantes y adivinos. Hacía continuamente lo que el Señor reprueba, irritándolo. 2CR033007 La imagen del ídolo que había fabricado la colocó en el templo de Dios, del que Dios había dicho a David y a su hijo Salomón: 'En este templo y en Jerusalén, a la que elegí entre todas las tribus de Israel, pondré mi nombre para siempre; 2CR033008 ya no dejaré que Israel ande lejos de la tierra que asigné a sus padres, a condición de que pongan por obra cuanto les mandé, siguiendo la Ley, los preceptos y normas de Moisés'. 2CR033009 Pero Manases extravió a Judá y a la población de Jerusalén para que se portara peor que ¡as naciones que el Señor había exterminado ante los israelitas. 2CR033010 El Señor dirigió su palabra a Manases y a su pueblo, pero no le hicieron caso. 2CR033011 Entonces hizo venir contra ellos a los generales del rey de Asiria, que apresaron a Manases con garfios, lo ataron con cadenas de bronce y lo condujeron a Babilonia. 2CR033012 En su angustia procuró aplacar al Señor, su Dios, y se humilló profundamente ante el Dios de sus padres y le suplicó. 2CR033013 El Señor lo atendió con benignidad, escuchó su súplica y lo hizo volver a Jerusalén, a su reino. Manases reconoció que el Señor es el verdadero Dios. 2CR033014 Más tarde construyó una barbacana en la Ciudad de David, desde el oeste de Guijón, en el torrente, hasta la Puerta del Pescado, rodeando el Ofel; la hizo muy alta. Puso oficiales en todas las fortalezas de Judá. 2CR033015 Suprimió del templo los dioses extranjeros y el ídolo; y arrojó fuera de la ciudad todos los altares que había construido en el monte del templo y en Jerusalén. 2CR033016 Restauró el altar del Señor e inmoló sobre él sacrificios de comunión y de acción de gracias. Y ordenó que los judíos dieran culto al Señor, Dios de Israel. 2CR033017 Pero el pueblo siguió sacrificando en las ermitas de las lomas aunque sólo al Señor, su Dios. 2CR033018 Para más datos sobre Manases, la oración que hizo y los oráculos de los videntes que le hablaban en nombre del Señor, Dios de Israel, véase la historia de los reyes de Israel. 2CR033019 Su oración y la acogida divina, su pecado y su rebeldía, los lugares donde levantó ermitas y erigió estelas e ídolos antes de su conversión están registrados en la historia de sus videntes. 2CR033020 Cuando murió Manases lo enterraron en su casa. Su hijo Amón le sucedió en el trono. 2CR033021 Amón tenía veintidós años cuando subió al trono y reinó en Jerusalén dos años. Hizo lo que el Señor reprueba, igual que su padre, Manases. 2CR033022 Amón sacrificó y dio culto a todos los ídolos que hizo su padre, Manases. 2CR033023 Pero no se humilló ante el Señor, como había hecho su padre; al contrario, multiplicó sus culpas. 2CR033024 Sus cortesanos conspiraron contra él y lo asesinaron en el palacio. 2CR033025 Pero la población mató a los conspiradores y nombraron rey sucesor suyo a Josías, hijo de Amón. 2CR034001 Cuando Josias subió al trono tenía ocho años y reinó en Jerusalén treinta y un años. 2CR034002 Hizo lo que el Señor aprueba. Imitó la conducta de su antepasado David, sin desviarse a derecha ni izquierda. 2CR034003 El año octavo de su reinado, cuando todavía era un muchacho, comenzó a servir al Dios de su antepasado David, y el año doce empezó a purificar a Judá y a Jerusalén de ermitas, estelas, estatuas e ídolos. 2CR034004 Destruyeron por orden suya los altares de los baales y derribó los cipos que había sobre ellos; las estelas, las estatuas y los ídolos los trituró hasta reducirlos a polvo, y lo esparció sobre las tumbas de los que les habían ofrecido sacrificios. 2CR034005 Quemó sobre sus altares los huesos de los sacerdotes. Así purificó a Judá y Jerusalén. 2CR034006 En las ciudades de Manases, Efraín, Simeón y hasta de Neftalí, en todos sus lugares, 2CR034007 destruyó los altares, trituró hasta hacer polvo las estelas y las estatuas y derribó los cipos en todo el territorio de Israel. Luego volvió a Jerusalén. 2CR034008 El año dieciocho de su reinado, cuando terminó de purificar el país y el templo, mandó a Safan, hijo de Asalías, al alcalde Maseyas y al canciller Yoaj, hijo de Joacaz, a reparar el templo del Señor, su Dios. 2CR034009 Se presentaron al sumo sacerdote, Jelcías, para recoger el dinero ingresado en el templo por las colectas de los porteros levitas en Manases, Efraín, el resto de Israel, y en Judá, Benjamín y la población de Jerusalén. 2CR034010 Lo entregaron a los encargados de las obras del templo, y los maestros de obras que trabajaban en el templo lo dedicaron a reparar y restaurar el edificio, 2CR034011 entregándolo a los carpinteros y albañiles para comprar piedra de cantería para los muros y madera para las vigas de los edificios que los reyes de Judá habían dejado arruinarse. 2CR034012 Aquellos hombres realizaron su trabajo con toda honradez. Estaban designados para dirigir las obras los levitas Yájat y Abdías, descendientes de Merarí, y Zacarías y Mesulán, descendientes de Quehat. Los levitas, como sabían tocar diversos instrumentos, 2CR034013 acompañaban a Tos acarreadores y dirigían a todos los obreros, cualquiera que fuera su tarea. Otros levitas eran secretarios, inspectores y porteros. 2CR034014 Cuando estaban sacando el dinero ingresado en el templo, el sacerdote Jelcías encontró el libro de la Ley del Señor escrito por Moisés. 2CR034015 Entonces Jelcías dijo al cronista Safan: He encontrado en el templo el libro de la Ley. Y se lo entregó a Safan. 2CR034016 Este se lo llevó al rey cuando fue a darle cuenta de su tarea: Tus siervos ya han hecho todo lo que les encargaste. 2CR034017 Recogieron el dinero que había en el templo y se lo entregaron a los encargados y a los obreros. 2CR034018 Y le comunicó la noticia: El sacerdote Jelcías me ha dado un libro. 2CR034019 Safan lo leyó ante el rey, y cuando éste oyó el contenido de la Ley se rasgó los vestidos 2CR034020 y ordenó a Jelcías, a Ajicán, hijo de Safan, a Abdón, hijo de Miqueas, al cronista Safan y al funcionario real Asayas: 2CR034021 Vayan a consultar al Señor por mi, por el resto de Israel y por Judá a propósito del libro encontrado: el Señor estará enfurecido con nosotros porque nuestros padres no obedecieron la palabra del Señor, cumpliendo lo prescrito en este libro. 2CR034022 Jelcias y los designados por el rey fueron a ver a la profetisa Julda, esposa del guardarropa Salún, hijo de Ticuá, de Jasrá, que vivía en Jerusalén, en el barrio nuevo. 2CR034023 Le expusieron el caso y ella les respondió: Así dice el Señor, Dios de Israel: Díganle al que les ha enviado: 2CR034024 Así dice el Señor: Yo voy a traer la desgracia sobre este lugar y sus habitantes, todas las maldiciones escritas en el libro que han leído ante el rey de Judá. 2CR034025 Por haberme abandonado y haber quemado incienso a otros dioses, irritándome con sus ídolos, está ardiendo mi cólera contra este lugar y no se apagará. 2CR034026 Y al rey de Judá, que los ha enviado a consultar al Señor, díganle: Así dice el Señor, Dios de Israel: 2CR034027 Por haber escuchado estas palabras con dolor de corazón, humillándote ante Dios al oír sus amenazas contra este lugar y sus habitantes, porque te has humillado ante mí, te has rasgado los vestidos y llorado en mi presencia, también yo te escucho -oráculo del Señor- . 2CR034028 Cuando yo te reúna con tus padres te enterrarán en paz, sin que lleguen a ver tus ojos la desgracia que voy a traer a este lugar y a sus habitantes'. Ellos llevaron la respuesta al rey, 2CR034029 y éste dio órdenes para que se presentaran los ancianos de Judá y de Jerusalén. 2CR034030 Luego subió al templo, acompañado de todos los judíos, ¡os habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los levitas y todo el pueblo,. chicos y grandes. El rey les leyó el libro de la alianza encontrado en el templo. 2CR034031 Después, en pie sobre su estrado, selló ante el Señor la alianza, comprometiéndose a seguirle y cumplir sus preceptos, normas y mandatos con todo su corazón y con toda su alma, poniendo en práctica las cláusulas de la alianza escritas en este libro. 2CR034032 Hizo suscribir la alianza a todos los que se encontraban en Jerusalén. La población de Jerusalén actuó según la alianza del Dios de sus padres, 2CR034033 Josías suprimió las abominaciones de todos los territorios israelitas e hizo que todos los residentes en Israel dieran culto al Señor, su Dios. Durante su vida no se apartaron del Señor, Dios de sus padres. 2CR035001 Josías celebró en Jerusalén la Pascua del Señor, inmolándola el día catorce del primer mes. 2CR035002 Asignó a los sacerdotes sus funciones y los confirmó en el servicio del templo. 2CR035003 Y dijo a los levitas consagrados al Señor, encargados de instruir a Israel: Dejen el arca santa en el templo que construyó Salomón, hijo de David, rey de Israel; no tienen ya que trasladarla a hombros. Dedíquense ahora a servir al Señor, su Dios, y a su pueblo, Israel. 2CR035004 Organícense en turnos por familias, como dispusieron por escrito el rey David y su hijo Salomón. 2CR035005 Ocupen sus puestos en el santuario, dividiendo sus familias de forma que cada grupo levítico se encargue de una familia seglar. 2CR035006 Inmolen la Pascua, purifíquense y prepárensela a sus hermanos para que puedan cumplir lo que mandó el Señor por medio de Moisés. 2CR035007 Josías proporcionó a la gente corderos y cabritos -treinta mil en total- para sacrificios pascuales de todos los presentes y tres mil bueyes, todo ello de la hacienda real. 2CR035008 Las autoridades ayudaron voluntariamente al pueblo, a los sacerdotes y a los levitas, Jelquías, Zacarías y Yejiel, intendentes del templo, dieron a los sacerdotes dos mil seiscientos animales pascuales y trescientos bueyes. 2CR035009 Conanías, Semayas, su hermano Natanael, Jasabías, Yeguiel y Jozabad, jefes de los levitas, proporcionaron a los levitas cinco mil animales pascuales y quinientos bueyes. 2CR035010 Cuando estuvo preparada la ceremonia, los sacerdotes ocuparon sus puestos y los levitas se distribuyeron por clases, como había ordenado el rey. 2CR035011 Inmolaron la Pascua, Los sacerdotes rociaban la sangre, mientras los levitas desollaban las víctimas, 2CR035012 Separaban la parte que debía ser quemada y la entregaban a las diversas familias seglares, para que ellas la ofrecieran al Señor, como está escrito en el libro de Moisés. Lo mismo hicieron con los bueyes. 2CR035013 Asaron la pascua, como está mandado y cocieron los alimentos sagrados en ollas, calderos y cazuelas, repartiéndolos en seguida a todos los laicos. 2CR035014 Después la prepararon para ellos mismos y para los sacerdotes; como los sacerdotes aaronitas estuvieron ocupados hasta la noche en ofrecer los holocaustos y las grasas, los levitas la prepararon para sí mismos y para ellos. 2CR035015 Los cantores, descendientes de Asaf, estaban en sus puestos, como habían mandado David, Asaf, Hernán y Yedutún, vidente del rey. Los porteros ocuparon cada cual su puesto, sin necesidad de abandonar su trabajo, porque sus hermanos levitas se lo prepararon todo. 2CR035016 Toda la ceremonia se realizó aquel mismo día: se celebró la Pascua y se inmolaron holocaustos en el altar del Señor, como había mandado el rey Josías. 2CR035017 Los israelitas que se hallaban presentes celebraron entonces la Pascua y a continuación la fiesta de los Ázimos durante siete días. 2CR035018 Desde los tiempos del profeta Samuel ningún rey de Israel había celebrado una Pascua como la que organizaron Josías, los sacerdotes, los levitas, todos los judíos e israelitas que se encontraban allí y los habitantes de Jerusalén. 2CR035019 Se celebró el año dieciocho del reinado de Josías. 2CR035020 Bastante después de que Josías restaurara el templo, el rey de Egipto, Necó, se dirigió a Cárquemis, junto al Eufrates, para entablar batalla, Josías salió a hacerle frente. 2CR035021 Entonces Necó le envió este mensaje: No te metas en mis asuntos, rey de Judá. No vengo contra ti, sino contra la dinastía que me hace la guerra. Dios me ha dicho que me apresure. Deja de oponerte a Dios, que está conmigo, no sea que él te destruya. 2CR035022 Pero Josías, en vez de dejarle paso franco, se empeñó en combatir. Desatendiendo lo que Dios le decía por medio de Necó, entabló batalla en la llanura de Meguido. 2CR035023 Los arqueros dispararon contra el rey Josías, y éste dijo a sus servidores: Sáquenme del combate, porque estoy gravemente herido. 2CR035024 Sus servidores lo sacaron del carro, lo trasladaron al otro que poseía y lo llevaron a Jerusalén, donde murió. Lo enterraron en las tumbas de sus antepasados. Todo Judá y Jerusalén hizo duelo por Josías. 2CR035025 Jeremías compuso una elegía en su honor, y todos los cantores y cantoras siguen recordándolo en sus elegías. Se han hecho tradicionales en Israel; pueden verse en las Lamentaciones. 2CR035026 Para más datos sobre Josías, las obras de piedad que hizo de acuerdo con la Ley del Señor 2CR035027 y todas sus hazañas, de las primeras a las últimas, véase el libro de los reyes de Israel y Judá. 2CR036001 La gente tomó a Joacaz, hijo de Josías, y lo nombraron rey sucesor en Jerusalén. 2CR036002 Cuando Joacaz subió al trono tenía veintitrés años y reinó tres meses en Jerusalén. 2CR036003 El rey de Egipto lo destronó, impuso al país un tributo de cien pesos de plata y un peso de oro, 2CR036004 y nombró rey de Judá y Jerusalén a su hermano Eliacín, cambiándole el nombre por el de Joaquín. A su hermano Joacaz se lo llevó Necó a Egipto. 2CR036005 Cuando Joaquín subió al trono tenia veinticinco años y reinó en Jerusalén once años. Hizo lo que el Señor, su Dios, reprueba. 2CR036006 Nabucodonosor de Babilonia subió contra él y lo condujo a Babilonia atado con cadenas de bronce. 2CR036007 También se llevó algunos objetos del templo y los colocó en su palacio de Babilonia. 2CR036008 Para más datos sobre Joaquín, las iniquidades que cometió y todo lo que le sucedió, véase el libro de los reyes de Israel y Judá. Su hijo Jeconias le sucedió en el trono. 2CR036009 Cuando Jeconias subió al trono tenía ocho años y reinó en Jerusalén tres meses y diez días. Hizo lo que el Señor reprueba. 2CR036010 A principios de año, el rey Nabucodonosor envió a por él y lo llevaron a Babilonia, junto con los objetos de valor del templo. Nombró rey de Judá y Jerusalén a su hermano Sedéelas. 2CR036011 Cuando Sedéelas subió al trono tenía veintiún años y reinó en Jerusalén once años. 2CR036012 Hizo lo que el Señor, su Dios, reprueba; no se humilló ante el profeta Jeremías, que le hablaba en nombre de Dios. 2CR036013 Además, se rebeló contra el rey Nabucodonosor, que le había tomado juramento solemne de fidelidad. Se puso terco y se negó por completo a convertirse al Señor, Dios de Israel. 2CR036014 También las autoridades de Judá, los sacerdotes y el pueblo obraron inicuamente, imitando las abominaciones de los paganos y profanando el templo que el Señor había consagrado en Jerusalén. 2CR036015 El Señor, Dios de sus padres, les enviaba continuamente mensajeros, porque sentía lástima de su pueblo y de su morada; 2CR036016 pero ellos se burlaron de los mensajeros de Dios, se reían de sus palabras y se mofaban de los profetas, hasta que la ira del Señor se encendió sin remedio contra su pueblo. 2CR036017 Entonces incitó contra ellos al rey de los caldeos, que mató en su santuario a sus hijos; a todos los entregó en sus manos, sin perdonar joven, muchacha, anciano o canoso. 2CR036018 Y se llevó a Babilonia todos los objetos del templo, grandes y pequeños, los tesoros del templo, los del rey y los de los magnates. 2CR036019 Incendiaron el templo, derribaron la muralla de Jerusalén, pasaron a fuego todos sus palacios y destrozaron todos los objetos de valor. 2CR036020 Se llevó desterrados a Babilonia a los supervivientes de la matanza y fueron esclavos suyos y de sus descendientes hasta el triunfo del reino persa. 2CR036021 Así se cumplió lo que anunció el Señor por Jeremías, y la tierra disfrutó de su descanso sabático todo el tiempo que estuvo desolada, hasta cumplirse setenta años. 2CR036022 El año primero de Ciro', rey de Persia, el Señor, para cumplir lo que había anunciado por medio de Jeremías, movió a Ciro, rey de Persia, a promulgar de palabra y por escrito en todo su reino: 2CR036023 Ciro, rey de Persia, decreta: El Señor, Dios del cielo, me ha entregado todos los reinos de la tierra y me ha encargado construirle un templo en Jerusalén de Judá. Todos los de ese pueblo que viven entre nosotros pueden volver. Y que el Señor, su Dios, esté con ellos'.
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